La periodista Lola Hierro re¨²ne sus viajes por ?frica en ¡®El tiempo detenido¡¯
El libro describe las tradiciones, colores y sabores de un continente del que la reportera destaca su ¡°diversidad¡±
?frica es el lugar al que la reportera y fot¨®grafa Lola Hierro siempre quiere volver. Sin embargo, en su primera toma de contacto, en noviembre de 2014, bajo un aguacero en Ad¨ªs Abeba, la capital de Etiop¨ªa, no hac¨ªa m¨¢s que preguntarse qu¨¦ demonios hac¨ªa all¨ª. Desde entonces ha viajado por Kenia, Uganda, Tanzania, Mal¨ª, N¨ªger, Botsuana, Namibia, Zimbabue¡ de lo que se deduce que aquella complicada noche et¨ªope le sirvi¨® para despertar su curiosidad por recorrer este continente. Hierro (Madrid, 1983) fue contando esas experiencias africanas en un blog que ahora ha recopilado, junto a relatos in¨¦ditos, en el libro El tiempo detenido (editorial Kailas).
"Si hay una palabra que define ?frica es diversidad", dice Hierro, aunque el desconocimiento lleva a hablar de estos 30 millones de kil¨®metros cuadrados "como si fuera un continente compacto". "Ni es solo el sitio del hambre y guerras, ni el ex¨®tico de los safaris. A m¨ª lo que me gusta es ver la vida de gente normal en los pueblos. Me he encontrado a mi abuela, que ya falleci¨®, en muchas mujeres africanas, que me dec¨ªan y aconsejaban lo mismo que ella", explica.
Claro que hay dramas en ?frica, "como cuando ves a ni?os fam¨¦licos, hambrientos, en N¨ªger", a?ade, sin embargo, otras veces "suceden cosas graciosas, incluso a veces es necesario tirar de humor negro para no hundirte", recuerda como consejo del periodista Ram¨®n Lobo. Algo tendr¨¢ que ver ese planteamiento en su estilo desenfadado, fresco, que le ha puesto a sus textos, rebosante de olores, sabores y colores.
Periodista de EL PA?S desde 2013, donde trabaja en la secci¨®n Planeta Futuro, que versa sobre desarrollo global sostenible en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates, Hierro sostiene que "la principal idea err¨®nea" que hay en Europa de lo que ocurre en su vecino del sur es considerar que "todos los que viven all¨ª son v¨ªctimas, que te venga en seguida a la mente la palabra ¡®pobrecitos".
Como en una pel¨ªcula
Aunque el libro se desarrolla entre carreteras de baches, suburbios y maravillas de la naturaleza, la reportera tambi¨¦n se toma all¨ª su tiempo para pensar. "Suelo ir sola, y a veces me paso muchas horas sin hablar con nadie o sentada o leyendo. Entonces veo lo que ocurre a mi alrededor como si fuera la espectadora de una pel¨ªcula". Es el tiempo detenido que titula su libro.
Hierro no solo describe, tambi¨¦n invita a pensar sobre el papel de los distintos actores que se mueven por ?frica, como las ONG. "Hacen un trabajo importante, pero en ocasiones les critico por c¨®mo manejan el dinero que les damos. Lo peor es cuando se hacen proyectos de desarrollo sin consultar a quienes se van a beneficiar de ello, o cuando se eternizan en el terreno sin solucionar nada". En cuanto a las misiones cat¨®licas, reconoce que ver trabajar sobre el terreno a religiosos le ha ensanchado la mente. "Un cura me dijo una vez que para evangelizar a alguien, primero tiene que estar vivo. He visto a personas muy involucradas, con vocaci¨®n, que pasan all¨ª su vida. Un cooperante puede volver cuando quiera".
Ante la continua actualidad de los emigrantes que buscan El Dorado en Europa, Hierro subraya que, siempre que puede, hace una labor pedag¨®gica. "Les intento convencer de que no vengan, pero les suele dar igual. All¨ª son pobres, pero tienen su familia, papeles, identidad... Aqu¨ª llegan, siguen pobres y encima no tienen esos apoyos".
En El tiempo detenido hay escuelas en las que los ni?os aprenden con pocos medios, poblados de caba?as, estilizados mas¨¢is, bell¨ªsimos atardeceres, paseos por gargantas y cascadas... pero, ?qu¨¦ sucede cuando todo eso queda atr¨¢s y la periodista regresa a su comodidad en Madrid? "Al principio volv¨ªa cabreada con la humanidad, echaba broncas a los que tiraban comida¡ Luego pas¨¦ por la fase de la tristeza y el remordimiento de conciencia por no poder hacer gran cosa ante lo que ve¨ªa", detalla. "Y ¨²ltimamente he aprendido a agradecer lo que tengo. Cuando me voy estoy contenta, y a la vuelta, tambi¨¦n, porque veo a mi familia, tengo un trabajo, amigos... Soy una privilegiada, hay muchas personas que no pueden volver a su casa".
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