La revoluci¨®n desde la segunda fila
Mayo del 68 estuvo lejos de ser un movimiento feminista, pero abri¨® las puertas a una mayor concienciaci¨®n sobre la igualdad
Muchas mujeres participaron en las protestas de mayo de 1968 en Par¨ªs. Ah¨ª est¨¢n las fotos que las muestran en los encierros universitarios, manifestaciones, barricadas, en el proceso de creaci¨®n art¨ªstica de los legendarios carteles y esl¨®ganes que siguen plagando el imaginario actual. Pero ?d¨®nde est¨¢n las l¨ªderes? No busquen. No hay. Porque Mayo del 68 no fue un movimiento feminista. Aun as¨ª, 50 a?os despu¨¦s del levantamiento de la juventud francesa, historiadoras del feminismo coinciden en que esas semanas de mayo y junio fueron un preludio, la primavera que sembr¨® una conciencia feminista que en los a?os siguientes se constituir¨ªa con fuerza en todo el pa¨ªs y obtendr¨ªa victorias decisivas, como el derecho al aborto.
¡°Mayo del 68 no fue un movimiento feminista. Hab¨ªa muchas mujeres en las calles, en las asambleas, pero no tomaban la palabra porque, si lo hac¨ªan, de todos modos, r¨¢pidamente eran interrumpidas por alg¨²n hombre que consideraba que no hab¨ªan dicho nada interesante. Por eso, no se ver¨¢ jam¨¢s en las fotos a una mujer l¨ªder¡±, explica la soci¨®loga Christine Delphy.
Sabe de lo que habla. Cofundadora de la revista Nouvelles Questions F¨¦ministes junto con Simone de Beauvoir, Delphy particip¨® en junio de 1968 en la ¨²nica reuni¨®n feminista que se celebr¨® durante toda la revuelta estudiantil parisiense, la del grupo F¨¦minin-Masculin-Avenir (FMA). ¡°Era la primera vez que las mujeres ped¨ªan una sala en la Sorbona ocupada, cuando hab¨ªa 50 reuniones al d¨ªa desde hac¨ªa un mes y medio. Nos lo dijo la persona que se ocupaba de otorgar esos espacios cuando le solicitamos uno¡±, recuerda.
Como en todo movimiento pol¨ªtico, ellas estaban all¨ª para cocinar, acostarse con los hombres y para que funcionara la imprenta
¡°Eso demuestra que el feminismo no era realmente un tema en Mayo del 68, era un movimiento muy sexista. Como en todo movimiento pol¨ªtico, ellas estaban all¨ª para cocinar, para acostarse con los hombres y para que funcionara el mime¨®grafo [la m¨¢quina con la que se imprim¨ªan a mano los panfletos estudiantiles¡±, resume Delphy. Curiosamente, es la misma imagen que usa, en otra conversaci¨®n, la historiadora Fran?oise Picq, autora del libro Lib¨¦ration des femmes, quarante ans de mouvement, para condensar la situaci¨®n en esas semanas convulsas: ¡°Hab¨ªa una divisi¨®n sexual del trabajo militante: los hombres al micr¨®fono y las mujeres al mime¨®grafo¡±. A la sombra. En segunda fila.
La Francia de 1968 segu¨ªa siendo un pa¨ªs patriarcal. Cuando estall¨® la revuelta estudiantil, hac¨ªa solamente tres a?os que las mujeres casadas ten¨ªan derecho, por ley, a abrir una cuenta en el banco a su nombre o a trabajar sin necesidad de una autorizaci¨®n de su marido (en Espa?a habr¨ªa que esperar a¨²n otra d¨¦cada). Eso s¨ª, hasta 1970 no se suprimir¨ªa el concepto de ¡°jefe de familia¡± del C¨®digo Civil. Y si bien desde 1944 las mujeres pod¨ªan votar y participar en elecciones en las mismas condiciones que un hombre, en Mayo del 68, de los 487 diputados de la Asamblea Nacional, solo 11 eran mujeres, una cifra que caer¨ªa a 8 tras las elecciones legislativas de junio de ese mismo a?o.
¡°En el instituto ten¨ªamos prohibido ir en pantal¨®n o maquillarnos, nuestro destino como mujeres era casarnos y basta¡±, recuerda Catherine, que era una adolescente cuando estall¨® Mayo del 68 y particip¨® en todas las manifestaciones. ¡°Est¨¢bamos en colegios mixtos, pero luego hab¨ªa carreras solo para hombres. La escuela de aviaci¨®n civil o las de comercio estaban cerradas a las mujeres¡±, coincide Dominique Dor¨¦. Ambas son hoy jubiladas y viven en la Maison des Babayagas, una residencia feminista autogestionada en Montreuil, en las afueras de Par¨ªs, que fue erigida bajo el esp¨ªritu de apertura de Mayo del 68, como proclam¨® una de sus fundadoras al inaugurar la casa, en la que residen una veintena de mujeres desde 2012. Ese esp¨ªritu, recuerda Dominique, donde ¡°lo importante era ¡ªal contrario de lo que afirmaba Margaret Thatcher, que dec¨ªa que no hay alternativa¡ª decir que s¨ª, que hay una alternativa posible¡±. Y que permiti¨® a mujeres como ella o Catherine seguir caminos diferentes a los que la sociedad parec¨ªa predestinarlas.
Cuando estall¨® la revuelta estudiantil, hac¨ªa solamente tres a?os que las mujeres casadas ten¨ªan derecho a abrir una cuenta en el banco o a trabajar sin necesidad de una autorizaci¨®n de su marido
Es eso precisamente lo que, sin hacer de Mayo del 68 un movimiento transgresor para el feminismo, provoc¨® un cambio que acabar¨ªa posibilitando la oleada feminista que invadi¨® Francia y Europa en la d¨¦cada siguiente.
En el pr¨®logo del libro Filles de Mai: m¨¦moires des femmes, que recoge en forma de abecedario ¡ªbarricadas, aborto, cambios, libertad, familia, feminismo¡¡ª los recuerdos de c¨®mo vivieron aquella revoluci¨®n 25 mujeres an¨®nimas, la militante feminista e historiadora Michelle Perrot define Mayo del 68 como ¡°un comienzo, un preludio¡±, porque ¡°las cosas importantes comienzan despu¨¦s¡±.
¡°Se puede decir que el movimiento feminista que lleg¨® despu¨¦s bebi¨® de la fuente de Mayo del 68¡±, corrobora ?Picq, integrante del Movimiento de Liberaci¨®n de las Mujeres (MLF), el grupo feminista no mixto, heredero del FMA, que tom¨® fuerza a comienzos de los a?os setenta y que reivindicaba la libre disposici¨®n del cuerpo de las mujeres y cuestionaba la sociedad patriarcal imperante.
La p¨ªldora, aunque legal desde 1967 en Francia, no se populariz¨® realmente hasta que en 1974 su coste empez¨® a ser reembolsado por la Seguridad Social. Un a?o m¨¢s tarde, en 1975, Francia legalizaba el aborto con la llamada ley Veil, de la ministra ¡ªconservadora¡ª Simone Veil. ¡°La izquierda, que al principio pensaba que las feministas no eran m¨¢s que un pu?ado de peque?oburguesas, empez¨® a darse cuenta de que las cosas cambiaban y que pod¨ªa darse un movimiento de masas a partir del feminismo, de luchas como el derecho al aborto¡±, analiza Picq, para quien, parad¨®jicamente, el feminismo es ¡°lo m¨¢s s¨®lido¡± que qued¨® del esp¨ªritu de Mayo del 68.
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