Arte para reparar heridas

Hasta hace unos pocos a?os ¡ªantes de que se impusiera la sociedad del pl¨¢stico y del tupperware y la cultura de usar y tirar¡ª, cuando un recipiente cer¨¢mico se romp¨ªa no se lanzaba a la basura; la rotura se arreglaba y se cos¨ªa con grapas met¨¢licas d¨¢ndole una o varias vidas m¨¢s, de forma que las cicatrices permit¨ªan leer la historia almacenada a lo largo de los a?os en cada una de las piezas. De cicatrices cosidas y del intento de occidente por cerrar heridas de forma que se oculten las fracturas y las rupturas que han marcado a sociedades, ¨¦pocas y pa¨ªses enteros, va la nueva exposici¨®n que abre sus puertas ma?ana (hasta el 30 de agosto) en la Fundaci¨®n Joan Mir¨® de Barcelona.

Las cicatrices nos recuerdan que nuestro pasado es real es el sugerente t¨ªtulo de la primera retrospectiva de Kader Attia (Dugny, 1970) en Espa?a. El artista francoargelino se impuso en la sexta edici¨®n del Premio Joan Mir¨® 2017, un galard¨®n que cofinancian La Caixa y la Fundaci¨®n Mir¨® que conlleva (aparte de los 70.000 euros) la producci¨®n de una exposici¨®n.

Y Attia no ha defraudado con esta muestra en la que ha reunido una veintena de sus piezas marcadamente pol¨ªticas y cr¨ªticas con la sociedad actual, de fuerte car¨¢cter postcolonial y b¨¦lico que todav¨ªa no ha sabido c¨®mo enfrentarse a su pasado, y por eso lo intenta ocultar como se hace con una restauraci¨®n hoy en d¨ªa: nada de grapas delatoras. Solo repintes y reconstrucciones que impidan ver la rotura o los fragmentos a?adidos, aunque si nos fijamos, si nos acercamos comprobamos que hay elementos a?adidos.

¡°Toda herida clama una reparaci¨®n, y la obra de arte juega un papel crucial en este proceso de facilitar la catarsis¡±, explica el artista que hace aflorar en sus obras esas grapas que cosen, est¨¦ticamente feas pero operativas al fin y al cabo y lo hace con piezas como la que recibe al visitante: Couscous (Untitled), un enorme paisaje des¨¦rtico creado con cusc¨²s en el que se la silueta de una ciudad magreb¨ª abandonada bajo un intenso foco o un rascacielos formado por las cajas met¨¢licas de los ficheros en los que se guardaban los datos de los activistas argelinos y que est¨¢ coronado por un letrero coronado por un letrero en el que se lee Hotel Independance.

El director de la Fundaci¨® Joan Mir¨®, Marko Daniel, destac¨® durante la presentaci¨®n que se trata de una muestra desplegada ¡°como una coreograf¨ªa en que el impacto emocional y f¨ªsico es espectacular y muy importante¡±. Es verdad. A diferencia de otras muestras en las que ves todo el contenido, aqu¨ª pasas de un ¨¢mbito a otro, no sabes lo que te espera detr¨¢s del siguiente muro.

Los intentos de reparar y olvidar la acci¨®n de las guerras llegan a los rostros, que parecen obsesionar al artista. No solo en m¨¢scaras tribales (Mirror Mask) forradas de espejos en la que el espectador se ve reflejado, tambi¨¦n en las esculturas de acero inoxidable (Mirrors) que ha colgado en las paredes y que deforman el rostro del que se mira en ellos.

Rostros desfigurados

La intensa crece cuando despu¨¦s de ver en Open your eyes proyectadas las caras de soldados reales de la Primera Guerra Mundial afectadas por el impacto de la metralla despu¨¦s de que avezados cirujanos (de todos los bandos) intentan disimular con intervenciones los rostros desfigurados, vuelvan aparecer estos mismos rostros tallados en madera a tama?o natural para crear la instalaci¨®n J¡¯acusse que da paso a la pel¨ªcula antibelicista y hom¨®nima del franc¨¦s Abel Gance que rod¨® en 1919.

La muestra cuenta con una nueva obra producida para la ocasi¨®n. Es la cinta audiovisual H¨¦roes heridos, rodada en Barcelona para recoger el testimonio de personas y entidades como inmigrantes encerrados, recientemente, en la Escuela Massana de la capital.