Las gafas oscuras que nos ense?an que todos somos perdedores

Nadie puede estar preparado para lo que ocurre cuando uno se pone frente a Oscar Grillo (Buenos Aires, 1943) y Guillermo Roz (Buenos Aires, 1973). No hace tanto que se conocen pero cualquiera dir¨ªa que son hermanos. Ilustrador y escritor se pelean, se adoran, se buscan, se atacan, intercambian referencias y an¨¦cdotas en una conversaci¨®n sin fin, que empez¨® en un sue?o para desembocar en Las gafas negras de Amparito Conejo (La Huerta Grande), una novela gr¨¢fica y negra, criminal y sarc¨¢stica, una vuelta al barrio bonaerense del que, en realidad, nunca salieron.

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Guillermo Roz: ¡°El hambre me ense?¨® a tocar fondo¡±

Grillo es uno de los mejores ilustradores del mundo, Palma de Oro en Cannes incluida. Roz es un escritor de s¨®lida trayectoria, premiado y reconocido. Pero todo esto se les olvida cuando hablan de su trabajo. ¡°A ra¨ªz de una an¨¦cdota pienso en Amparito Conejo, un personaje oscuro pero tierno que ve otras cosas con esas gafas¡±, cuenta Roz emocionado para relatar la g¨¦nesis de este proyecto. Y, cosas de la vida, vio los dibujos de Grillo, que pone una ilustraci¨®n cada pocas horas en Facebook y tuvo la clave: ¡°Yo so?¨¦ a Amparito Conejo dibujada por ¨¦l, so?¨¦ que Amparito Conejo se met¨ªa al mundo de Grillo y era traducida por ¨¦l, por sus trazos, con los gestos que ¨¦l le daba con su l¨¢piz m¨¢gico, con los colores siniestros y fabulosos de su paleta. Lo so?¨¦ una noche, literalmente. Y despu¨¦s, varias noches m¨¢s¡±. De ah¨ª al contacto en la distancia, las llamadas, la confianza inmediata, el trabajo en equipo. ¡°Antes de nada lo investigu¨¦¡± cuenta Grillo con maldad. ¡°Eso no me lo hab¨ªas dicho¡± responde Roz antes de volver a las risas. ¡°Nos ponemos de acuerdo con el humor. La cultura sin humor es un funeral¡±, remata Grillo.

Las gafas negras de Amparito Conejo es la historia de la muerte de Pereyra Iraola, director de un colegio, ni?o bien, exfutbolista con momentos de gloria y mito amoroso para Amparito, secretaria del cole que se lanza a averiguar qui¨¦n lo mat¨®. Pero la clave no est¨¢ en el crimen sino en el mundo distorsionado pero real que Amparito nos muestra a trav¨¦s de sus gafas. Roz y Grillo llevan 16 y 43 a?os fuera de Buenos Aires. Uno, en Madrid; el otro, b¨¢sicamente en Londres. Pero nunca se han ido de su barrio y eso se ve en cada p¨¢gina, en cada dibujo. La mezcla de ambas artes es tan s¨®lida que es imposible imaginar la una sin la otra. ¡°Hay libros que no se pueden separar¡±, sentencia Grillo.

La entrevista se desarrolla, por casualidad, en una cafeter¨ªa muy cerca del Retiro. Pero cuando vemos el suelo, damas blancas y negras como las que est¨¢n presentes en toda la obra de Grillo, los dos lo interpretan como un signo del destino.?¡°Amparito es la excusa para contar algo que quer¨ªamos¡±, explica Roz. ¡°Son pobres en cors¨¦s exagerados. Gente que se va a caer en un pozo¡± contin¨²a antes de que la conversaci¨®n se pierda en el cine, otra de sus confluencias, en las obras del neorrealismo italiano, en Sica, Visconti o Scola. ¡°Vivimos en un pasado del que nos separan 30 a?os, pero que es el mismo¡±, se justifica Roz ante tanta coincidencia.

La galer¨ªa de personajes vistos a trav¨¦s de los anteojos (como se dir¨ªa en Buenos Aires) de Amparito es tremenda y todos tienen razones para matar al director, todos guardan sus miserias que solo el lector, v¨ªa Amparito, puede ver. El ni?o superdotado y machado por su madre, el bedel que pudo ser alguien en el f¨²tbol, las hermanas horribles e histri¨®nicas.. ¡°Este barrio son todos los barrios del mundo¡±, cuenta Roz. ¡°Las gafas son una m¨¢scara que te muestran al verdadero ser, a la persona, no son ocultaci¨®n¡±, a?ade Grillo.

Esta novela gr¨¢fica no se puede entender sin la p¨¦rdida. El fracaso de los personajes deja al lector desamparado. ¡°Si viviste m¨¢s de tres meses ya perdiste. Somos buenos aprendices de la p¨¦rdida. Amparito Conejo es la belleza narrativa del perdedor¡±, explica Roz. ¡°Amparito est¨¢ equivocada en todo¡±, remata Grillo. La protagonista se aferra a la investigaci¨®n cuando no le queda otra cosa. Pero, ?a qu¨¦ se aferran Grillo y Roz? ¡°El arte no salva. Te entretiene. Sobrevivo a trav¨¦s de las palabras¡±, asegura el escritor. ¡°Coincido con este hijo de las mil putas. Empieza a ser insoportable¡±, contesta el ilustrador, de nuevo entre risas, antes de lanzarse a otra conversaci¨®n.

¡°Nosotros escribimos y dibujamos lo que pudimos y sali¨® lo que sali¨®. Que la gente lo lea y tengan a Amparito en su mundo¡±, cuentan casi a la vez, mezclando sus voces, entusiastas.

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Autores: Guillermo Roz y ?scar Grillo

Editorial: La Huerta Grande (2018)

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