¡®Factor X¡¯ vuelve de donde nunca se fue
Si la industria embute y centuplica los programas de jueces, hablar de regreso es una ingenuidad
Decir que Factor X volvi¨® anoche a las pantallas nos empantanar¨ªa en una paradoja cu¨¢ntica. ?Volvi¨® de d¨®nde? ?Se fue alguna vez? Si la industria embute y centuplica los programas de jueces que sobreact¨²an arrobamiento mariano ante la interpretaci¨®n de gente que hace cosas, hablar de regreso es una ingenuidad.
Resulta imposible volver de donde nunca se ha ido porque es imposible volver de la omnisciencia. Todo es Factor X (Telecinco), hasta el punto de que Black Mirror propuso su propia distop¨ªa basada en el programa. El original de Simon Cowell, ep¨ªtome de emprendedor mazas, tuvo tanto ¨¦xito que replic¨® la f¨®rmula con Got Talent (b¨¢sicamente la misma idea, solo que enjuiciando talento y no solo m¨²sica). De esa multiplicaci¨®n nacieron otras versiones, como una recua de gremlins que iban exportando la f¨®rmula por todos los pa¨ªses. Aqu¨ª se intent¨® hace a?os, con Miqui Puig como jurado estrella, y ahora se resucita, en formato prestige, ante el ¨¦xito de otras hibridaciones. Pero no hay alma. Las galas de Operaci¨®n Triunfo terminaban y los fans se iban al 24 horas, segu¨ªan a los concursantes en redes, constru¨ªan su propia narrativa. Esto, en cambio, parece una conserva de entusiasmo en lata. Factor X es a la tele lo que la coca¨ªna al organismo: un pico de euforia encapsulada durante un lapso artificial al que solo puede suceder la depresi¨®n.
El esquema es siempre igual. Alguien act¨²a. Tensi¨®n. Planos de los miembros del jurado. ?Les gustar¨¢? ?No? ?Qui¨¦n se atreve a escrutar las muecas de Risto? Contraplano del presentador buenrollero (hoy Jes¨²s V¨¢zquez, ayer Santi Mill¨¢n, anteayer Christian G¨¢lvez), que mira a c¨¢mara entre bastidores y agita la mano muerta como diciendo ¡°?qu¨¦ chorro de voz!¡± Deliberaci¨®n. Gritos de la familia. Y a casa.
Todo es Factor X. Y Got Talent. Y La Voz. Y T¨² si que vales. En los tronos del C¨¦sar siempre hay un malote (Mejide), un industrial (Montesinos), una estrella espont¨¢nea (Pausini), y alguien que no se sabe muy bien qu¨¦ hace ah¨ª (Mart¨ªnez).
Como en el Congreso de los Diputados o tu grupo de amigos, m¨¢s o menos. ¡°En ti he percibido una sensibilidad que no he visto en much¨ªsimos a?os delante de un escenario¡±. Estas palabras se las dijo anoche Risto a una concursante. No s¨¦ cu¨¢ntos talents habr¨¢ encadenado el publicista ¡°en much¨ªsimos a?os¡±, y eso se lo suelta a la primera que pasa por esta nueva edici¨®n. Como cuando en una noche de farra le dices a ese tipo que acabas de conocer que lo quieres un mont¨®n, hombre, un mont¨®n. Lo dicho: euforia, cl¨ªmax, bajona. Y depresi¨®n.
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