¡°Calvino era un enfermo mental¡±
Con af¨¢n desmitificador y provocativo, Mar¨ªa Elvira Roca Barea repasa en 'Seis relatos ejemplares, seis' figuras esenciales de la historia y reparte cr¨ªticas y algunos elogios
Se desenvuelve con soltura en entrevistas que hace dos a?os ni imaginaba dar; expone, argumenta, provoca y fabrica titulares con rapidez. No pesta?ea cuando llama ¡°enfermo mental¡± a Juan Calvino o dice que la revoluci¨®n protestante de Lutero fue ¡°un gran latrocinio organizado, de un nivel que no se volvi¨® a ver hasta la Revoluci¨®n Rusa¡±. La fil¨®loga Mar¨ªa Elvira Roca Barea (El Borge, M¨¢laga, 1966) impact¨® en el panorama ensay¨ªstico en Espa?a con Imperiofobia y leyenda negra (Siruela) y regresa ahora con Seis relatos ejemplares, seis (Siruela), media docena de textos de ficci¨®n ¡°no moralizante¡± con otros tantos personajes hist¨®ricos como protagonistas. Un libro en el que Roca usa el material de sus investigaciones para reivindicar a unos pocos, atacar a muchos y derribar lo que considera errores y mitos.
¡°En el norte de Europa inventaron la propaganda. Por eso son tan buenos. Y aqu¨ª nos la hemos cre¨ªdo¡±, cuenta a EL PA?S en una charla la semana pasada en un restaurante el centro de Madrid. Durante la conversaci¨®n, Roca Barea no titubea ni cambia la voz cuando el tema sube de tono y se sorprende de que todav¨ªa no haya habido un gran ataque a su obra. Estas son sus reflexiones sobre Juan Calvino, Margaret y Reginald Pole, las tres princesas de Sajonia, el te¨®logo Thomas M¨¹ntzer, Enrique VIII y el objetivo predilecto de sus dardos, Mart¨ªn Lutero.
Juan Calvino "el psic¨®pata"
¡°Calvino, que nunca pudo distinguir lo literal de lo figurado, ni orientarse en el vergel de las met¨¢foras, se ha tomado al pie de la letra el poder purificador del fuego¡±, dice un personaje de uno de los relatos. Pero Roca no se queda atr¨¢s. ¡°La Ginebra del Consejo de los 200 es el Afganist¨¢n de los talibanes. La clase de cafre que era Calvino cuesta trabajo imaginarla. Que matara a Miguel Servet, por ejemplo, es lo de menos. Lo que le hizo antes de matarlo es lo que hay que tener en cuenta. Es el gusto en la destrucci¨®n del ser humano, la complacencia en la tortura, tenerlo durante meses en esa celda de confinamiento, sin agua ni para su aseo personal y obligar a ese hombre a atravesar Ginebra rebozado en su propia mierda, sobre la que ten¨ªa que dormir¡ ?es muy heavy!".
Calvino se hart¨® de torturar a la gente. Lo grave es que se le hagan monumentos y que nadie se sienta avergonzado
"Y este tipo" contin¨²a "tiene un monumento de cuatro metros en el parque de los Bastiones en Ginebra, pagado por el Ayuntamiento de la ciudad. Era un psic¨®pata, un enfermo mental. Hay que estar mal de la cabeza para hacer lo que hizo, no solo a Servet. Se hart¨® de torturar a la gente. Lo grave es que se le hagan monumentos y que nadie se sienta avergonzado de ¨¦l sino al rev¨¦s, orgullosos de ese enfermo mental patol¨®gico".
Las tres princesas de Sajonia repudiadas
¡°El protestantismo, en un primer momento y hasta que se consigui¨® encarrilar legalmente la situaci¨®n del divorcio, dej¨® a las mujeres a los pu?eteros pies de los caballos y eso estaba previsto legalmente¡±, cuenta Roca para entrar en materia y referirse al relato de Ana de Sajonia, repudiada por Guillermo de Orange y calificada de ad¨²ltera y loca por los historiadores.
¡°Hasta que se articulan los divorcios el protestantismo deja a las mujeres en una situaci¨®n en la que tu marido te dejaba en la puta calle, que es lo que le pasa a las tres princesas de Sajonia, una detr¨¢s de otra. Y que eso se haya vendido como un progreso, un avance a la modernidad es disparate padre, vamos. Y ah¨ª un momento de tonteo con la poligamia. Claro que varias mujeres procreando iban a llevar la divisi¨®n a la casa de Sajonia y los se?ores territoriales del Sacro Imperio ya ten¨ªan una situaci¨®n muy conflictiva entre ellos. El carajal o el problema saud¨ª. No era una cuesti¨®n moral sino de organizaci¨®n¡±.
Margaret y Reginald Pole. Destino maldito
La historia de dos de los ¨²ltimos Plantagenet les resultar¨¢ familiar a los seguidores de Juego de Tronos.
- Primero, el contexto: ¡°El siglo XV es un tiempo muy confuso porque los Tudor no consiguen afianzarse en el trono, hay unos bandazos tremendos y uno de los sistemas para sobrevivir era matar al enemigo¡±.
