F¨²tbol para leer

Jorge Valdano iba a las concentraciones de los partidos con dos maletas: una de ropa y otra de libros. Los compa?eros sol¨ªan arrancarle p¨¢ginas al azar para comprobar si los le¨ªa de verdad. Cuando el argentino tuvo que dejar de jugar al f¨²tbol, empez¨® a escribirlo. Estaba convencido, y as¨ª lo explic¨® en El juego infinito, de que el f¨²tbol era, sobre todo, ¡°una pasi¨®n¡±, con h¨¦roes, villanos, emoci¨®n y cataclismos. Se pod¨ªan llenar p¨¢ginas con los mismos ingredientes con que se llenaban los estadios. Era material literario. Libros del K.O. ha construido una colecci¨®n entera para demostrarlo, Hooligans ilustrados.

Lo sabe bien Esteban Sanz, que desde 1969 alimenta a su familia con su librer¨ªa especializada en deportes y que estos d¨ªas tiene una caseta-sucursal en el Retiro. A¨²n recuerda el d¨ªa que Valdano les visit¨® por primera vez. ¡°Me pregunt¨® cu¨¢ntos libros ten¨ªa de f¨²tbol y se los llev¨® todos¡±. Por su tienda tambi¨¦n pasaron Simeone y Maradona. ¡°Pero dudo mucho¡±, a?ade, ¡°que nadie tenga una biblioteca mejor que la de Lillo¡±, el exentrenador del Oviedo y uno de los precursores del tiki-taka (el f¨²tbol tambi¨¦n inventa palabras).

Sanz mont¨® su librer¨ªa especializada para juntar dos pasiones, el deporte y los libros. Otros tienen en sus estanter¨ªas t¨ªtulos deportivos porque ¡°funcionan bien¡±, como explican Guillermo y Jimmy, de la Casa del Libro. Abundan las biograf¨ªas de deportistas, pero ellos, al contrario que los pol¨ªticos, suelen subcotratarlas. ¡°Di Stefano era un jugador extraordinario, pero como escritor era absolutamente negado¡±, dice Sanz. Los hay con m¨¢s cualidades que otros, o m¨¢s coraje. Guardiola se anim¨® a escribir el pr¨®logo de Alienaci¨®n indebida, de Rafa Cabeleira.

En las estanter¨ªas el deporte rey es el f¨²tbol, porque a los lectores les gusta ganar tambi¨¦n en los libros. El segundo lugar en el p¨®dium es para las raquetas. Tiene mucho ¨¦xito Rafa&Roger, sobre la bendita coincidencia de dos tenistas extraordinarios. Y cuatro a?os despu¨¦s de su lanzamiento, sigue pidi¨¦ndose mucho Open, el libro donde una estrella del tenis, Andr¨¦ Agassi, cuenta que odia el tenis.? A los lectores deportivos, como a los del coraz¨®n, tambi¨¦n les gustan esas historias donde los afortunados confiesan que ¡°no todo es tan bonito como parece¡± o lo fina que es la l¨ªnea entre la verg¨¹enza y la gloria. Si alg¨²n d¨ªa el portero Karius, del Liverpool, se anima a contar el camino hasta esa final de la Champions de 2018 donde le atacaron sus propias manos, puede ser un best seller.

Un paseo por la feria tambi¨¦n muestra que es dif¨ªcil colocar los libros deportivos. No mezclan bien. A veces, caen cerca de los de autoayuda, quiz¨¢ porque los t¨ªtulos se parecen (Cambia de vida, ponte a correr) o de los libros para ni?os (Pintatleti y colorea).