La hora de la tele

¡°El que vale, vale, y el que no a la tele¡±, se dec¨ªa cuando se menospreciaba a las gentes del cine que se ve¨ªan obligadas a hacer trabajos para la televisi¨®n. Pero ha llovido mucho desde aquellos a?os sesenta, en que vinieron los ¨¦xitos de Mercero y otros. Hoy en d¨ªa es casi un desdoro no estar vinculado a una plataforma televisiva de pago, aunque solo sea porque en ellas se encuentran los medios necesarios para una buena producci¨®n, adem¨¢s de a menudo buen criterio para el desarrollo de trabajos inteligentes. Es el caso, por ejemplo, de la plataforma espa?ola Movistar, que estrena cada mes una nueva serie dirigida por alg¨²n nuevo talento.

?As¨ª ha ocurrido recientemente con La zona, de Alberto y Jorge S¨¢nchez Cabezudo, F¨¦lix, de Cesc Gay, Verg¨¹enza, de Juan Cavestany y ?lvaro Fern¨¢ndez Armero, Mira lo que has hecho, con Berto Romero, La peste, de Alberto Rodriguez y Rafael Cobos, que han tenido distinta recepci¨®n por parte del p¨²blico pero con el suficiente ¨¦xito como para esperar a las siguientes propuestas con el ¨¢nimo de ver buen cine. Porque de cine se est¨¢ hablando en definitiva. Hoy mismo, viernes, se estrena Matar al padre, de Mar Coll, de cuya carrera esper¨¢bamos continuidad tras sus estupendos largos Tres d¨ªas con la familia (2008) y Todos queremos lo mejor para ella (2013). Aqu¨ª vuelve de nuevo a escudri?ar las turbulentas relaciones familiares bajo la batuta de un padre dictatorial. Ni qu¨¦ decir de la expectaci¨®n ante los nuevos trabajos de Enrique Urbizu, que nos traer¨¢ Gigantes, ambientada en Barcelona en la ¨¦poca de la transici¨®n; o de Paco Le¨®n y Ana R. Costa, con Arde Madrid, primera serie rodada en blanco y negro, que habla de los criados que tuvo Ava Gardner durante su estancia en Madrid; o de Mariano Barroso con El d¨ªa de ma?ana, que ya hab¨ªa pasado por la televisi¨®n con su excelente Todas las mujeres. Todos ellos pertenecen a la hornada de nuevos valores del cine espa?ol que junto a otros nombres est¨¢n en peligro de ser olvidados por la desidia de la producci¨®n cinematogr¨¢fica. Resulta que finalmente es la tele la que viene a recuperarlos. L¨¢stima que no se interesen igualmente por los documentales, justamente ahora que la producci¨®n cinematogr¨¢fica comienza a mostrar inter¨¦s por ellos.