El protestantismo, en un primer momento y hasta que se consigui¨® encarrilar legalmente la situaci¨®n del divorcio, dej¨® a las mujeres a los pu?eteros pies de los caballos
- ?Qui¨¦nes eran? ¡°Los Plantagenet son los descendientes de Guillermo el Conquistador, que cuando llega de Francia instaura esta dinast¨ªa a la que pertenece Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n, Enrique II¡ Son los que fabrican el ciclo art¨²rico. Cuando aterrizan en Inglaterra son nuevos ricos y deciden fabricarse un pasado prestigioso, como todo el mundo. Y agarran esas leyendas, que eran cuatro hilos sueltos, y empiezan a pagar para que se fabriquen un relato y de ah¨ª nace la literatura art¨²rica¡±.
- ?Qu¨¦ les pas¨®? ¡°Los Tudor los machacan absolutamente porque durante el siglo XV hay par de momentos en los que est¨¢n a punto de hacerse con el poder. Y los Tudor empiezan un trabajo implacable de ir carg¨¢ndose Plantagenet aqu¨ª y all¨¢ hasta que no quede uno vivo¡±. Margaret Pole pas¨® a?os en la torre de Londres junto a otros familiares, confinada y aislada del mundo antes de ser ejecutada en un espect¨¢culo p¨²blico organizado por los Tudor. ¡°Reginal Pole tuvo en su mano ser rey de Inglaterra y estuvo a un voto de ser Papa y no quiso convertirse en ninguna de las dos cosas. En primer lugar ¨¦l no quer¨ªa que su enfrentamiento con Enrique VIII era por ambici¨®n personal cuando ¨¦l luchaba por la unidad de todos los cristianos por encima de todo. Por eso se hizo sacerdote. Y no quiso ser Papa porque su familia estaba encerrada en la torre de Londres y Carlos V no les ayuda¡±.
Enrique VIII
En uno de los relatos, se califica a Enrique VIII de ¡°Engendro de sangre y grasa¡¡± pero Roca nos aclara r¨¢pidamente que la frase es de Charles Dickens. Para ¨¦l tiene artiller¨ªa propia de sobra. ¡°Creo que nunca se ha acabado de contar la cantidad de muertos que provoc¨® . Yo creo que los Tudor ten¨ªan tambi¨¦n un cable suelto. En serio. El padre de Enrique VIII y su hija mataron por supervivencia. La legitimidad de Isabel en el trono depende totalmente de que la nueva religi¨®n se consolide porque si no el matrimonio de sus padres ser¨ªa ileg¨ªtimo y por eso asesina a sus rivales. ?l mata porque quiere.?F¨ªjate la cantidad de pel¨ªculas que se han hecho sobre ¨¦l y en algunas nos es hasta simp¨¢tico. Tengo una de Charles Laughton, del treinta y tantos en la que va matando mujeres con un gran sentido del humor¡±.
Thomas M¨¹nzter el "verdadero revolucionario"
Aqu¨ª Roca cambia el tono y pasa a una defensa cerrada y entusiasta del te¨®logo. ¡°Era un te¨®logo muy superior a Lutero. Se enfrenta a la iglesia, al poder. Lo deja todo, no como Lutero, que siempre nadaba y guardaba la ropa. ?l es el gran revolucionario. Alguien en quien se fijan Marx y Engels, quien en La guerra de los campesinos alemanes pone a Lutero a caer de un burro pero cita a M¨¹ntzer como gran influencia. Llega un momento en que se plantea: no vamos a robar a la iglesia de Roma para d¨¢rselo a los se?ores. Si hubiera querido, podr¨ªa haber vivido muy bien en la Iglesia Cat¨®lica o al servicio de cualquier pr¨ªncipe protestante. No necesitaba ser el lacayo perfecto como Lutero. Su muerte fue tremenda, ejemplarizante. Despu¨¦s de su fracaso no se movi¨® nadie en Alemania en dos siglos¡±.
Yo creo que los Tudor ten¨ªan tambi¨¦n un cable suelto. En serio. El padre de Enrique VIII y su hija mataron por supervivencia. ?l mata porque quiere
Lutero el "lacayo"
Aunque no es uno de los personajes centrales del libro, el iniciador de la revoluci¨®n protestante sobrevuela varios relatos y aparece varias veces en la conversaci¨®n.¡±Lutero estaba dispuesto a fabricar el producto que le pidiera el pr¨ªncipe de turno. No ten¨ªa ning¨²n problema. Siempre que se le sube el pavo a Alemania se ensalza a Mart¨ªn Lutero. ?Cu¨¢ndo se ha vuelto a emitir moneda y sellos con la imagen de Lutero? Despu¨¦s de la unificaci¨®n. Desde los tiempos de los nazis no se hab¨ªa vuelto a reeditar la moneda de dos marcos con la imagen de Lutero. No entiendo esta ola de ensalzamiento a su figura. Al Papa Francisco le falta un tornillo. Que se haga mirar, vamos. Un t¨ªo como Lutero, que ha hecho los panfletos m¨¢s agresivos, m¨¢s groseros y le ensalzas".
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Autor:?Mar¨ªa Elvira Roca Barea.
Editorial: Siruela (2018).
Formato: eBook y papel (200 p¨¢ginas).
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