La pintura retrata las heridas de la brecha de g¨¦nero
Un estudio reciente, que ha analizado 113.000 transacciones de 725 casas de pujas, revela que no hay ninguna pintora entre los 50 artistas que m¨¢s vendieron en subasta el a?o pasado
La mujer ha pasado a trav¨¦s de la historia del mercado del arte con la irrelevancia de un copo de nieve en una avalancha. En nuestros d¨ªas, poco ha cambiado. Un reciente trabajo del economista Roman Kr?ussl, para la publicaci¨®n alemana Manager Magazin, revela que la expresi¨®n art¨ªstica con mayor ¨¦xito comercial es un club privado de hombres. No hay ninguna pintora entre los 50 artistas que m¨¢s vendieron el a?o pasado en subasta. Ha pasado el cedazo por 113.000 transacciones y 725 casas de pujas. Nada. Solo, al fondo, el eco hiriente de aquellas declaraciones que en 2013 lanz¨® en el semanario Der Spiegel el artista George Baselitz: ¡°Las mujeres no pintan muy bien. Es un hecho. Hay, desde luego, excepciones. Agnes Martin o en el pasado Paula Modersohn-Becker. Me encanta ver alguna tela suya. Pero no es Picasso, no es Modigliani ni es Gauguin¡±.?
Esa provocaci¨®n es el retrato de una injusticia avalada por los n¨²meros. El informe de Roman Kr?ussl, profesor en la Escuela de Finanzas de Luxemburgo, sit¨²a en los tres primeros puestos por ventas el a?o pasado a Leonardo da Vinci (450 millones de d¨®lares por su c¨¦lebre Salvator Mundi), Pablo Picasso (415 millones) y Jean-Michel Basquiat (335 millones). Los tres artistas fallecidos, los tres representantes del canon occidental. La primera pintora que aparece (en el puesto 51?) es la expresionista abstracta estadounidense Joan Mitchell (1925-1992), con 30 millones. Solo hay otra m¨¢s dentro de los cien primeros. Ese espacio (62?) lo ocupa Agnes Martin (1912-2004). La creadora minimalista brit¨¢nica vendi¨® piezas por 27 millones. ¡°Las mujeres est¨¢n ausentes del segmento superior del mercado, que atrae a m¨¢s del 80% del dinero que se invierte¡±, matiza Roman Kr?ussl.
Un cambio en marcha
El arte, dir¨ªase, refleja la misma discriminaci¨®n sistem¨¢tica hacia las mujeres que otros mundos. De ah¨ª que tambi¨¦n ganen menos. Kr?ussl analiz¨® 1,5 millones de ventas en subasta de 66.442 artistas entre 1970 y 2013 y hall¨® que el precio medio por transacci¨®n era de 48.212 d¨®lares (39.800 euros) para los hombres y de 25.262 (20.900 euros) en las mujeres. ¡°Esta brecha solo la pueden cambiar los coleccionistas. Las cuotas, por ejemplo, son in¨²tiles y contraproducentes. ?nicamente cuando los coleccionistas compren prioritariamente obras de mujeres en galer¨ªas y ferias de arte las cosas ser¨¢n distintas¡±, observa el economista. Es dif¨ªcil establecer esa discriminaci¨®n positiva. Porque una colecci¨®n es un relato y cada instituci¨®n y cada coleccionista construye el suyo. ¡°El mercado debe decir, de lo contrario siempre se sentir¨¢n en segunda divisi¨®n, que no ganaron ese espacio por su calidad art¨ªstica sino por los cupos¡±, sostiene Kr?ussl.
Pero el problema resulta m¨¢s complejo. El mercado e infinidad de instituciones (Tate, Reina Sof¨ªa, MoMA) han recuperado el relato y la cotizaci¨®n de pintoras como Carmen Herrera, Irma Blank, Etel Adnan o Maria Lassnig. Un esfuerzo que a¨²n se percibe igual de lento que el caminar de los bueyes sobre la nieve. ¡°La brecha de g¨¦nero es real; sin embargo, el cambio, aunque vaya despacio, est¨¢ en marcha¡±, defiende Tanya Barson, conservadora jefe del Macba. ?Es as¨ª? En Nueva York, la artista Marilyn Minter (Estados Unidos, 1948), una respetada voz liberal y feminista, trabaja en varios de sus solicitados esmaltes sobre metal. Im¨¢genes que reivindican la sexualidad de una mujer poderosa. Maneja precios elevados (una pintura de dos metros supera los 210.000 euros) y decenas de coleccionistas aguardan turno por sus cuadros. ¡°La fractura est¨¢ ah¨ª porque existe un gran sistema de apoyo para los artistas masculinos, especialmente de mi grupo de edad¡±, critica. ¡°Solo me importa hacer lo que quiero, me da igual el dinero. El mundo est¨¢ cambiando r¨¢pidamente y las mujeres, con sus ingresos propios, modificar¨¢n el juego al coleccionar artistas de su mismo sexo¡±.
