Sheela, la pol¨¦mica cerebro de una inconcebible secta
La exsecretaria del gur¨² Osho, c¨¦lebre por una serie de Netflix, explica su vida y su paso por la c¨¢rcel en el festival literario Primera Persona
En 1981 un peque?o pueblo de Oreg¨®n de tan solo 40 habitantes, jubilados en su mayor¨ªa, fue ¡°tomado¡± por un pu?ado de hombres y mujeres vestidos de rojo. Proven¨ªan de la India y hab¨ªan comprado, por orden de la secretaria del gur¨² al que segu¨ªan, un tipo de mirada perdida y barba abundante que se hac¨ªa llamar Bhagwan luego conocido como Osho (de quien quiz¨¢ hayan visto sus libros s¨²perventas de autoayuda en un aeropuerto), un rancho de 25.000 h¨¦ctareas en el que planeaban construir una ciudad. La construyeron. Hicieron realidad su Shangri-la. Pero uno no puede escapar del mundo por el mero hecho de querer hacerlo. Y cuando se sintieron amenazados por los lugare?os, empezaron a comprar propiedades en el pueblo. Se presentaron a las elecciones. Ganaron. El pueblo pas¨® a llamarse Rajneeshpuram. Lo siguiente fue intentar conquistar el condado. Ataques bioterroristas e intentos de asesinato mediante.
Wild Wild Country, la serie documental de Netflix de los hermanos Way que cuenta la historia de los rajneeshees, el auge, cisma y fin de la secta que perpetr¨® el mayor ataque bioterrorista de la historia en Estados Unidos ¡ªuna salmonelosis que infect¨® a 750 personas: una ciudad entera¡ª, ha devuelto a Bhagwan, y, sobre todo, a su secretaria, la ambiciosa Ma Anand Sheela, despiadado cerebro y mano ejecutora de todo el asunto, la atenci¨®n perdida. ¡°No me arrepiento de nada. ?Por qu¨¦ iba a arrepentirme? Si no hubiera creado todo eso, estar¨ªa en una cocina y sin atreverme a pensar por m¨ª misma¡±. La que habla es la propia Sheela, que, convertida en una controvertida celebridad que fascina a quien ve la serie, ha dejado unos d¨ªas su retiro en Z¨²rich, que en realidad no es tal ¡ª¡°sigo viviendo en una comuna, s¨®lo que ahora es de discapacitados a los que ayudo¡±, dice: posee tres residencias¡ª, para asistir al festival literario Primera Persona, que, con sedes en Madrid y Barcelona, propone un espect¨¢culo en torno a la palabra y el testimonio.
Como buena estratega, alguien capaz de planear la adopci¨®n de vagabundos con el fin de convertirlos en ciudadanos del condado que pretend¨ªan conquistar para, una vez usados, abandonarlos en la ciudad m¨¢s cercana, Sheela dirige cada pregunta hacia la respuesta que le interesa dar. As¨ª, cuando se le pregunta de d¨®nde sal¨ªa el dinero ¡ªconstruyeron un aeropuerto, compraron aviones; levantaron carreteras, por las que circulaban los 17 Rolls Royce del gur¨²; crearon su propia polic¨ªa, compraron armas para todos¡ª, dice que, simplemente, eran ¡°buenos para los negocios¡±. ¡°Ten¨ªamos cafeter¨ªas, discotecas, y organiz¨¢bamos un festival muy exitoso cada verano¡±.
?Y qu¨¦ opina de haberse convertido hoy en un icono feminista? Despu¨¦s de todo, fue incre¨ªblemente poderosa, e hizo lo que quiso, aunque lo hizo, en teor¨ªa, por un hombre. ¡°No veo a Bhagwan como un hombre. Para m¨ª era el due?o de mi coraz¨®n. Nunca competimos. Es algo que aprend¨ª de mis padres. Hombres y mujeres estamos aqu¨ª para ayudarnos¡±.
Tampoco hace una sola referencia a su pasado. A c¨®mo fue su vida antes de los 16, edad a la que conoci¨® a Bhagwan, y en la que se enamor¨® ¡°perdidamente¡± de ¨¦l. ?Tiene alguna cuenta pendiente con la justicia? Fue condenada a 20 a?os, por un intento de asesinato, asalto de primer y segundo grado de funcionarios p¨²blicos, fraude de inmigraci¨®n, escuchas telef¨®nicas y el ataque bioterrorista de 1984. ¡°Pas¨¦ 29 meses en la c¨¢rcel. Y no los viv¨ª como un castigo, sino como un aprendizaje. Aprend¨ª a ser paciente, algo que me ha servido para lo que hago ahora. Estoy limpia¡±. ?Y qu¨¦ hay de su don para la estrategia? ¡°No me considero una estratega. Todo lo aprend¨ª de Bhagwan. Entend¨ªa la psicolog¨ªa humana al 100%. Quiso crear una comunidad capaz de vivir en armon¨ªa. S¨®lo ejecutaba sus ¨®rdenes. Y si lo hice bien fue porque soy como mi madre, capaz de cocinar para 20 en cualquier momento¡±, contesta. Parece una jubilada encantadora. Si la hubieran dejado, ?habr¨ªa llevado a uno de los suyos hasta la Casa Blanca? ¡°Nunca pretendimos hacer carrera pol¨ªtica, si nos metimos en pol¨ªtica fue porque quer¨ªan destruirnos¡±. La Sheela de hace tres d¨¦cadas hubiera a?adido un: ¡°Y seremos nosotros los que acabaremos con ellos¡±. La de hoy, sonr¨ªe.
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