Una mirada al mundo ¡®gipsy¡¯
Tres obras de investigaci¨®n coinciden con la celebraci¨®n del D¨ªa Internacional del Pueblo Gitano aportando una desconocida mirada intelectual m¨¢s all¨¢ de los habituales t¨®picos
En las cr¨®nicas hist¨®ricas aparec¨ªan como raza de rufianes de la que siempre se sospechaba. Los gitanos impregnaron la literatura contumbrista del siglo rom¨¢ntico y fascinaron con recelo a los viajeros ansiosos de pintoresquismo. Su imagen ha sufrido durante siglos el t¨®pico feroz pasando de las condenas antigitanistas del Antiguo R¨¦gimen a la fascinaci¨®n de la actual televisi¨®n espect¨¢culo en la que aparecen en una galer¨ªa de hip¨¦rboles y extravagancias. Pero, ?c¨®mo son en realidad los gitanos? ?Cu¨¢l es su origen? ?De qu¨¦ forma influyeron su lengua y sus costumbres en Espa?a? Coincidiendo con el D¨ªa Internacional del Pueblo Gitano aparecen tres oportunas novedades editoriales que ayudan a entender a este complejo pueblo desde una perspectiva hist¨®rica, literaria y filol¨®gica: Historia del pueblo gitano en Espa?a, de David Mart¨ªn S¨¢nchez, publicado por Catarata;?Estudios sobre los gitanismos del espa?ol, de Carlos Claver¨ªa, y?Teatro de gitanos y de la vida, de Juli Vallmitjana, ambos en Athenaica.
Lo tzigane, lo gitano, lo gipsy, lo egipcio o lo bohemio han provocado siempre una extra?a mezcla entre la curiosidad hechizante y el desprecio. Lo llamativo es que la realidad gitana ha sido analizada sobre los cimientos del estereotipo y en escasas ocasiones desde el ¨¢mbito acad¨¦mico. Entre los primeros intelectuales curiosos del mundo de lo gitano est¨¢ la ya casi m¨ªtica figura de George Borrow al que en Andaluc¨ªa se le llamaba Jorgito el ingl¨¦s. En la d¨¦cada de los treinta del siglo XIX el viajero brit¨¢nico llega a Espa?a como agente de la Sociedad B¨ªblica de Londres a Espa?a. Resultado de sus andanzas espa?olas est¨¢ el libro La Biblia en Espa?a, pero Borrow fue m¨¢s all¨¢ de sus estudios biblistas. Qued¨® seducido por los gitanos espa?oles y a ellos dedic¨® la obra The Zincali adem¨¢s de traducir en 1837 el?Evangelio de San Lucas al cal¨®. El estudio de Borrow coincid¨ªa adem¨¢s con la moda del flamenquismo entre los viajeros que buscaban en el Sur aventuras pasionales, emociones y personajes excesivos y extra?os.
En Historia del pueblo gitano en Espa?a, David Mart¨ªn S¨¢nchez asegura que las ilustraciones de gitanos de los siglos XVIII y XIX ¡°responden a estereotipos, im¨¢genes festivas y folcl¨®ricas o a personas en contexto de marginaci¨®n que, sin ser falsas, desvirt¨²an la verdad de un pueblo en el que solo una minor¨ªa se dedicaba al flamenco o viv¨ªa en cuevas¡±. Rodelas rayadas y de vivos colores, t¨²nicas, pa?uelos ce?idos a la nuca, collares, pulseras y argollas tobilleras definen el atuendo de estos personajes que sorprend¨ªan por su aspecto. Los camisones con mangas que usaban las gitanas y que descubr¨ªan parte del pecho y de la pierna provocaban el esc¨¢ndalo.
Paseo al Barrio de los Gitanos
Para culminar este rescate de bibliograf¨ªa gitan¨®fila Athenaica publica otro libro?raro y curioso:?Teatro de gitanos y de la vida, del escritor catal¨¢n Juli Vallmitjana, seguido del estudio La entrada pat¨¦tica de los gitanos en las letras occidentales, de Fernand Baldensperger. Joana Mas¨®, responsable de la edici¨®n, descubre la figura de Vallmitjana (1873-1937), que paseaba desde el barrio de Gr¨¤cia de Barcelona al de Hostafrancs para descubrir el hechizante mundo de los gitanos. Mientras que Fernand Baldensperger despliega en su ensayo un sorprendente mapa europeo de la representaci¨®n literaria de los gitanos desde las obras de Pushkin a Victor Hugo.
Mart¨ªn S¨¢nchez repasa las vicisitudes de los gitanos en Espa?a destacando varios periodos desde la llegada en el siglo XV de una inmigraci¨®n que entr¨® por los Pirineos procedente de Europa central. La primera referencia documental est¨¢ fechada en 1425, cuando Alfonso V de Arag¨®n autoriz¨® a viajar durante un trimestre por sus dominios a don Juan de Egipto Menor.
Seguir¨¢n entonces la pragm¨¢tica de los Reyes Cat¨®licos en 1499 y contin¨²a hasta Carlos III, que deroga las leyes que imped¨ªan la entrada de los gitanos en cualquier oficio al declarar que no proced¨ªan de ¡°ra¨ªz infecta¡± y convertir as¨ª a los gitanos en s¨²bditos productivos. No se decidi¨® expulsarlos como a las minor¨ªas de jud¨ªos y moriscos pero s¨ª padecieron la represi¨®n continua. ¡°Se intent¨® realizar una reglamentaci¨®n asimiladora por parte de las autoridades y cuando no fue posible se utiliz¨® al legislador para establecer penas dur¨ªsimas como las galeras y el destierro¡±, se?ala Mart¨ªn S¨¢nchez. Sin embargo, hay un episodio negro, el de la Prisi¨®n General de 1749, tambi¨¦n conocida como Gran Redada. ¡°Sucedi¨® durante el reinado de Fernando VI, con el ministro Ensenada como m¨¢ximo valedor de una postura extrema para acabar con la cuesti¨®n gitana. Entre 9.000 y 12.000 personas consideradas gitanas fueron apresadas y encerradas¡±, a?ade.
M¨¢s all¨¢ del tono negativo en los textos procesales hay otra realidad que desvela la aportaci¨®n riqu¨ªsima que el mundo gitano hace al idioma espa?ol incorporando palabras del cal¨®. En palabras del ling¨¹ista y soci¨®logo Jim¨¦nez Gonz¨¢lez, los gitanos espa?oles hablan gita?ol o espa?ol gitano. Precisamente, Athenaica recupera?Estudios sobre los gitanismos del espa?ol, una obra cl¨¢sica de quien fuera acad¨¦mico de la RAE y erudito fil¨®logo, Carlos Claver¨ªa. Claver¨ªa aport¨® argumentos a la erudici¨®n gitan¨®fila sentando las bases para trabajos posteriores en l¨¦xico gitanoespa?ol. Una obra que se public¨® en 1951, pero que sigue siendo una referencia hoy d¨ªa.
El estudio, que cuenta con presentaci¨®n de Pedro G. Romero e introducci¨®n de Ivo Buzek, presenta el rastreo de Claver¨ªa en la literatura espa?ola para descubrir tipos gitanos en obras literarias como La gitanilla, de Cervantes,?Don ?lvaro, del Duque de Rivas, o los sainetes de Ram¨®n de la Cruz en el siglo XVIII.
Babelia
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