T. S. Eliot: la escritura total del vanguardista m¨ªstico
Nuevas publicaciones reivindican al poeta que retorn¨® a la herencia barroca y entronc¨® con tradiciones europeas se?eras
No cabe la menor duda de que T.?S.?Eliot (1888-1965) es el poeta en ingl¨¦s m¨¢s aclamado del siglo XX, tambi¨¦n en su pa¨ªs natal, EE?UU, donde tuvo firmes seguidores en los llamados nuevos cr¨ªticos, los cuales controlaron la academia y la poes¨ªa real durante decenios. Pero no es menos cierto que tambi¨¦n tuvo detractores, el primero de los cuales fue W.?B.?Yeats, quien le acus¨® de ¡°gris, fr¨ªo y seco¡±, y de ejercer una influencia perniciosa en los j¨®venes. La semblanza que ofrece de ¨¦l el gran Elias Canetti ¡ªcon buenos argumentos¡ª es demoledora y, ya en plena posguerra, Philip Larkin se desmarc¨® abiertamente de su magisterio preconizando el retorno a las fuentes inglesas prevanguardistas, con faros tipo Wordsworth o ense?as como Edward Thomas, muy injustamente olvidado en su d¨ªa pero muy justamente revalorizado hoy.
Se publican ahora entre nosotros tres libros de Eliot y se anuncia un cuarto de inminente aparici¨®n, lo cual vuelve a situarle en el foco en el que, m¨¢s o menos, siempre ha estado, incluso en la ¨¦poca de la preguerra, seguido ya por Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y traducido por ?ngel Flores (La tierra bald¨ªa, reeditado en los setenta en la colecci¨®n Ocnos). Despu¨¦s de la guerra, Vicente Gaos hizo una excelente traducci¨®n de los Cuatros cuartetos y Luis Cernuda cay¨® rendido a sus pies, a pesar del desd¨¦n de Eliot con su poes¨ªa, cruel sin duda. Ya mucho m¨¢s cerca, en los setenta, los j¨®venes poetas llamados nov¨ªsimos tambi¨¦n vieron en ¨¦l una ense?a esplendorosa, capaz de situarlos en la ¨®rbita de una modernidad que la Guerra Civil hab¨ªa truncado salvajemente.
La poes¨ªa de Eliot se ve en perspectiva ¡ªsin entrar a valorarla¡ª como un proceso que va de su peculiar vanguardismo ¡ªvisible en La canci¨®n de amor, de J. Alfred Prufrock (1917), y, sobre todo, en el celebrado La tierra bald¨ªa (1922)¡ª a su peculiar misticismo, evidente en los Cuatro cuartetos (1936-1942). El peculiar vanguardismo significa romper con la herencia rom¨¢ntica y retornar a la herencia barroca ¡ªlos llamados poetas metaf¨ªsicos¡ª, entroncar con tradiciones europeas se?eras (Dante), incorporar los aportes simbolistas (Jules Laforgue, Baudelaire en menor medida) y fracturar la composici¨®n de tal manera que no haya continuidad tem¨¢tica, se multipliquen las voces, se deshaga cualquier relaci¨®n entre poes¨ªa y biograf¨ªa (¡°Hay que escapar de las emociones¡±) y se oscurezca esencialmente todo, en parte debido a las m¨²ltiples alusiones de diversa naturaleza, unas explicitadas y otras no.
El esp¨ªritu religioso de Eliot fue madurando con el tiempo y se afianz¨® a medida que se agravaba la crisis con su primera esposa
El mundo trasladado por estos mecanismos, nuevos en su d¨ªa, es, en general, desolador, desesperanzado, con c¨¦lebres secuencias inolvidables como las que en La tierra bald¨ªa reflejan ese Londres moderno, casi de pesadilla, o aquellas otras del sexo oscuro e hiriente, o en las que triunfa la angustiosa incomunicaci¨®n: ¡°Esta noche estoy mal de los nervios. S¨ª, mal. Oh qu¨¦date conmigo.?/ H¨¢blame. ?Por qu¨¦ nunca me hablas? Habla.?/ ?En qu¨¦ piensas? ?Qu¨¦ piensas? Dime, ?en qu¨¦??/ Nunca s¨¦ en qu¨¦ piensas¡¡±.
