Las momias vuelven de buen rollo
El congreso mundial en Tenerife de estudios sobre los cuerpos conservados considera superada la etapa del morbo. Los restos ayudan hoy a investigar enfermedades
¡°?C¨®mo est¨¢n tus momias?¡±, ¡°bien, bien¡±. El saludo entre sesi¨®n y sesi¨®n de dos de los participantes en el Congreso Mundial Extraordinario de Estudios sobre Momias, que se ha celebrado esta semana, de lunes a viernes, en el Auditorio de Tenerife, testimonia la familiaridad con la que los estudiosos, una verdadera tribu cient¨ªfica, tratan esos cuerpos que la marea de la historia ha dejado ante nuestra puerta asombrosamente preservados (natural o artificialmente). El congreso ha reunido a 200 especialistas, la cr¨¦me mundial del estudio de las momias, entre ellos verdaderas estrellas como Albert Zink, que estudia las tripas de ?tzi, el hombre del glaciar del Tirol; Niels Lynnerup, investigador de la espectral gente de la turba, las momias de los pantanos europeos; Salima Ikram, la mayor especialista en momias de animales; Guido Lombardi, incansable perseguidor de las momias incas perdidas, o el propio presidente del encuentro, Conrado Rodr¨ªguez, referencia en la investigaci¨®n de las momias guanches.
Las momias, por supuesto, de todas las culturas, convertidas de objetos de curiosidad y piezas de arte en llaves de conocimiento, tambi¨¦n han estado estupendamente representadas. Por las sesiones han aparecido el viejo ?tzi, la Dama de Pav¨ªa, los gemelos egipcios, la famosa momia 1770 de Manchester, la Mexicana del Museo Darder de Banyoles, la momia checa perseguida por los nazis, las 265 de la cripta h¨²ngara de Val, el sacerdote Nespamedu, el sufrido indio con megacolon, el sacrificado Hombre de Tollund, el medieval san Davino Armeno (capit¨¢n del equipo de venerados incorruptos) e incluso la tan c¨¦lebre Momia de la Mala Suerte a la que se le lleg¨® a responsabilizar, pobrecilla, del hundimiento del Titanic.
Con ellas de punta de lanza, una verdadera legi¨®n de momias, miles, poderosas y humildes, famosas y an¨®nimas, de las que se ha tratado profusamente en los 175 trabajos cient¨ªficos presentados, algunos rematadamente macabros para un profano. Otros inesperadamente divertidos: como el debate sobre si la evisceraci¨®n en las momias egipcias por el perineo se realizaba con incisi¨®n o aprovechando el acceso, o el experimento sobre las t¨¦cnicas de embalsamamiento relatadas por Herodoto aplicadas a tres conejos.
Incluso ha habido una selecci¨®n de momias de cuerpo presente: con motivo del congreso puede verse hasta el 3 de junio en el Museo de la Naturaleza y el Hombre (MNH) una espl¨¦ndida exposici¨®n, Athanatos (inmortal), en la que se exhibe un impresionante conjunto de momias, incluidas varias egipcias, precolombinas, guanches y las tan tristes de ni?os de principios del siglo XX del cementerio de San Jos¨¦ de Granada, que inspiran a la vez piedad y escalofr¨ªo (esos piececitos renegridos dentro de las peque?as sandalias blancas).
El Congreso Mundial de Momias se celebra cada tres a?os desde 1992 con la finalidad de reunir a los especialistas en ese campo e intercambiar conocimientos. El reci¨¦n celebrado en Tenerife es extraordinario (el ¨²ltimo fue en Lima en 2016, as¨ª que no tocar¨ªa a¨²n) y se ha organizado para conmemorar el primero, que tuvo lugar precisamente en Tenerife hace 25 a?os.
Se constata que este sector de investigaci¨®n ha crecido mucho, recalca Rodr¨ªguez, desde que un pu?ado de especialistas pioneros, a los que se ten¨ªa a¨²n por bastante exc¨¦ntricos, incluso dentro de sus propios campos como la medicina y la arqueolog¨ªa, se reunieron hace ya un cuarto de siglo. Tambi¨¦n se ha hecho m¨¢s interdisciplinar: forman parte de la tribu arque¨®logos, bi¨®logos, genetistas, pat¨®logos, historiadores del arte, entom¨®logos, forenses... Los trabajos que se han presentado dan fe de esa multiplicidad de aproximaciones a las momias: examen de las infestaciones de piojos en momias chilenas, prolapso puerperal de ¨²tero en una mujer egipcia momificada naturalmente (aportaci¨®n que es mejor seguir despu¨¦s de un desayuno fuerte), an¨¢lisis de las momias de la poblaci¨®n no de ¨¦lite de Amarna que indica que en la rutilante nueva capital de Akenat¨®n las clases bajas padec¨ªan un alto nivel de desnutrici¨®n y lesiones, como trauma espinal y de miembros, vinculadas al duro trabajo constructivo,
Las herramientas se han sofisticado: si los pioneros ten¨ªan que reconocer las momias a ojo desnudo y empleaban bistur¨ªs y hasta cuchillos, ahora los estudiosos esgrimen espectr¨®metros de plasma o sofisticados esc¨¢neres manuales que te permiten reconocer una momia in situ y sin rajarla. La radiolog¨ªa digital ha sido una revoluci¨®n para el estudio de estos cad¨¢veres. La reexaminaci¨®n est¨¢ produciendo sorpresas como que el chico adolescente Ta-Kesh haya devenido la menop¨¢usica Ta-Kush, que ya es caso. Una ponencia ha tratado el uso de unidades de mamograf¨ªa digital para estudiar momias.
