?Por qu¨¦ no te callas?
Con el Mundial volver¨¢n, por desgracia, las retransmisiones atronadoras de los partidos, taladros del cerebro por el volumen y verborrea que vomitan los locutores
Ahora que ha finalizado la temporada futbolera, estamos los aficionados a la espera de que llegue el Mundial de Rusia, aunque con ¨¦l volver¨¢n, por desgracia, las retransmisiones atronadoras de los partidos, taladros del cerebro por el volumen y verborrea que vomitan los locutores y algunos expertos de los que se rodean. Hace a?os se populariz¨® entre los seguidores quitar el sonido de la televisi¨®n para escuchar los encuentros con la emoci¨®n que transmite la radio. Para no perder el paso, aquello deriv¨® en el contagio del radiof¨®nico horror al silencio en los canales. Hagamos lo mismo, que no haya descansos y demos alaridos cada poco para mantener en tensi¨®n al espectador y que no se fugue.
Es ese irritante tonillo que alarga las vocales, ?Ronaldoooooo!, y el gorjeo cuando se marca, golgolgolgol, que estresa tanto que dan ganas de gritar a la tele ?por qu¨¦ no te callas? Todos sabemos que en televisi¨®n no hace falta contarlo todo, porque lo est¨¢s viendo, y que el magnetismo de la radio est¨¢ en ese calor de lo que no se ve, pero se imagina.
En el recuerdo quedan las retransmisiones que hac¨ªa Jos¨¦ ?ngel de la Casa en Televisi¨®n Espa?ola, con pocos comentarios pero atinados, t¨¦cnicos. Sab¨ªa de qu¨¦ hablaba, al contrario de la cascada de lugares comunes de hoy. ?Cu¨¢ntas veces habremos escuchado lo de que el equipo est¨¢ enchufado o que la falta de gol es la asignatura pendiente? Sin llegar al laconismo de De la Casa, que casi se limitaba a nombrar al jugador que tocaba el bal¨®n y solo se desga?it¨® en el gol del 12-1 a Malta, se agradecer¨ªa una pizca de contenci¨®n.
Aunque consol¨¦mosnos, al menos no hemos llegado todav¨ªa a que el comentarista nos quiera explicar por qu¨¦ un futbolista est¨¢ rasc¨¢ndose la entrepierna. No ser¨¢ por falta de precedentes, como aquel periodista de TVE, enviado especial al banquillo, que no se percat¨® de su micr¨®fono abierto y, en un silencio de la retransmisi¨®n, nos aclar¨® lo que estaba comentando alguien a su lado: "?Ha dicho hijo puta!".
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