En cuanto al misticismo de los Cuartetos, es sin duda una forma de escapar a esa desolaci¨®n. El esp¨ªritu religioso de Eliot fue madurando con el tiempo, y se fue afianzando a medida que se agravaba su crisis matrimonial con su primera esposa, Vivienne, a la que acabar¨ªa abandonando. La culminaci¨®n de ese proceso, ya avisado en excelentes poemas como ¡®El viaje de los Reyes Magos¡¯, o ¡®El cultivo de los ¨¢rboles de Navidad¡¯, es manifiesto en los Cuatro cuartetos, donde la desolaci¨®n absoluta encuentra su salida en esa b¨²squeda desesperada de Dios, con el amor como estandarte supremo: ¡°El amor en s¨ª mismo est¨¢ m¨¢s cerca?/ cuando dejan de importar el aqu¨ª y el ahora¡±.
La infancia importa mucho en ese proceso como refugio salvador, y siempre vuelve como anticipo del para¨ªso que vendr¨¢: ¡°Porque las frondas estaban llenas de ni?os;?/ Se ocultaban alegres y conten¨ªan la risa¡±. O bien: ¡°De pronto en un rayo de sol,?/ mientras el polvo danza todav¨ªa,?/ se levanta la risa oculta?/ de los ni?os entre el follaje¡?/ aqu¨ª, ahora, siempre¡¡±. En ese universo infantil, reconquistado como futuro redentor, todo ir¨¢ bien, todo ir¨¢ bien, todo ir¨¢ bien, como dice en ¡®Little Gidding¡¯, el ¨²ltimo cuarteto y el preferido del propio Eliot. Ahora bien, antes la Noche Oscura est¨¢ garantizada, en sus tortuosos laberintos, que san Juan de la Cruz cifra en la agotadora exploraci¨®n de la noche para llegar a la cima del Amor (que es Dios). Eliot se apoya en el poeta espa?ol para sumarse a ese camino, dif¨ªcil y angustioso pero con final feliz: ¡°As¨ª la oscuridad ser¨¢ la luz¡¡± .
El lector tiene d¨®nde escoger para acercarse a este peculiar universo. El volumen de Visor es, obviamente, el m¨¢s completo ¡ªcon ese tomo II que se anuncia y que recoge sus poemas menores o circunstanciales¡ª, est¨¢ bien traducido (Jos¨¦ Luis Rey) y contiene un arsenal de notas fabuloso e inigualable, tomadas de la edici¨®n en ingl¨¦s de Christopher Ricks y Jim McCue. Los de Alianza y La Cama Sol se ci?en a los Cuatro cuartetos, y tambi¨¦n est¨¢n bien traducidos, con m¨¢s libertades por parte de Jos¨¦ Emilio Pacheco ¡ªsiempre justificadas y cre¨ªbles¡ª y m¨¢s ce?idas al original por parte de Jes¨²s Placencia. Sin embargo, el volumen de Alianza cuenta con algunas ventajas decisivas: es biling¨¹e y tiene muchas valios¨ªsimas notas del propio Pacheco, decisivas para seguir con mejor pie los poemas, ya de por s¨ª oscuros. Adem¨¢s, esas observaciones hacen referencia constantemente a los avatares de Eliot en el mundo hispano, lo cual es muy ¨²til, como lo son la sinopsis biogr¨¢fica del poeta y una escueta pero selecta bibliograf¨ªa, que ponen punto final a esta excelente edici¨®n.
Poes¨ªas completas. Volumen I (Poes¨ªa 1909-1962). T. S. Eliot. ? Edici¨®n de Christopher Ricks y Jim McCue. Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis Rey. Visor, 2018. 1.145 p¨¢ginas. 40 euros.
Cuatro cuartetos. T. S. Eliot. Traducci¨®n y edici¨®n de Jos¨¦ Emilio Pacheco. Alianza, 2018. 244 p¨¢ginas. 19,50 euros.
Cuatro cuartetos. T. S. Eliot. Traducci¨®n de Jes¨²s Placencia. La Cama Sol, 2018. 77 p¨¢ginas. 20 euros.
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