Las momias egipcias, aunque siempre fundamentales, han dejado de ser el centro absoluto de las investigaciones. Los estudiosos a veces tienen que recordar que no son las m¨¢s antiguas: las precedieron, hace siete mil a?os, las de la cultura Chinchorro del litoral chileno. Se ha abordado el debate sobre la exhibici¨®n p¨²blica de momias. La opini¨®n general es favorable, siempre en un contexto cient¨ªfico y en condiciones respetuosas.
Socialmente, ¡°el tir¨®n de las momias¡±, se?alan los estudiosos, se mantiene: siguen fascinando pero ya no provocan tanto morbo. Est¨¢n m¨¢s aceptadas. No tienen el impacto negativo, monstruoso, de anta?o. Resultan mucho m¨¢s familiares que en tiempos de Boris Karlof (al que sin embargo los congresistas mayores siguen considerando la momia cinematogr¨¢fica de referencia). La divulgaci¨®n cient¨ªfica y los documentales televisivos nos las han metido en casa y no nos sorprenden ni atemorizan como antes. Una encuesta entre los 12.000 escolares que han visitado la exposici¨®n ha resultado reveladora: la mayor¨ªa opinan por encima de todo que las momias son dignas de estudio, y que no asustan.
Ahora el inter¨¦s, el foco, se ha desplazado y se ha vuelto m¨¢s cient¨ªfico: queremos saber a ciencia cierta qui¨¦nes eran, reconstruir su vida (y su muerte), y comprender de qu¨¦ manera se han conservado. Y ya no es solo curiosidad: podemos extraer lecciones e incluso una ayuda para nuestros problemas. De manera cada vez m¨¢s frecuente, las momias se est¨¢n alzando en ayuda de los vivos. No solo nos iluminan el pasado y nos sirven para reconstruir la Historia. Sus enfermedades nos permiten entender mejor las nuestras y hasta prevenirlas.
Donde un p¨²blico corriente guardar¨ªa un acongojado silencio, la conversaci¨®n ante las urnas era animad¨ªsima y distendida, con comentarios entusiastas como: ¡°?Mira, mira, este no ha sido eviscerado!¡±.
Ahora sabemos gracias a las momias ¨Ccomo se ha tratado en el congreso- que hasta un 25 % de las poblaciones antiguas egipcias e incas sufr¨ªan de arteriosclerosis, dolencia que achac¨¢bamos a nuestra dieta rica en grasas y nuestro estr¨¦s; o podemos rastrear 9.000 a?os, para entenderla, la terrible enfermedad de Chagas, uno de los mayores problemas de salud actualmente en Am¨¦rica. El congreso ha incluido una ponencia sobre paleopatolog¨ªa del infarto que recoge el caso de la momia natural del sacerdote italiano Giovanni Arcangeli (1751) como el primero conocido.
La familiaridad con las momias les ha restado inevitablemente misterio, y la tecnolog¨ªa ha roto v¨ªnculos y creado distancia emocional. ¡°Se les ha perdido algo el respeto¡±, coinciden algunos de los estudiosos veteranos. ¡°Y eso es fundamental conservarlo, su derecho a la dignidad¡±. En todo caso, el misterio de la muerte permanece vivo en ellas y obliga a hacerse preguntas: ?me parecer¨¦ yo a eso?, ?c¨®mo afrontaremos la muerte y c¨®mo dispondremos de los muertos en el futuro?
