Alegor¨ªas y met¨¢foras de Chagall en el Guggenheim
El museo bilba¨ªno muestra 80 obras de los a?os decisivos del artista
Vivi¨® casi 100 a?os y firm¨® una descomunal producci¨®n pict¨®rica, pero el periodo en el que cuaj¨® el reconocible universo de Marc Chagall (Vitebsk, Rusia, 1887- Saint-Paul-de-Vence, 1985) fue de 1911 a 1919, unos a?os que transcurren entre su aldea jud¨ªa natal y Par¨ªs. En apenas ocho a?os le sorprende la Primera Guerra Mundial, la Revoluci¨®n Rusa y las grandes persecuciones de los jud¨ªos. Es entonces cuando en su obra germinan mundos en los que todo parece posible con met¨¢foras y alegor¨ªas cargadas de sorprendente colorido. Una selecci¨®n de 80 obras realizadas en ese periodo nutren la exposici¨®n Marc Chagall. Los a?os decisivos, 1911-1919que hasta el 2 de septiembre se puede ver en el Guggenheim de Bilbao. Patrocinada por la Fundaci¨®n BBVA, es una coproducci¨®n con el Kunstmuseum de Basilea (Suiza).
El universo pict¨®rico de Marc Chagall es uno de los m¨¢s reconocibles del siglo XX. Sus cuadros hablan de historias vividas en persona, y tambi¨¦n de un pintor que, pese a su relaci¨®n con las vanguardias, se resisti¨® a quedar adscrito a cualquiera de las tendencias art¨ªsticas que rodearon su creaci¨®n. Luc¨ªa Aguirre, comisar¨ªa de la exposici¨®n, mantiene la idea de que los a?os de juventud vividos en su pueblo y en Par¨ªs dieron pie a todo un universo de met¨¢foras y alegor¨ªas en las que los s¨ªmbolos se mezclan con la m¨¢s pura autobiograf¨ªa.
Para penetrar en el universo de Chagall, dice Aguirre, es necesario saber que naci¨® en una familia muy humilde, en un gueto donde los jud¨ªos estaban privados de sus derechos. Solo la suerte, o la casualidad, hizo posible que un abogado jud¨ªo le financiara una estancia en San Petersburgo, una ciudad a la que los jud¨ªos solo pod¨ªan acceder con un permiso especial. Y despu¨¦s viaj¨® a Par¨ªs, la capital art¨ªstica en la que descubri¨® un mundo de luz radicalmente ajeno al confinamiento que hab¨ªa sufrido. ¡°Se instala en La Ruche, una comuna art¨ªstica que a¨²n sigue existiendo y se hace amigo ¨ªntimo de Apollinaire, Pablo Picasso, Robert y Sonia Delaunay, y Jacques Lipchitz¡±, explica la comisaria. ¡°El reconocimiento es tal que en Berl¨ªn se le dedica una exposici¨®n monogr¨¢fica de 40 pinturas y 160 dibujos. Estamos en 1914 y ¨¦l decide volver a su pueblo para asistir a la boda de su hermana, all¨ª permanecer¨¢ hasta 1919 cuando se declara la Guerra Mundial¡±. Chagall se sum¨® a la Revoluci¨®n Rusa, pero la abandon¨® desencantado al poco tiempo y fue, de nuevo, un hombre atrapado.
Ante obras tan conocidas y reproducidas como Mi prometida con guantes negros o El barrendero y el aguador, Luc¨ªa Aguirre cuenta que el artista se adentra en una fase de autob¨²squeda que se refleja en su obra de este periodo, constituida por autorretratos, representaciones cotidianas con su familia y su comunidad, dibujos sobre los estragos de la guerra y representaciones de la nueva Rusia que surge tras la Revoluci¨®n de octubre.
En esos a?os de aislamiento se casa con su novia de toda la vida, Bella Rosenfeld (profusamente representada), y sigue pintando composiciones en las que mezcla lo vivido en sus viajes con su realidad m¨¢s inmediata (animales, carretas, muebles). ¡°Todo lo que pinta¡±, asegura la comisar¨ªa, ¡°lo ha vivido o lo ha visto. Lo suyo no es naif ni on¨ªrico. Para Chagall el arte es un estado del alma y su ¨²nico compromiso es contar la realidad¡±.
Artista ligado como pocos al universo jud¨ªo, una de las joyas de la exposici¨®n est¨¢ formada por el conjunto conocido como Los cuatro rabinos pintados en verde, rojo, y blanco y negro. Tres son propiedad del Kunstmuseum Basel y otro del Museo de San Petersburgo. Son obras excepcionales a las que Chagall denomin¨® documentos, ¡°ya que para su creaci¨®n el artista no parte de sus recuerdos, como en Par¨ªs, sino que utiliza personajes y objetos a su alcance, desde un vendedor de peri¨®dicos hasta un mendigo, pasando por un reloj o un espejo, a los que a?ade elementos cargados de significado como son el Talit, los Tefil¨ªn o textos en yidis, hebreo o cir¨ªlico¡±.
Entre las vanguardias y el Louvre
Marc Chagall dej¨® San Petersburgo en 1911 para irse al Par¨ªs de las vanguardias, pero la capital francesa no solo le brind¨® un r¨ªo de modernidad, tambi¨¦n tuvo contacto all¨ª, con sus visitas al Louvre, con grandes maestros que le precedieron.
En Par¨ªs, vivi¨® unos meses en un estudio en Montparnasse, pero pronto se traslad¨® a La Ruche (La colmena), donde la bohemia se afan¨® en su creaci¨®n art¨ªstica. En aquel enjambre trab¨® amistad con el matrimonio de Sonia y Robert Delaunay, quienes le acercaron a Guillaume Apollinaire. El poeta calific¨® la obra de Chagall como algo "sobrenatural".
Chagall no se dej¨® impregnar por completo de ninguno de los estilos de aquellas primeras vanguardias, el suyo fue m¨¢s bien un compendio de todos ellos al que dio un car¨¢cter personal.
Babelia
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