Ser mujer y ¡®dj¡¯ no deber¨ªa ser excepcional

Su carrera comenz¨® en Berl¨ªn, pero ella rompe una lanza por su ciudad de origen: "Viena es mucho m¨¢s peque?a, pero m¨¢s ecl¨¦ctica. Concentra un sinf¨ªn de propuestas experimentales en muy poco espacio". A sus 55 a?os, Susanne Kirchmayr, alias Electric Indigo, mira con ojos escrutadores flanqueados por sienes rapadas, y aparenta justo lo que es: una artista que crea m¨²sica electr¨®nica con actitud punk y prurito intelectual. "Investigo mucho, esto no va de juntar sonidos pregrabados", aclara.

Horas despu¨¦s actuar¨¢ en Tresor, uno de los clubs m¨¢s importantes de la capital alemana, que es lo mismo que decir del mundo. "Berl¨ªn es especial para m¨ª porque aqu¨ª fue donde empec¨¦ a interesarme por la m¨²sica electr¨®nica. Ya pinchaba antes, pero me limitaba a poner canciones de hip hop, jazz y funk, sin mucho orden ni concierto." Un d¨ªa cay¨® en sus manos un ¨¢lbum de Trax Records y se dej¨® cautivar por el house de Chicago, que marcaba el repertorio de la discogr¨¢fica. Se mud¨® a Berl¨ªn para estar m¨¢s cerca de aquel movimiento, y empez¨® a trabajar en la legendaria tienda de discos Hard Wax. All¨ª, a principios de los noventa, se empap¨® de los nuevos sonidos sint¨¦ticos, muchas veces, de la mano de sus propios autores, que pasaban a menudo.

El sonido vendr¨¢ de todas partes, y de ninguna

"Hab¨ªa gente reci¨¦n llegada, como Dj Rush, que era capaz de mezclar samplers y vocales una naturalidad incre¨ªble, y de alternar techno con pasajes m¨¢s mel¨®dicos. La m¨²sica por la que apostaban en Trax Records era algo completamente diferente a lo que se hab¨ªa hecho antes", recuerda, "me abri¨® much¨ªsimo la mente, en esa m¨²sica electr¨®nica que nac¨ªa en Chicago encontraba la esencia del funk, del hip hop y hasta del jazz, pero con una ¨®ptica totalmente diferente". Un a?o m¨¢s tarde comenz¨® a interesarse por el techno alem¨¢n, que se fraguaba con especial ah¨ªnco en M¨²nich. All¨ª conoci¨® a Dj Hell, y se cre¨® su propio circuito por las salas de la ciudad b¨¢vara.

Poco despu¨¦s, la artista orden¨® todos aquellos descubrimientos en su cabeza, los llev¨® a su propio costal y en 1993 lanz¨® su primer disco de m¨²sica experimental. Desde entonces lleva m¨¢s de 30 ¨¢lbumes, y el ¨²ltimo, 5 1 1 5 9 3, lo presentar¨¢ el pr¨®ximo viernes en el festival LEV de Gij¨®n. Lo acaba de facturar Imbalance Computer Music, el sello de Robert Henke, punta de lanza de la m¨²sica electr¨®nica alemana. Para su debut asturiano estrenar¨¢ un sistema de sonido envolvente: "Lo mejor es olvidarse de conceptos como orientaci¨®n o procedencia. El sonido vendr¨¢ de todas partes, y de ninguna", adelanta.

Aunque la carrera de Electric Indigo es extensa y su af¨¢n estudioso la han llevado a ser conferenciante habitual en instituciones como la Universidad de Mu?sica y Artes Esce?nicas de Viena, ella misma reconoce que uno de sus mayores logros solo tiene que ver con la m¨²sica tangencialmente: es la creadora de Femmale: pressure, una base de datos internacional para artistas femeninas y transg¨¦nero en los campos de la m¨²sica electr¨®nica y otras obras digitales, que tiene m¨¢s de 20 a?os y cuenta con miles de adheridas de 72 pa¨ªses. "Lo hice porque, mientras estaba de gira, me confrontaron comentarios sobre la excepcionalidad de ser una mujer dj", explica, "al principio me sorprendi¨®, porque me enfrentaba a comentarios despectivos de los t¨¦cnicos o del p¨²blico, en mitad de la noche, poco antes de una sesi¨®n a las 3 de la ma?ana. No eran las circunstancias ideales para hablar sobre este tema, por eso decid¨ª pasar a la acci¨®n y crear esta base de datos". La artista no cree que se haya evolucionado mucho en este tiempo. "El machismo sigue presente ah¨ª. Por eso es importante que luchemos m¨¢s que nunca por nuestra visibilidad. Somos muchas mujeres haciendo este tipo de m¨²sica. Solo hace falta que el resto de d¨¦ cuenta".