Que si quieres arroz, Catalina y otros arabismos en espa?ol
Federico Corriente repasa en su discurso de ingreso en la RAE el origen de frases de uso com¨²n
Con frecuencia se asume que el castellano es una lengua llena de arabismos, herencia de ocho siglos de presencia musulmana en la Pen¨ªnsula. El doctor en Filolog¨ªa Sem¨ªtica Federico Corriente ingres¨® este domingo en la RAE con un discurso que dedic¨® a desmontar mitos y se?alar la realidad sobre estas palabras: no llegan a 2.000 (sin contar top¨®nimos) y varias son insultos, expresiones o t¨¦rminos soeces, transmitidos por mud¨¦jares y moriscos, que suenan raro en espa?ol precisamente por provenir de otra lengua.
"Ning¨²n experto est¨¢ libre de ese minutillo de trance etimol¨®gico, alegre y confiado en que nos parece l¨®gico y razonable lo que luego se demostrar¨¢ que era ligereza y disparate", recordaba Corriente (Granada, 1940), al ocupar la silla K, que estaba vacante desde el fallecimiento de?Ana Mar¨ªa Matute en 2014.
Es el ejemplo de "ojal¨¢", considerada una evoluci¨®n de "law ?¨¢ ll¨¢h" (¡°si Dios quisiera¡±) hasta que Corriente encontr¨® en un diccionario neopersa un "viejo y olvidado arabismo": l¨¡ aw?a?a ll¨¡h ("Dios no nos prive¡±).
El nuevo acad¨¦mico subray¨® que la inmensa mayor¨ªa de arabismos en espa?ol no provienen de la versi¨®n cl¨¢sica de la lengua (aquella que se lee y escribe igual en cualquier parte del mundo, independientemente de la variante dialectal que se hable en ese pa¨ªs), sino de los dialectos andalus¨ªes. "Fueron mayormente introducidos por la inmigraci¨®n de moz¨¢rabes cristianos, pero biling¨¹es o incluso arab¨®fonos exclusivos, a los reinos cristianos septentrionales, donde su superioridad t¨¦cnica y cient¨ªfica les ofrec¨ªa un futuro mejor que seguir vegetando como 'clientes' tolerados y tributarios en tierras del Islam". A estas se unieron m¨¢s tarde neologismos de obras cient¨ªficas traducidas y otras palabras, algunas por las relaciones comerciales o coloniales con pa¨ªses mediterr¨¢neos.
Corriente distingui¨® tres tipos de arabismos en espa?ol: los de registro alto, medio y bajo. Entre los segundos destac¨® un calco curioso: el uso extendido en zonas de Arag¨®n de amante, en vez de querido, por influencia del andalus¨ª ?ab¨ªbi, una de las palabras ¨¢rabes m¨¢s conocidas. "No puede extra?ar demasiado en valles como el del Jal¨®n, donde una densa poblaci¨®n morisca fue cristianizada y romanizada lenta y pac¨ªficamente durante varios siglos", explic¨®.
Buena parte del discurso estuvo centrado en los arabismos "de registro bajo o ¨ªnfimo", como interjecciones, voces obscenas o blasfemias "a menudo omitidas por los diccionarios m¨¢s recatados". En algunos casos, su significado en ¨¢rabe andalus¨ª no era tan ofensivo, pero acabaron sonando peor "por parecido fon¨¦tico con otras voces romances y por su procedencia de sectores inferiores de la sociedad, tales como las nodrizas y arrieros moriscos".
Droga, por ejemplo, viene del ¨¢rabe hisp¨¢nico ?a?r¨²ka (literalmente charlataner¨ªa); faltriquera, de ?a?rik¨¢yra (lugar para bagatelas) y andrajo, de ?a?r¨¢? (necio, pelagatos). Todas, explic¨® Corriente, derivan de ?a?r, la pronunciaci¨®n andalus¨ª de una ra¨ªz que significa parloteo o ch¨¢chara. Por eso, algunas de esas voces tienen que ver con algo falso, pretencioso o in¨²til, y as¨ª llegaron tambi¨¦n a dialectos del norte de ?frica, probablemente de mano de emigrantes andalus¨ªes.