El congreso ha homenajeado a uno de los pioneros del estudio de momias, el paleopat¨®logo de Minesota C. Aufderheide (1922-2013), al que Heather Pringle inmortaliz¨® en 2000 trinchando momias (le hizo la autopsia a m¨¢s de 800) en The Mummy Congress (El enigma de las momias, Grijalbo, 2002), un libro de referencia a partir del congreso de Arica que populariz¨® las actividades de la tribu. Aufderheide, un tipo en verdad notable que pas¨® dos a?os viviendo con los inuit y viaj¨® al Polo Norte sent¨® las bases de la idea de que el estudio de las enfermedades antiguas a trav¨¦s de las momias pod¨ªa ayudar a comprender el desarrollo de las modernas epidemias. Entre los continuadores de su trabajo est¨¢ el tambi¨¦n veterano Karl Reinhard, el crack de los par¨¢sitos hallado en momias. ¡°No basta con flipar ante las momias¡±, dice Reinhard con lenguaje generacional de exhippie. ¡°Escudri?arlas tiene que tener un prop¨®sito y el m¨¢s claro es observar sus padecimientos, como la calcificaci¨®n de las arterias: nuestros antepasados tambi¨¦n se enfrentaban a nuestras mismas enfermedades. Al estudiar las momias aprendemos cosas ¨²tiles para nuestra salud¡±.
El perfil del investigador de momias es muy variado, del erudito con aspecto de sabio despistado a la joven estudiosa tatuada como, precisamente, una momia de Pazyrik. Los m¨¢s veteranos observan un desplazamiento de la pasi¨®n y el humanismo hacia lo tecnol¨®gico en los m¨¢s j¨®venes. Aunque todos comparten una caracter¨ªstica l¨®gica: no les impresionan los cuerpos conservados. Fue revelador en ese sentido participar en la visita de los congresistas a la exposici¨®n en el MNH (previa a un c¨®ctel en el museo): donde un p¨²blico corriente guardar¨ªa un acongojado silencio, la conversaci¨®n ante las urnas era animad¨ªsima y distendida, con comentarios entusiastas como: ¡°?Mira, mira, este no ha sido eviscerado!¡±.
Se ech¨® a faltar la momia guanche considerada la mejor conservada, la de Barranco de Herques, que, regalada a Carlos III, se encuentra actualmente en el Museo Arqueol¨®gico de Madrid. El Cabildo, que reclama su momia al estilo de la Dama de Elche o los m¨¢rmoles del Parten¨®n, la pidi¨® prestada para la exposici¨®n pero se le neg¨®, aduciendo razones de conservaci¨®n.En Tenerife, donde se considera a las momias "antepaisanos", se ha lamentado que no vuelva, ni que sea de visita.
La gente que hace hablar a los muertos
Albert Zink ha explicado que ?tzi era intolerante a la lactosa. Su dieta inclu¨ªa una alta proporci¨®n de grasa. Sus ojos eran marrones y no azules como se crey¨® al principio. Zink considera ¡°altamente improbable¡± encontrar otra momia similar.
Salima Ikram destaca el hallazgo de numerosos familiares de Amenofis III en una tumba en el Valle de los Reyes como lo m¨¢s interesante de los ¨²ltimos tiempos. Ella no ha conseguido a¨²n encontrar los leones momificados de Saqara. Han de aparecer.
Sorprende la abundancia de muestras de violencia en las momias guanches (un total de 120 restos, 15 completas), las menos conocidas a¨²n (como toda la protohistoria canaria) pese al incremento de los estudios, con un alto porcentaje que presentan fracturas craneales producto de la confrontaci¨®n personal. Se present¨® el caso de un joven momio matado a golpes de maza y enterrado de cualquier manera
Las momias prueban que ser mujer siempre ha sido m¨¢s dif¨ªcil. Las egipcias, se?ala la estudiosa Emma Rabino-Massa, par¨ªan con dificultad al ser muy estrechas de caderas.
Curiosamente, los egipcios no establec¨ªan diferencias a la hora de momificar hombres o mujeres. Los ¨®rganos femeninos espec¨ªficos, como el ¨²tero, no se conservaban.En los vasos canopos se depositaban en todos los casos los mismos: pulmones, h¨ªgado, intestinos y est¨®mago.
El investigador Ole Nielsen, que ha reexaminado al famoso Hombre de Tollund sostiene que las momias de la turba eran gente sacrificada en los pantanos, ¡°interfaz" entre el mundo de los hombres y el de las divinidades.
Reinhard ha reestudiado a otro icono momio y viejo paciente suyo, el indio del Bajo Pecos que padec¨ªa de Chaga (una infecci¨®n por tripanosoma cruzi que transmiten unas chinches horribles, las vinchuchas) hace dos mil a?os y muri¨® de muy mala manera tras permanecer tres meses con megacolon terminal sin poder defecar, con las l¨®gicas consecuencias. En el nuevo examen, ha descubierto que, incapaz de moverse, el paciente fue alimentado por su comunidad con saltamontes, una dieta muy nutritiva, lo que demuestra cuidados paliativos.
?Qu¨¦ tiene que ver Rod Stewart con las momias? Una foto en el congreso lo mostr¨® en un v¨ªdeo grabado en el velero Galathea, en el que la expedici¨®n etnogr¨¢fica danesa Atlantide se llev¨® de Tenerife en 1945 varios restos guanches en pleno debate sobre si los vikingos hab¨ªan estado en las Canarias (seg¨²n los especialistas, no).
Babelia
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