Teddy Bautista: el segundo p¨¢rrafo y lo que hay en un nombre
Un premio al m¨²sico es aqu¨ª una rareza, pues este pa¨ªs premia a los muertos pero no a los perdedores; en realidad, los premia cuando ya est¨¢n muertos
Los periodistas tenemos un grave problema con el segundo p¨¢rrafo. En este oficio, ese es un elemento decisivo para destacar o hundir lo que se dice de alguien en el p¨¢rrafo primero de una cr¨®nica. Desde hace siete a?os justamente ahora, Teddy Bautista est¨¢ siempre condenado en el segundo p¨¢rrafo. Cualquier cosa que suceda con ¨¦l, sea premiado, enfermo, sobreviviente o cazador furtivo, en el segundo p¨¢rrafo ser¨¢ siempre condenado a los infiernos. Porque hundi¨® la SGAE, porque est¨¢ a la espera de juicio, porque es insolvente, porque no se merece ni el cr¨¦dito que siempre se reserva en el segundo p¨¢rrafo a los presuntos culpables. Es un condenado de segundo p¨¢rrafo, y por lo que se ve siempre lo ser¨¢.
Hay segundos p¨¢rrafos ben¨¦volos, donde se le perdona la vida (a veces literalmente; otras veces se le persigue con sa?a por viejos t¨®picos que ni siquiera se sustancian), pero la tendencia es a clavarle cuchillas hasta en los dedos de hacer m¨²sica. Y as¨ª vive el hombre, sin derecho a segundo p¨¢rrafo ni siquiera cuando lo premian.
Un premio a Teddy Bautista es aqu¨ª una rareza, pues este pa¨ªs premia a los muertos pero no a los perdedores; premia, en realidad, a los perdedores cuando ya est¨¢n muertos. Teddy Bautista es un acusado, no es un perdedor, pues a¨²n no ha perdido el juicio (tampoco ha perdido el juicio, se le ve en su sano juicio). Lo cierto es que aunque parezca mentira le dieron este jueves un premio, adem¨¢s de honor, el premio Apolo de Honor a su larga carrera musical. Se lo entregaron colegas suyos en la SGAE, casa de la que una vez (junio de 2011) sali¨® como si hubiera robado la Capilla Sixtina. Entonces le pusieron en la faltriquera tantos delitos que parec¨ªa que ir¨ªa a mazmorras eternas, pero ah¨ª est¨¢, con peticiones que han ido decayendo, pero aunque sean todas, ¨¦stas siguen esperando que los jueces hagan lo que hasta ahora han deshecho ya periodistas y tertulianos de perversos segundos p¨¢rrafos.
La SGAE, por cierto, tuvo a bien filtrar que el premio se le dio all¨ª, pero la actividad no era de la entidad. A la SGAE tambi¨¦n habr¨ªa que regalarle una regla de c¨¢lculo de los segundos p¨¢rrafos.
Lo cierto es que le entregaron el premio, que unos cuantos canarios fueron (fuimos) a agasajarlo, junto con otros peninsulares que consideran que merece el cr¨¦dito de los segundos p¨¢rrafos. Y lo escuchamos hablar, con alegr¨ªa y emoci¨®n de un sentimiento que cay¨® sobre su cabeza desde el piano de su madre, la se?ora Garc¨ªa Panasco. Una vocaci¨®n constante y premiada, consistente. Algo que, sin duda, hubiera dado en tantos sitios para los segundos p¨¢rrafos sucesivos que merecen su esfuerzo y su trabajo como creador musical, desde Los Canarios hasta sus desconocidos (aqu¨ª, conocid¨ªsimos en el extranjero) conciertos en los que el aire, la tierra y el agua se juntan para entablar una batalla bell¨ªsima contra el ruido contempor¨¢neo.
Bueno, pues le entregaron el premio. Por lo que ha hecho por la m¨²sica: all¨ª se puso de manifiesto. Cuando acab¨® el acto le ofrecieron a ¨¦l y a otros premiados una copa de vino espa?ol y algunas bellas canciones. Seguro que los que aprovechan el segundo p¨¢rrafo para matar a la gente antes de que la condenen le hubieran sacado su cubito de hiel. ?l no bebe, pero en todo caso merece al menos el agua y la sal que se le niega en los segundos p¨¢rrafos que la crueldad elige para ir matando a la gente con los hachacitos rosa de los que Cabrera Infante hablaba imitando a Jos¨¦ Mart¨ª.
Babelia
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