Atenas contada por un zascandil
En su nueva novela M¨¢rkaris recorre con amor y nostalgia la ciudad que nunca ver¨¢n los turistas
Cansado, tal vez, de o¨ªr toser al viejo Mirafiori del comisario Jaritos en el engrudo del tr¨¢fico ateniense, Petros M¨¢rkaris, autor de la c¨¦lebre serie negra, se embarca en un paseo, hilvanado por un rosario de estaciones de metro, para desentra?ar los secretos de la ciudad. M¨¢s zascandil que fl?neur, guiado por el aroma inconfundible de las mejores tabernas, M¨¢rkaris recorre con amor y nostalgia la Atenas que nunca ver¨¢n los turistas: hay pocas referencias, casi ninguna, a las joyas arqueol¨®gicas, y muchas a los barrios nuevos, de aluvi¨®n, donde grafitis, olivos de crecimiento indisciplinado entre solares, abusos urban¨ªsticos y mestizaje demogr¨¢fico van de la mano.
La Atenas por la que pasea el escritor es la misma que atraviesa a diario su criatura literaria, hoy al volante de un Seat: un decorado de grandes avenidas inh¨®s?pitas, con concierto gratuito de cl¨¢xones, y bloques de hormig¨®n est¨®lidos entre los que, milagro, de vez en cuando brotan casitas de los a?os veinte con jard¨ªn o huerta, o patios donde una familia regenta un asador desde hace d¨¦cadas. La modestia y el decoro ¡ªla reivindicaci¨®n de lo genuino y lo popular; el rechazo visceral a la afectaci¨®n y la impostura de los nuevos ricos que precipitaron a Grecia al hoyo de la crisis¡ª son un valor capital para M¨¢rkaris ¡ªy para Jaritos, poco amigo tambi¨¦n de tonter¨ªas¡ª, y el recorrido que emprende desde el puerto del Pireo hasta el barrio pijo de Kifisi¨¢ lo demuestra.
Desde el mar hasta un bosque casi alpino, de los ferris con vientres de ballena y las casas de mala nota del principal puerto de pasajeros de Grecia hasta el feudo residencial del establishment, Kifisi¨¢, al lado del arrumbado palacio real de Tatoi, Pr¨®xima estaci¨®n, Atenas es un tratado sociol¨®gico e hist¨®rico sin pretenderlo, adem¨¢s de una encantadora miniatura viajera. Pocos nombres de estaciones de metro por las que pasa dir¨¢n algo al turista: Zision, Monastiraki y Omonia, si acaso. Pero desde ese centro hist¨®rico, salpicado de fachadas neocl¨¢sicas que dejaron los arquitectos b¨¢varos del primer rey griego, el tambi¨¦n b¨¢varo Ot¨®n, M¨¢rkaris, estaci¨®n a estaci¨®n, acaricia la verdadera piel de la ciudad, tan anodina a simple vista como pre?ada de matices e historias.
Cabe se?alar que el original se public¨® en 2010, en los albores de la crisis, pero en sus p¨¢ginas el observador M¨¢rkaris ya la barrunta, perge?ando una definici¨®n inapelable que luego ampliar¨¢ en su estupendo libro La espada de Damocles (Tusquets): el decoro de la cultura de la pobreza, frente al espejismo de una cultura de la riqueza que los griegos nunca llegaron a adquirir. El recorrido que aqu¨ª realiza lo recuerda a cada tramo, con incursiones en barrios obreros (Tavros, Petr¨¢lona), menestrales como Neo F¨¢liro o de clase baja como Mosjato; de clase media laminada despu¨¦s por la crisis (Kallizea), o en dos aut¨¦nticas reliquias: Nea Ion¨ªa y Nea Filadelfia, barrios construidos a partir de los a?os veinte del pasado siglo para albergar a los refugiados griegos de Asia Menor. Lugares donde a¨²n resuenan melod¨ªas orientales y la cocina, sostiene el estambul¨ª M¨¢rkaris ¡ªall¨ª naci¨® en 1937¡ª, es m¨¢s aut¨¦ntica.
Una armon¨ªa de antenas parab¨®licas, colmados, retsina de barril, geranios plantados en antiguas latas de aceite, suvlakis, citas literarias (siempre hay un gui?o a su admirado Nazim Hikmet), teatros vibrantes, posos de caf¨¦ y calles bonitas (y tambi¨¦n feas): todo eso, y m¨¢s, es Pr¨®xima estaci¨®n, Atenas.
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Autor: Petros M¨¢rkaris.
Editorial: Tusquets Editores S.A. (2018).
Formato: tapa blanda (224 p¨¢ginas)
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