Sonido Bristol, 2018

Young Echo es un colectivo de productores y cantantes formado en Bristol alrededor de 2010 con su centro de operaciones en las m¨²ltiples ramificaciones de la cultura de club de la ciudad: podcasts, emisoras piratas, reggae y dancehall, electr¨®nica abstracta, broken beats, hip-hop y grime son parte de su amplio abanico de identidades, influencias y campos de acci¨®n. Seb Gainsborough, Joseph McGann, Chris Ebdon, Amos Childs y Sam Kidel fueron parte de los fundadores; el car¨¢cter mutable del colectivo y la efervescencia creativa de la ciudad han dado con nombres como (todos con m¨²ltiples alias y formando parte de infinidad de proyectos) Alex Rendall, Robert Hunt, Jack Richardson, Jasmine Butt, Paul Zaba o Chester Giles, entre otros, como piezas adicionales que articulan el grupo.

Si su disco de debut de 2015, Nexus (Ramp Recordings), era un trabajo eminentemente instrumental y orientado a la pista de baile, su sucesor, Young Echo (Young Echo), est¨¢ formado en su gran mayor¨ªa por cortes vocales y medios tiempos oscuros poco aptos para el baile. Tres ejes articulan las voces de los distintos MC (que aparecen sin acreditar, igual que los compositores de la m¨²sica, tal como suced¨ªa en Nexus) en los 24 cortes que conforman el ¨¢lbum. El reggae manda en ¡®Rock?steady¡¯ (¡°come dance the rocksteady ?with me¡±¡­ investiga en las oscuridades del g¨¦nero), ¡®Sedated¡¯ (dub profundo a la Rhythm & Sound), ¡®Bigger Heads¡¯ (tempo lent¨ªsimo y ecos del primer dubstep, Digital Mystikz 2018) y ¡®Stare¡¯ (dancehall a medio tiempo y en versi¨®n amable, arreglos escuela Burial). El hip-hop de espectro y geograf¨ªa amplios aparece en ¡®Psychology of Destructive Cult Leaders¡¯ (broken beats entre el rap cl¨¢sico americano y el grime ingl¨¦s), ¡®Hake¡¯ (esencial y ¨¦pica), ¡®Untitled¡¯ (recitado y The Streets al fondo de la escena), ¡®Wolfe¡¯ (¡°this is me, the rest is history¡±), ¡®Oh, Won¡¯t You¡¯ (sencilla y contundente, soul e industrial), ¡®Red Dot, Green Light¡¯ (Frank Ocean sin cortar y a la inglesa, un punto ¨¢lgido del disco), ¡®Home¡¯ (recitado existencial, crudo y jazzie, otro puntal del ¨¢lbum) y ¡®Wicked Ones¡¯ (que cierra el disco entre el hip-hop y el dub de filiaci¨®n industrial). El pop converge siempre muy cercano al trip-hop en ¡®Here¡¯ (Portishead al cuadrado), ¡®Anye¡¯ (dream pop), ¡®Oran¡¯ (infectada de soul, minimalista), ¡®Nothing¡¯ (con trazos de jazz, profunda y evocadora) y ¡®Kidney Punch¡¯ (entre el soul y el pop, mel¨®dica, bonita). El resto de cortes funcionan como peque?as c¨¢psulas, intersecciones de corta duraci¨®n, transiciones m¨¢s o menos peligrosas (con fuertes dosis de experimento) entre los lugares centrales del disco expuestos anteriormente.

Como obra total, Young Echo no es un trabajo redondo. Pero como muestra colectiva y libre ofrece pocas fisuras, cada tema funciona en s¨ª mismo con solvencia y originalidad, y se yuxtapone e interact¨²a a la perfecci¨®n con los cortes que le rodean en el ¨¢lbum. Es un disco de singles irrefutable. Es un espejo claro de una realidad art¨ªstica y social (la de Bristol) que lleva siendo un foco creativo primordial en Europa desde hace muchos a?os, una realidad de la que Young Echo son hoy un exponente innegable. Suenan cl¨¢sicos. A cl¨¢sico.