La raz¨®n de ser de Manic Street Preachers
El nuevo ¨¢lbum del grupo, 'Resistance Is Futile', recibe una calificaci¨®n de 8 sobre 10
¡°Al principio, cuando ¨ªbamos ganando, cuando nuestras sonrisas eran amables...¡±, recitaba James Dean Bradfield, en If You Tolerate This Then Your Children Will Be Next, de This Is My Truth, Tell Me Yours uno de sus discos m¨¢s aclamados, en 1998. En la frase y en su cadencia se concentraban uno de los elementos m¨¢s reconocibles de Manic Street Preachers: la nostalgia por una fuerza y energ¨ªa ya perdidas. El otro elemento que conforma la identidad del grupo era su amor por las consignas pol¨ªticas y filos¨®ficas en t¨ªtulos y canciones: desde Chomsky a Greil Marcus, Manic Street Preachers jugaban a ser predicadores generacionales con excelente resultado.
Artista: Manic Street Preachers
Disco: Resistance Is Futile.
Sello: Columbia / Sony
Calificaci¨®n: 8 sobre 10
Todo esto permanece en Resistance Is Futile, un disco que, como siempre, ya desde el t¨ªtulo, apuesta al todo o nada: al lema generacional, a la consigna conocida y a la capacidad del fan para identificar de algo gen¨¦rico algo particular que resuena inmediatamente con su propia vida.
Con cada nuevo disco de la banda es necesario echar la vista atr¨¢s. Aunque no lo parezca, Manic Street Preachers llevan m¨¢s de treinta a?os de carrera. Treinta. A?os. ?Qu¨¦ tiene el grupo que les ha asegurado una carrera tan longeva? La respuesta se vislumbra sin ambages en este ¨¢lbum: continuidad. Desde el primer tema People Give In, tenemos a los Manic de siempre. Algo de hero¨ªsmo, algo de metaf¨ªsica - ¡°La gente es valiente, la gente se pierde, no hay una teor¨ªa del todo¡±, repite Bradfield, tranquilizando a su p¨²blico que puede rondar ya la mediana edad. Persiste claramente la voluntad de ser una banda total y absolutamente reconocible que sabe lo que es y no juega a otra cosa.
Por momentos, eso s¨ª, Resistance is futile se aleja demasiado de la ecuaci¨®n que funcionaba a la banda, la combinaci¨®n entre melancol¨ªa y ¨¦pica, y carga demasiado las tintas hacia el rock de estadio. Sucede con Distant colours, que podr¨ªa haber firmado, aunque suene a sacrilegio, unos Queen contempor¨¢neos, o Vivian, que parece una balada y acaba transform¨¢ndose en otra pieza m¨¢s con aires de rock setentero. Lo mismo sucede con Dylan & Caitlin, quiz¨¢s una de las canciones m¨¢s s¨®lidas del disco, que suena extra?amente positiva teniendo en cuenta que trata la tormentosa y alcoh¨®lica relaci¨®n entre el poeta Dylan Thomas y su esposa Caitlin.
Pero es en Liverpool Revisited y The Left Behind d¨®nde finalmente cristaliza de qu¨¦ van los Manic Street Preachers: ¡°Mientras pienso en el a?o 96, caen las l¨¢grimas¡± dice la primera. ¡°No quer¨ªa que cambiaras / prefiero quedarme como era¡±, recita la segunda. El ba?o de la nostalgia por lo que fue, lo que pudo ser y no fue, o simplemente lo que toda una generaci¨®n imagin¨®, se hace real. Esa nostalgia para la que eran -?¨¦ramos?- demasiado j¨®venes en su momento, que cultivan desde los noventa, ahora aparece en toda su gloria, y finalmente cobra toda su raz¨®n de ser. Tras treinta a?os, finalmente Manic Street Preachers han llegado a su destino.
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