Maria Callas se confiesa
Un documental reconstruye la vida de la cantante de ¨®pera m¨¢s famosa de la historia a trav¨¦s de grabaciones in¨¦ditas y entrevistas de la soprano
¡°Hay dos personas dentro de m¨ª. Me gustar¨ªa ser Maria, pero tambi¨¦n est¨¢ la Callas, de quien debo estar a la altura. As¨ª que lidio con ambas como buenamente puedo¡±. La persona luch¨® la mayor parte de su vida contra el personaje, y en demasiadas ocasiones perdi¨®. Hoy, los cantantes de ¨®pera viven una fama a la altura de los rockeros. Pero en los a?os sesenta solo hubo una,?Ana Mar¨ªa Cecilia Sof¨ªa Kaloyer¨®pulos, la Callas (Nueva York, 1923 ¨C Par¨ªs, 1977), y su figura devino en met¨¢fora del?bel canto. Fue estrella por sus dotes art¨ªsticas, desde luego, aunque tambi¨¦n por sus tormentosos amores con Arist¨®teles Onassis. La Callas sali¨® de los teatros y entr¨® en las revistas, los peri¨®dicos, los programas de cotilleos, mientras Mar¨ªa luchaba por salir adelante tras una infancia dolorosa por culpa de una madre obsesiva, despu¨¦s de perder 40 kilos a los 20 a?os. Sobre esa especie de doctor Jekyll y m¨ªster Hyde incide?Mar¨ªa by Callas, un documental del franc¨¦s Tom Volf, que es estrena el pr¨®ximo viernes en Espa?a y que reconstruye la vida de la grecoestadounidense a trav¨¦s de entrevistas con ella y de material in¨¦dito aportado por los amigos y testaferros de su legado, que levanta testimonio de una carrera que ni lleg¨® ni a dos d¨¦cadas.
Lo curioso de?Maria by Callas¡¯ es que su director no sab¨ªa nada de su objeto de estudio hace un lustro. ¡°Soy la prueba viviente de que a¨²n en el siglo XXI pueden surgir nuevos fans de Callas¡±, asegura en una entrevista en Par¨ªs. ¡°Hace cinco a?os estaba estudiando en Nueva York y una noche paseando me acerqu¨¦ al Met Opera. A¨²n quedaban disponibles entradas muy baratas, de diez euros para estudiantes, para un recital de bel canto. No ten¨ªa nada que hacer y entr¨¦¡±. Volf sufri¨® un choque considerable. Se qued¨® anonadado. ¡°Me enamor¨¦¡±.
Volf empez¨® a escuchar m¨¢s ¨®pera y en Internet hall¨® a la reina del?bel canto, Mar¨ªa Callas. ¡°Fue una revelaci¨®n. Empec¨¦ a recolectar material sobre ella. A trav¨¦s de algunos fans logr¨¦ contactar con los guardianes de su herencia [a Callas, que no tuvo hijos, le sobrevivieron su madre y su hermana, que tambi¨¦n falleci¨® sin descendencia], y generosamente me cedieron im¨¢genes y v¨ªdeos. Tantos que entend¨ª que all¨ª hab¨ªa una pel¨ªcula. Me sent¨ª el mensajero de su legado¡±. Al final, el cineasta ha realizado la obra total: un filme, un libro y una exposici¨®n. "He tenido acceso a 10.000 fotos, 400 cartas y 60 horas de im¨¢genes. Seleccionar el material ha sido como escalar el Everest, durante seis meses, para no perder el equilibrio entre vida p¨²blica y privada".
El cineasta reh¨²yo el material m¨¢s publicitado y ahond¨® en lo desconocido, en grabaciones caseras y fotos de, por ejemplo, sus vacaciones con Onassis. ¡°Decid¨ª que ella fuera la gu¨ªa del espectador, que sus frases nos mostraran sus sentimientos y Mar¨ªa nos llevara desde su carrera a su vida privada¡±. Y as¨ª se pueden escuchar joyas dichas por la misma soprano como ¡°Siempre ser¨¦ tan complicada como sea necesario para conseguir la excelencia¡±; ¡°Es terrible ser Mar¨ªa Callas, porque significa pasarse la vida intentando entender algo que en realidad es incomprensible¡± o su rendici¨®n incondicional ante el amor de su vida, Onassis: ¡°Amor m¨ªo, necesito afecto y ternura, soy toda tuya, haz conmigo lo que quieras¡±, le escribe. El millonario armador griego, en cambio, jug¨® con ella una d¨¦cada hasta que un buen d¨ªa de 1968 Callas ley¨® en el peri¨®dico que su novio se casaba con Jacqueline Kennedy. "Con ¨¦l"; dice Volf, "nunca fue la diva, sino Mar¨ªa. Probablemente esos fueron sus a?os m¨¢s plenos como mujer".
En Mar¨ªa by Callas hay espacio para m¨¢s esc¨¢ndalos. Porque hubo, y muchos, en su vida. Como el que estall¨® el 2 de enero de 1958 en el teatro de la ?pera de Roma, cuando apar¨¢ndose en una presunta afon¨ªa causada por una bronquitis, cancel¨® su interpretaci¨®n de Norma tras el primer acto, dejando at¨®nito al p¨²blico. Hasta el presidente de Italia critic¨® su espantada. ¡°No quiero que se me asocie con el mal gusto o la calidad insuficiente en el canto o la interpretaci¨®n¡±, cont¨® un a?o despu¨¦s en la revista Life. Ante la c¨¢mara se la ve resuelta, en las entrevistas sabe componer la figura de una diosa y al mismo siento exhalar alg¨²n detalle terrenal, que provoque la complicidad de sus seguidores. "Populariz¨® la ¨®pera, trascendi¨® clases sociales, pa¨ªses y ¨¦pocas para llegar a todo el mundo. Eso le hizo ¨²nica".
En 1965 estaba claro que su voz ya no era la misma, y aunque segu¨ªa manteniendo su mismo talento interpretativo -fue la primera soprano que realmente actu¨®-, se acercaba su final art¨ªstico. Ni siquiera protagonizar cuatro a?os m¨¢s tarde la pel¨ªcula Medea, de su amigo Pier Paolo Pasolini, le dej¨® regatear su destino. Como apunta Volf: ¡°Vivi¨® una final triste, encerrada en su apartamento y adicta a medicamentos, para una existencia que fue una monta?a rusa de emociones y logros. Con felicidad y tristeza. Como todos. Solo espero que ella se sienta reflejada con lo que se ve en pantalla¡±.
Babelia
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