En otros casos se trata de refranes o dichos con una literalidad extra?a en castellano, precisamente porque lo que ten¨ªa sentido era una expresi¨®n andalus¨ª fon¨¦ticamente similar. Corriente cit¨® varias hip¨®tesis, como que Tir¨ªd ¡®ala rr¨²s, aq?¨¢¡® l¨ªna, ¡°la frase que se preguntaba a la esposa que se casaba por segunda vez¡± acab¨® convertida en ¡°que si quieres arroz, Catalina¡±. En ¨¢rabe, las palabras arroz y esposo suenan parecido.
El acad¨¦mico tambi¨¦n defendi¨® que a troche y moche procede de tu?¨ªb ma wa?¨¢b ("ponga las condiciones que ponga [la esposa para acceder al divorcio]"); a trancas y barrancas, de atrakk¨¢n barr¨¢mka ("busca un rinc¨®n con la yegua para defenderte de varios atacantes simult¨¢neos"), dormir la mona de m¨²na (¡°provisi¨®n¡±, de vino en este caso) y nana, nanita, de n¨¢m, n¨¢m, n¨¢m ¨ªnta ("duerme, duerme, du¨¦rmete t¨²"), posiblemente vinculada a que muchos se?ores e hidalgos cristianos emplearon ni?eras moriscas tras la Reconquista.
"Pueden aparecer, sobre todo a partir de la Edad Moderna, palabras cuya etimolog¨ªa m¨¢s cre¨ªble sea ¨¢rabe andalus¨ª, por el hecho hist¨®ricamente innegable de que andalus¨ªes de diversas comunidades, mud¨¦jares y moriscos, en particular de ciertos oficios, se mezclaron ¨ªntimamente con cristianos nuevos y viejos y les transmitieron un buen n¨²mero de frases y palabras particularmente expresivas, y a menudo de registro ¨ªnfimo", explic¨®.
La entrada de algunos t¨¦rminos en el castellano nos da pistas de la sociedad de la ¨¦poca. Corriente record¨® el ¡°n¨²mero considerable de voces, nombres de juegos o t¨¦rminos usados en ellos que parecen implicar que la adusta sociedad cristiana anterior a la conquista isl¨¢mica jugaba poco". Han quedado algunas que pronunciamos desde la infancia sin entender su origen: ra, ra, ra ("mira, mira, mira") o alab¨ª alab¨¢ alab¨ªn bomb¨¢, que es ¡°una mezcla de ¨¢rabe y romance¡± que significa "jugadores, venga ya, el juego va bien".
Aunque centrado en los aspectos ling¨¹¨ªsticos, el discurso de Corriente incluy¨® alguna alusi¨®n cr¨ªtica a la actitud hist¨®rica de Occidente hacia el mundo ¨¢rabe-musulm¨¢n, como haber "ignorado o minusvalorado largo tiempo" las "posibilidades conflictivas del salafismo fundamentalista" por "no querer saber de estos pa¨ªses sino que all¨ª hab¨ªa (...) m¨¢s o menos, el cl¨¢sico trinomio de petr¨®leo, colonizaci¨®n y cipayos".
Almer¨ªa, la novia desvelada
El acad¨¦mico tambi¨¦n habl¨® de los "falsos or¨ªgenes" atribuidos a nombres geogr¨¢ficos hisp¨¢nicos de ¨¦timo ¨¢rabe. Almer¨ªa, por ejemplo, viene del andalus¨ª almar¨ªyya ¡°desvelada, por la novia que se quita el velo en la boda¡±. Nada tiene que ver con el mar, sino con un impuesto, llamado igual que la urbe, que pagaban las bodas mud¨¦jares. Murcia es probable que sea un adjetivo favorecedor (murs¨ªyya, ¡°bien asentada¡±), como los que recibieron El Cairo (¡°la victoriosa¡±) o Medina Azahara (¡°la ciudad floreciente). "A la rec¨ªproca y en error, a¨²n hay quien mantiene la hip¨®tesis del origen ¨¢rabe del nombre de Madrid", que derivar¨ªa del romance Matrice y no de Mayrit, precis¨®.
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