Ese es uno de todos los futuros posibles. El presente asoma m¨¢s confuso y fragmentado. Por un lado, est¨¢n llegando mujeres a la direcci¨®n de centros de prestigio, como los museos Tate (Maria Balshaw), Tate Modern (Frances Morris) o el parisino museo d¡¯Orsay (Laurence des Cars). Pero, a la vez, la geograf¨ªa levanta sobre el mapa del mundo una frontera inesperada. En Brasil, recuerda Gabriel P¨¦rez Barreiro, director de la 33? Bienal de S?o Paulo, los artistas m¨¢s valorados y reconocidos son casi todas mujeres. Anita Malfatti, Tarsila do Amaral, Maria Martins, Lygia Clark, Lygia Pape, Beatriz Milhazes, Adriana Varej?o. ¡°Y esto no es un fen¨®meno nuevo sino que ha sido as¨ª desde el inicio del siglo XX. Esto me hace preguntar si ?no ser¨ªan m¨¢s machistas las instituciones europeas y norteamericanas que ahora se jactan de haber descubierto el feminismo?¡±.
Los diez autores m¨¢s vendidos del a?o pasado
Leonardo da Vinci. Salvator Mundi. 450.312.500 d¨®lares.
Pablo Picasso. Femme assise, robe bleue. 415.156.404 d¨®lares.
Jean-Michel Basquiat. Untitled. 335.183.273 d¨®lares.
Qi Baishi. Screens of Landscapes. 261.402.859 d¨®lares.
Andy Warhol. Sixty Last Suppers. 245.668.733 d¨®lares.
Zhang Daqian. Ancient temples amidst clouds. 229.630.518 d¨®lares.
Claude Monet. Matinee sue la Seine. 181.482.539 d¨®lares.
Cy Twombly. Leda and the Swan. 173.449.002 d¨®lares.
Fu Baoshi. The Majestic mount Mao.169.529.914 d¨®lares.
Zao Wou-Ki. 29/01/1964. 157.382.704 d¨®lares.
El jueves pasado, Jo?o Fernandes, subdirector de Museo Reina Sof¨ªa, repasaba las salas de la emocionante exposici¨®n que le ha dedicado a Pessoa. Reconoce que cuando imagina una muestra acuden, primero, m¨¢s nombres de artistas masculinos. ¡°Por eso tenemos que sospechar de nosotros mismos y luchar contra las intuiciones inmediatas. Cuando llegu¨¦ de la Fundaci¨®n Serralves (Portugal) sab¨ªa que entraba en el museo del Guernica pero no en el de [la artista] ?ngeles Santos¡±. Y a?ade: ¡°Las instituciones son parte de una sociedad estructuralmente machista y esto se revela en datos como la venta de pintoras en subasta¡±.
Pero en ese club de la inequidad, donde las dos pintoras vivas m¨¢s solicitadas el a?o pasado fueron Marlene Dumas (vendi¨® obras por valor de 17 millones de d¨®lares) y Cecily Brown (15 millones), quiz¨¢ el aut¨¦ntico ¨¦xito sea ¡°fracasar¡±. ¡°Una de las bases del feminismo es replantear las estructuras de poder, por eso quiz¨¢ no le interese formar parte de cierto tipo de rankings¡±, ahonda Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sof¨ªa. ¡°Si es as¨ª, me parece interesante que no sean las m¨¢s vendidas. No se trata de estar en el top 10 sino de cuestionarlo¡±. Pintar de otra manera.
Pintar una injusticia
Se pinta desde la noche de los tiempos. Quiz¨¢ por eso est¨¢ expresi¨®n se ha convertido en el fetiche del mercado del arte. Un espacio donde las mujeres han sido ignoradas. ?Por qu¨¦? El sexismo es una respuesta que se percibe en la dificultad que tienen para encontrar galer¨ªas y relacionar talento y cotizaci¨®n. El precio m¨¢s alto en subasta en 2006 de la expresionista abstracta Judith Godwin fue de 26.000 d¨®lares, en 2012, su compa?ero, Frank Kline, lleg¨® a 40 millones. ¡°El mercado [para las pintoras] siempre ha sido muy reducido y siempre lo ser¨¢. Pues los ricos est¨¢n muy desnortados culturalmente y, la mayor¨ªa, no fueron bendecidos por el buen gusto¡±, ironiza el coleccionista y marchante angelino Stefan Simchowitz. ¡°Pues no es solo una brecha de g¨¦nero, afecta a toda la producci¨®n cultural¡±. Un ejemplo. El Instituto Smithsonian se estructura en 19 museos y ninguno de ellos est¨¢ dedicado a las mujeres.
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