Octavio Chac¨®n, la torer¨ªa lidiadora que anhelaba Madrid
El gaditano y Javier Cort¨¦s dieron una vuelta ante una interesante corrida de Montalvo
Veinte d¨ªas despu¨¦s de su aclamada actuaci¨®n frente a la dura y peligrosa corrida de Saltillo en la reciente Feria de San Isidro, Octavio Chac¨®n volvi¨® a Las Ventas. Y aunque tampoco pase¨® ning¨²n trofeo en esta ocasi¨®n, el gaditano, que fue obligado a saludar una ovaci¨®n tras el pase¨ªllo, se volvi¨® a reivindicar como el nuevo torero de Madrid (enti¨¦ndase por nuevo torero aquel por el que la afici¨®n de Las Ventas siente predilecci¨®n). Entregado y muy metido en la tarde desde el principio, Chac¨®n imparti¨® de nuevo toda una lecci¨®n lidiadora y se march¨® con el un¨¢nime respeto y reconocimiento de la afici¨®n. Una afici¨®n, la de Madrid, hu¨¦rfana desde hace tiempo de un lidiador con semejante capacidad y frescura.
Eso s¨ª, si bien el diestro de Prado del Rey brill¨® con el capote y en los primeros tercios, su quehacer con la muleta no estuvo a la altura de sus oponentes. Casi siempre al hilo, Chac¨®n retras¨® constantemente la pierna que torea, descargando la suerte, y por momentos practic¨® un toreo defensivo. L¨®gico, por otra parte, teniendo en cuenta que es un matador curtido frente a las corridas m¨¢s duras y exigentes del campo bravo, esas que no permiten relajarte ni un segundo. Pese a ello, y aunque sus dos faenas fueron intermitentes, hubo tambi¨¦n toreo largo y templado, as¨ª como magn¨ªficos remates pre?ados de torer¨ªa.
Sin embargo, lo mejor lo protagoniz¨® Chac¨®n con el capote. Primero, a favor del toro, andando para atr¨¢s, y luego estir¨¢ndose a la ver¨®nica con gran templanza, salud¨® a sus dos enemigos de forma impecable e igualmente los coloc¨® despu¨¦s frente al caballo. A ambos los luci¨® dej¨¢ndolos de largo, dando lustre al casi extinto pero fundamental tercio de varas. Los dos ejemplares de Montalvo acudieron prestos a la llamada del varilarguero, pero luego pelearon con desgana. Tampoco perdon¨® Chac¨®n un quite. Los dos primeros fueron por chicuelinas y el ¨²ltimo, tras sacar al sexto del caballo, por cadenciosas ver¨®nicas rematadas con una revolera y, antes, con una sublime media llev¨¢ndose la seda a la espalda y poniendo los tendidos en pie.
Aunque no termin¨® de romper, su primero tuvo codicia y cuando meti¨® la cara lo hizo por abajo, humillado y con transmisi¨®n. El cuarto, manso, se raj¨® en los primeros compases del trasteo, pero tuvo movilidad y grandes opciones de lucimiento; como el conjunto de la corrida de Montalvo, cinque?a toda ella y con kilos y pitones para dar y tomar. Un encierro interesante en el que hubo de todo y que siempre dej¨® entrever el fondo de la casta. Aunque al primero le falt¨® fuerza, al tercero recorrido y los lidiados en cuarto y quinto lugar fueron mansos, todos se emplearon en el ¨²ltimo tercio.
MONTALVO/CHAC?N, CORT?S, CAMPOS
Toros de Montalvo, desigual aunque correctamente presentados, cinque?os y de interesante juego. Blando, pero con fondo el primero; humillador y codicioso el segundo; el tercero, encastado y de corto recorrido; mansos con movilidad los dos siguientes; y bueno el sexto.
Octavio Chac¨®n: pinchazo y estocada ligeramente desprendida (ovaci¨®n con saludos); estocada defectuosa _aviso_ y dos descabellos (vuelta al ruedo tras petici¨®n de oreja).
Javier Cort¨¦s: bajonazo trasero (ovaci¨®n con saludos); media estocada algo trasera (vuelta al ruedo tras petici¨®n de oreja).
Tom¨¢s Campos, que confirmaba alternativa: pinchazo hondo _aviso_, pinchazo y descabello (silencio); dos pinchazos _aviso_ y estocada (ovaci¨®n con saludos).
Plaza de toros de Las Ventas. Domingo 24 de junio. Menos de un cuarto de entrada (7.492 espectadores, seg¨²n la empresa).
Como Octavio Chac¨®n, Javier Cort¨¦s tambi¨¦n dio una vuelta al ruedo tras petici¨®n de oreja. Fue en el quinto, que se raj¨® descaradamente al principio de la faena, aunque luego repiti¨® y no volvi¨® a huir. Cort¨¦s, como en el tercero, ech¨® los vuelos de la muleta adelante y logr¨® naturales de trazo largo y mano baja, pero pec¨® en la ventajista colocaci¨®n. Al contrario de lo que mandan los c¨¢nones del toreo puro, el madrile?o remat¨® siempre los jaleados muletazos hacia afuera y cit¨® con la suerte descargada. Tras las manoletinas de rigor, Cort¨¦s se tir¨® sobre el morrillo, qued¨¢ndose en la cara y resultando cogido -sin consecuencias- feamente por el chaleco, circunstancia que, sin duda, influy¨® en la posterior petici¨®n.
Con Chac¨®n como padrino y Cort¨¦s como testigo, confirm¨® la alternativa el joven Tom¨¢s Campos, que acus¨® la falta de oficio consecuencia de la escasez de contratos. Si el toreo sobre el pit¨®n derecho result¨® sucio y atropellado, el extreme?o dej¨® detalles con la mano izquierda, especialmente frente al buen e imponente sexto.
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