?Fuera del palco!
El presidente del festejo ordena la devoluci¨®n de un toro por manso y se gana una sonora bronca
?Madre m¨ªa, c¨®mo est¨¢ el palco de Las Ventas! Para cerrarlo, oigan; para cesar a todo el equipo y renovarlo por completo. Tres errores, a cual m¨¢s grave, en siete festejos son muchos para una tauromaquia languidecente y necesitada de presidentes con criterio y autoridad. El pasado viernes, la autoridad le neg¨® a Fortes una oreja de libro; el domingo, otro presidente hizo lo contrario y se la concedi¨® a Francisco Jos¨¦ Espada sin motivo justificado, y ayer, en el colmo de los desprop¨®sitos, se devolvi¨® un toro al corral ?por manso!
Ap¨²ntese el dato: el 14 de mayo de 2018, se ha producido en la Feria de San Isidro un hecho ins¨®lito e hist¨®rico, prueba cierta del profundo mal que aqueja a la tauromaquia desde dentro.
El suceso acaeci¨® en el cuarto de la tarde. Ordenada la salida del toro, el animal tard¨® un mundo en asomar los pitones, y lo hizo con preocupante parsimonia y evidente desgana. Anduvo unos pasos, ote¨® el horizonte, olisque¨® la arena y alz¨® la cabeza cuando avist¨® a un humano vestido raro ¡ªel subalterno ?ngel Otero¡ª que se acercaba a sus lindes. Lo mir¨® con desconfianza y, cuando el torero movi¨® el capote para llamar su atenci¨®n, el toro peg¨® un respingo que no se muri¨® del susto de milagro. Acobardado, huy¨® primero hacia la puerta de toriles, ignor¨® las llamadas de los toreros y mostr¨® un miedo impropio de un toro bravo.
LAS RAMBLAS / MORA, DEL ?LAMO, GARRIDO
Toros de Las Ramblas, ¡ªel cuarto, devuelto por manso¡ª bien presentados, gordos, cumplidores en los caballos, nobles y con movilidad. Tercero y sexto, muy sosos. El sobrero, de Jos¨¦ Cruz, mal presentado, manso y noble.
David Mora: gran estocada (ovaci¨®n); pinchazo ¡ªaviso¡ª pinchazo, media ¡ªsegundo aviso¡ª y tres descabellos (silencio).
Juan del ?lamo: ¡ªaviso¡ª estocada (ovaci¨®n);estocada (silencio).
Jos¨¦ Garrido: dos pinchazos ¡ªaviso¡ª y estocada(silencio); cuatro pinchazos, casi entera tendida y cinco descabellos (silencio).
Plaza de Las Ventas. S¨¦ptimo festejo de la Feria de San Isidro. 14 de mayo. M¨¢s de media entrada (15.479 espectadores, seg¨²n la empresa).
El p¨²blico comenz¨® a impacientarse ante la pasividad del presidente que, seg¨²n el reglamento, debe ordenar la salida de los caballos y, en el caso de que no sea posible picar al toro, indicar la colocaci¨®n de banderillas negras. Pues, no. En contra de toda norma, decidi¨® devolver el toro a los corrales, lo que provoc¨® el l¨®gico enfado del respetable, que le dedic¨® una sonora bronca. Todo toro manso tiene su lidia; lo que no tiene soluci¨®n es un presidente incompetente dispuesto a pasar a la historia por una decisi¨®n tan sorprendente como sonrojante.
En lugar del manso sali¨® un toro escurrido de carnes, manso y noble en la muleta, con el que David Mora dej¨® dicho que no est¨¢ en su mejor momento. Que est¨¢ muy mal, en otras palabras. La faena fue larga. Mezcl¨® muletazos largos y hondos con otros superficiales y detalles de una incomprensible cursiler¨ªa. Se enred¨® a la hora de matar y escuch¨® dos avisos. Lo que no escuch¨® fue la bronca que hubiera recibido en otros tiempos no lejanos.
Ya en su primero dej¨® la sensaci¨®n de que su toreo est¨¢ necesitado de mando, poder y estructura. El toro desarroll¨® movilidad y casta, y el torero ¡ªmolestado por el viento¡ª fue incapaz de enhebrar una faena con unidad y ligaz¨®n. Desconfiado y dubitativo, otra vez dibuj¨® algunos muletazos ce?idos en el contexto de una faena sin emoci¨®n. S¨ª fue buena la estocada.
Tampoco brill¨® a la altura esperada Juan del ?lamo. Lo mejor de su actuaci¨®n, las aceptables ver¨®nicas y las tres extraordinarias medias con las que recibi¨® a su primero y el inicio por bajo en el tercio final a ese mismo toro. El resto fue un trabajo mediocre y desordenado, un quiero y no puedo y la conclusi¨®n de que es un torero fr¨¢gil, incapaz de estar por encima de un toro con problemas, pero, tambi¨¦n, con la casta suficiente para aventurar un triunfo. Larga e insulsa fue su labor ante el quinto, de menos calidad que el segundo.
Y Garrido se va de la feria sin la m¨ªnima oportunidad para afrontar con ciertas garant¨ªas el resto de la temporada. Tampoco ayer tuvo suerte en el sorteo. El peor lote, el suyo. Apocado, docil¨®n, sin clase y feo estilo fue su primero, con el que solo pudo estar afanoso, y muy deslucido el sexto, con el que, adem¨¢s, fall¨® reiteradamente en la suerte final.
Y otra tarde lucieron los hombres de plata: ?ngel Otero, en las banderillas, y Jarocho y Antonio Chac¨®n, con los garapullos y el capote. Algo es algo¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.