La gran conversaci¨®n
Los instrumentos de cultura se hallaban, sobre todo, en la ciudad, pero gracias a Internet se han colado y diversificado en casa
Primero fue el cosmos, despu¨¦s el hogar. O viceversa. Los dep¨®sitos e instrumentos de cultura se hallaban, sobre todo, en la ciudad, pero cada vez m¨¢s con Internet se han colado y diversificado en casa. Tanto el llamado Google Home como sus semejantes son artilugios que pueden mantener una conversaci¨®n personalizada, facilitarnos la contemplaci¨®n de un paisaje a remoto, el interior de un panal o un penal y, en general, toda la miner¨ªa del conocimiento terrenal o no.
Estos aportes de la ub¨¦rrima ingenier¨ªa actual son de hace un par de a?os; sin embargo, desde los comienzos de este se comercializa el Google Home Mini o el Amazon Echo Dot peque?os, amables y semejantes a una pelota de goma con la que juegan los ni?os en el parque o en una habitaci¨®n. Y se tratar¨ªa de un juguete m¨¢s si no fuera por los innumerables y serios servicios que prestan bajo las ¨®rdenes de su amo. O m¨¢s que eso: los buenos servicios que prestan adelant¨¢ndose incluso a la enunciaci¨®n del deseo. Son pues de una parte como mayordomos y de otra como geishas. En el primer caso concretan una realidad y, en el segundo, un sue?o que perfila la identidad del due?o. El Google Home Mini tiene un precio de 39 euros y otro tanto el Amazon Echo Dot.
?Para qu¨¦ acudir a la escuela o la universidad? Crecientemente la poblaci¨®n ser¨¢ autodidacta. Y las m¨¢quinas desarrollar¨¢n esta suerte de informa-educaci¨®n, pulsando o hablando a un bot¨®n. Una oferta que elimina al intermediario, tal como sucede ya en casi en cualquier sector. Como ocurre ya en la compraventa de objetos o alimentos o en las operaciones financieras gracias a la enigm¨¢tica osad¨ªa del bitcoin.
?Bueno? ?Malo? ?Regular? El eje de todo este nuevo mundo es la conversaci¨®n cara a cara y, en ocasiones, por copulaci¨®n. Hasta los coches en una acci¨®n de eficiencia y seguridad vial han comenzado a hablar entre s¨ª como los m¨¢s recientes Toyota, y enseguida todos los dem¨¢s. La globalizaci¨®n es un t¨®pico viejo si se compara con esta intercomunicaci¨®n total. ?Ser¨¢ Internet el suced¨¢neo de Dios? El plagio del Esp¨ªritu Santo al menos, porque de la misma manera que esa persona divina emerge de la sagrada reuni¨®n, un esp¨ªritu providencial se eleva de una laica religi¨®n (el sinte¨ªsmo). La conversaci¨®n o el sinte¨ªsmo flameando sobre las cabezas de la nueva humanidad.
Babelia
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