Cultura descarta nombrar un observador para la votaci¨®n sobre los estatutos de la SGAE

Hace apenas tres semanas, el PSOE ped¨ªa al Gobierno del PP que interviniera la SGAE. El entonces partido de oposici¨®n justificaba su proposici¨®n no de ley con la ¡°incapacidad¡± de los directivos de la entidad de resolver su caos. En pocos d¨ªas, ha cambiado todo, y nada. Porque la crisis en la SGAE contin¨²a, pero ahora en el Gobierno se sientan los propios socialistas. As¨ª que a ellos, y en concreto al nuevo ministro de Cultura, M¨¤xim Huerta, se ha dirigido hoy el frente opositor de la SGAE, que re¨²ne a distintos grupos cr¨ªticos con el presidente, Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n. En una rueda de prensa conjunta, han pedido a Cultura un observador para la votaci¨®n con la que la Asamblea General de los socios tiene que aprobar o rechazar los nuevos estatutos, el pr¨®ximo 21 de junio. Sin embago, fuentes del ministerio han descartado a EL PA?S esta opci¨®n: Cultura estar¨¢ "muy vigilante", pero considera que la "responsabilidad sobre el proceso electoral recae en la directiva de la SGAE". Fuentes de la entidad recuerdan que habr¨¢ dos notarios vigilando el proceso y califican de "absurda" la petici¨®n de un observador.

Todos concuerdan, eso s¨ª, en que los resultados ser¨¢n clave para el futuro de la principal entidad de gesti¨®n del derecho de autor en Espa?a. El voto electr¨®nico ha empezado ya, hoy lunes, en un clima de desconfianza y sospechas mutuas. A la espera de los resultados, la batalla, en una SGAE m¨¢s dividida que nunca, se recrudece. Los opositores, que incluyen a 18 de los 39 miembros de la junta directiva, adem¨¢s de distintas organizaciones de socios, exigen la dimisi¨®n de Sastr¨®n y esperan tumbar la reforma de los estatutos que el presidente promueve: sostienen que solo pretende aumentar los poderes del mandatario y perpetuarle en el cargo. ¡°Yo me equivoqu¨¦ al apoyarle¡±, reconoci¨® hoy In¨¦s Par¨ªs, cineasta y expresidenta de la Fundaci¨®n SGAE, de la que dimiti¨® hace un mes como forma de protesta. ¡°Quiere quebrar la democracia en la entidad¡±, asegur¨® Antonio Onetti, dramaturgo y tambi¨¦n expresidente de la Fundaci¨®n.

Sastr¨®n desmiente todas las acusaciones: defiende que las modificaciones modernizan la SGAE y que, en todo caso, son respuestas obligadas a directivas europeas y reformas de la Ley de Propiedad Intelectual.

En medio del fuego cruzado, la propia SGAE agoniza y espera. Tal vez ambos bandos ¨²nicamente est¨¦n de acuerdo en una cuesti¨®n: la relevancia de la reforma. Los cambios ¡ªaprobados, en una junta muy dividida, gracias al voto a favor del propio presidente¡ª son muchos, todos con doble lectura. Entre otros, se reducen los miembros de la junta directiva, de 39 a 19: para ahorrar y agilizar las decisiones, seg¨²n Sastr¨®n. Para aumentar la presencia de representantes de los m¨²sicos, afines al presidente, y disminuir la de los colegios Audiovisual y Gran Derecho (artes esc¨¦nicas), en opini¨®n de sus opositores. Su protesta est¨¢ respaldada por una carta firmada por unos 500 socios, de Alejandro Amen¨¢bar a Pedro Almod¨®var, pasando por Alberto Iglesias.

La reforma tambi¨¦n limita a dos mandatos la asunci¨®n de puestos de responsabilidad ¨Calgo que los estatutos ya prev¨¦n-, pero establece que se haga efectiva a partir de la votaci¨®n. Es decir, todos los a?os acumulados hasta la fecha no contar¨ªan y Sastr¨®n, excluido con las reglas actuales, podr¨ªa volver a optar a la presidencia. Adem¨¢s, se establece que sea la Asamblea y no la junta directiva el ¨®rgano que escoja al presidente. M¨¢s justo y representativo, ya que participan todos los socios, en la versi¨®n de Sastr¨®n. Aunque para la oposici¨®n el presidente allana el camino a su reelecci¨®n: el frente cr¨ªtico denuncia que la Asamblea est¨¢ en manos de la llamada rueda ¡ªun presunto fraude millonario orquestado por varios socios gracias a la m¨²sica emitida en la franja televisiva nocturna, que est¨¢ siendo investigado por la justicia¡ª, visto que los que m¨¢s recaudan tambi¨¦n disponen de m¨¢s votos.

Precisamente a esos creadores gui?¨® un ojo la junta en la misma votaci¨®n en la que aprob¨® llevar la reforma de los estatutos a la Asamblea. La m¨²sica de madrugada lleg¨® a llevarse el 70% de lo recaudado por las canciones emitidas en la televisi¨®n, pese a suponer el 1% de la audiencia. Por ello, la SGAE acudi¨® a un arbitraje internacional que, hace un a?o, impuso que el porcentaje oscilara entre el 10 y el 20%, aunque sugiri¨® el 15%, que finalmente la entidad adopt¨®. Recientemente, sin embargo, la junta lo subi¨® al 20%. Y el pasado 4 de junio, a ra¨ªz de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que anul¨® los efectos del arbitraje, el Gobierno de la SGAE volvi¨® a la casilla de salida: ninguna limitaci¨®n al porcentaje que pueda acumular la rueda.

En los nuevos estatutos se prev¨¦ tambi¨¦n la creaci¨®n de un ¨®rgano de control sobre la SGAE con miembros externos, tal y como impone un decreto que aprob¨® hace dos meses el Gobierno del PP. Sin embargo, Onetti afirm¨® hoy que la reforma de los estatutos resta poder a los controladores, ya que los coloca bajo la supervisi¨®n del presidente. El mi¨¦rcoles 21, los socios decidir¨¢n en la Asamblea a qu¨¦ frente dar la raz¨®n. Aunque la ¨²ltima palabra sobre los estatutos corresponde al ministerio de Cultura, que tiene poder de veto. Huerta acaba de descubrir su despacho, y ya tiene a la SGAE esperando encima de la mesa.