El c¨®mic, al asalto de la historia

Todos los miedos y esperanzas que John Lewis acumul¨® mientras peleaba porque personas como ¨¦l pudieran sentarse en un bar para comer una hamburguesa o acceder al cine para ver Los diez mandamientos se palpan en March (Norma), una novela gr¨¢fica de 560 p¨¢ginas que recorre la lucha por los derechos civiles de los negros en EE?UU de la mano de Lewis, congresista y ¨²ltimo superviviente de los oradores que hablaron junto a Martin Luther King en la Marcha de Washington de agosto de 1963.

Junto a su asesor Andrew Aydin, Lewis ha escrito el guion de su ¨¦pica biograf¨ªa, con final feliz ¡ªla elecci¨®n de Barack Obama para la presidencia del pa¨ªs en 2009¡ª despu¨¦s de visitar mucha c¨¢rcel, sufrir muchos golpes y practicar mucha desobediencia civil. Un trozo de historia contempor¨¢nea plasmado en vi?etas en blanco y negro por Nate Powell, que cuenta el origen de la obra en un correo electr¨®nico: ¡°Andrew ten¨ªa claro que un c¨®mic sobre el papel del joven John Lewis, tan cercano al coraz¨®n del movimiento de los derechos civiles, podr¨ªa ayudar a reintroducir y revitalizar esa historia en la conciencia p¨²blica¡±. Powell reivindica la potencia del c¨®mic: ¡°No solo son accesibles y atractivos, sino que nos permiten empatizar y vernos a nosotros mismos dentro de las p¨¢ginas de la historia¡±.

March, traducida ahora al espa?ol y premiada en 2016 con un Eisner como la mejor obra basada en hechos reales, pertenece al aluvi¨®n de c¨®mics que miran atr¨¢s, bien para hacer el retrato sociol¨®gico de un pa¨ªs (el Jap¨®n posterior a la Segunda Guerra Mundial de El club del divorcio), de una generaci¨®n (los artistas latinos que perdieron las batallas del arte y de la democracia en Pinturas de guerra) o de un personaje como el catal¨¢n Francisco Boix, que extrajo de forma clandestina im¨¢genes que acreditar¨ªan en N¨²remberg el exterminio nazi (El fot¨®grafo de Mauthausen). Dada su galer¨ªa de horrores, el siglo XX ¡ªcon un especial apartado para la Guerra Civil¡ª concentra buena parte de las miradas. Hay tambi¨¦n obras sobre anteayer: Los puentes de Mosc¨² (Astiberri), donde Alfonso Zapico reconstruye la entrevista que el socialista Eduardo Madina realiz¨® al m¨²sico Fermin Muguruza para la revista Jot Down. El ayer de ETA, visto por una v¨ªctima y un defensor.

Contraponer facilita el juego gr¨¢fico. En ?Maldito Allende! (ECC), Olivier Bras y Jorge Gonz¨¢lez husmean en las encrucijadas en las que se encontraron el presidente chileno y el militar que lo traicionar¨ªa, Augusto Pinochet. ¡°Lo que est¨¢ pasando es que el c¨®mic, aunque es un medio m¨¢s joven que el cine o la literatura, est¨¢ alcanzando una madurez que le permite abordar cualquier tem¨¢tica art¨ªstica, incluida la memoria y la historia¡±, se?ala David Fern¨¢ndez, editor de ECC, quien descubri¨® pronto la buena relaci¨®n entre memoria y vi?etas. A los 12 a?os ley¨® Paracuellos, donde el dibujante Carlos Gim¨¦nez volc¨® tras la muerte de Franco su experiencia en internados de la dictadura. Gim¨¦nez no necesit¨® leer Maus para saber que la historia puede ser un artefacto demoledor en una historieta, pero es a partir de la publicaci¨®n desde 1980 de las entregas de Maus, el relato sobre el Holocausto obra de Art Spiegelman, cuando los tebeos dejaron de verse como un mero entretenimiento y pasaron a la categor¨ªa de cosas serias (o novelas gr¨¢ficas). Tanto que Maus recibi¨® el Pulitzer en 1992.

¡°A m¨ª me impact¨® mucho, pero el que me abri¨® los ojos fue El arte de volar¡±, matiza Fern¨¢ndez de Arriba, profesor y autor de Memoria y vi?etas, una gu¨ªa para facilitar el empleo pedag¨®gico de tebeos en el aula, publicada por el Memorial Democr¨¤tic de la Generalitat catalana. ¡°Para los estudiantes de secundaria es mucho m¨¢s agradecido el lenguaje del c¨®mic, con im¨¢genes y textos, que un ensayo. El c¨®mic permite adem¨¢s una gran versatilidad como material did¨¢ctico¡±, sostiene.

Lo nuevo de Kim Aubert, premio Nacional de C¨®mic por El arte de volar, dispara artiller¨ªa pedag¨®gica. Nieve en los bolsillos (Norma) retrata la tristeza y la tenacidad de la emigraci¨®n espa?ola que se busc¨® la vida en Alemania en los sesenta. En sus vi?etas hay escenas que ahora pueden verse en Tarifa: inmigrantes escondidos en maleteros. ¡°Era una historia que ten¨ªa casi olvidada. Como era un recuerdo duro, ni siquiera se lo hab¨ªa contado a mis amigos, hasta que un d¨ªa en Angulema lo habl¨¦ con un dibujante alem¨¢n. Apenas hay nada escrito sobre esa emigraci¨®n y me di cuenta de que era importante contar a toda esa gente que conoc¨ª all¨ª¡±, explica.

Y casi nada se hab¨ªa dibujado sobre las mujeres de la posguerra hasta que Ana Penyas, autora revelaci¨®n del ¨²ltimo Sal¨®n del C¨®mic de Barcelona por Estamos todas bien (Salamandra Graphic), decidi¨®, con una original puesta en escena, convertir la cotidianeidad de sus dos abuelas en una lucha universal por la supervivencia tras una guerra.