Gilberto Gil: ¡°Los m¨²sicos nos vendimos en parte al mercado¡±
El brasile?o act¨²a en julio en Espa?a para rememorar uno de sus discos fundamentales 40 a?os despu¨¦s de su aparici¨®n, 'Refavela'
Hubo un tiempo en que Gilberto Gil (Salvador de Bahia, 1942) fue optimista. Incluso en los a?os en que comparti¨® c¨¢rcel en Brasil con Caetano Veloso, aquellos sesenta en los que ambos fraguaban el tropicalismo jug¨¢ndose el pellejo frente a la dictadura que vino tras el golpe militar de 1964. Incluso durante el exilio al que se vio forzado despu¨¦s en Londres, Gil sonre¨ªa con esperanza al futuro mientras protagonizaba la revoluci¨®n social de las costumbres, acorde¨®n y guitarra en mano, junto a miembros de grupos como Pink Floyd o Yes. Entonces logr¨® colarse en los ambientes del pop hippie brit¨¢nico y participaba con sus rulos y su sonrisa sambera en festivales como los de la isla de Wight o recib¨ªa invitaciones para el cartel de Montreaux, en Suiza.
En aquellos setenta era feliz. Contagiaba y almacenaba una experiencia global que le llevar¨ªa a ser ministro de cultura en el Gobierno de Lula entre 2003 y 2008. Tambi¨¦n entonces, Gilberto Gil cre¨ªa que se pod¨ªan transformar directamente las cosas. Ahora no. Ahora lo duda. Ahora, con 55 a?os de carrera a las espaldas y una larga trayectoria pol¨ªtica dentro de la izquierda y el ecologismo, se confiesa pesimista. ¡°Vivimos un retroceso, en estos momentos es cuando necesitamos m¨¢s que nunca salir a cantar¡±, asegura.
Lo dice por tel¨¦fono desde Rusia, donde se desplaz¨® a ver algunos partidos de su selecci¨®n con en el Mundial antes de viajar a Madrid (Sala Riviera), Barcelona (Festival Cruilla) y al Pirineos Sur, los d¨ªas 3, 13 y 21 de julio, para rememorar uno de sus discos fundamentales 40 a?os despu¨¦s de su aparici¨®n: Refavela. ¡°Aquel disco pertenece a un momento en que prob¨¢bamos fusiones y establec¨ªamos relaciones hasta entonces desconocidas entre Brasil, ?frica, Jamaica, el Caribe... Eso que hora es natural, pero entonces no¡±. Entonces nac¨ªa aquello. La b¨²squeda, el mestizaje te?ido de mensaje pol¨ªtico que conform¨® el movimiento creado por Gil, Veloso, Maria Beth?nia, Gal Costa, Gilberto Gil, Tom Z¨¦¡ Aquello que luego marc¨® la senda a m¨²sicos de todo el mundo entre ra¨ªces de samba y hermanamientos africanos y americanos, sin renunciar al rock y al pop. La leyenda del tropicalismo.
¡°Vivimos un retroceso, en estos momentos es cuando necesitamos m¨¢s que nunca salir a cantar¡±, asegura.
Fue una revoluci¨®n nada silenciosa. Pero con un tempo musical y socio-cultural asumible, a escala humana. No como el presente: ¡°Todo cambia muy r¨¢pidamente. Un pa¨ªs como Brasil est¨¢ acelerado, metido en una din¨¢mica permanente¡±. Pero no hacia el lugar correcto, seg¨²n Gil. ¡°Hacia atr¨¢s. Con mucha fuerza. En diferentes aspectos. No precisamente buenos. Todo lo que cre¨ªamos que crecer¨ªa despu¨¦s de la mitad del siglo XX, la pluralidad, la tolerancia, retroceden¡±.
La tecnolog¨ªa no ayuda: ¡°La revoluci¨®n cibern¨¦tica, internet, las redes sociales resultan un fen¨®meno nuevo y abrasador que caldea el ambiente, no siempre para bien¡±. Algo ideal hubiera sido que un impulso como el suyo en connivencia con herramientas como las presentes confluyeran en algo digno. As¨ª todo, cree que la potencia creativa de los m¨¢s j¨®venes se abrir¨¢ camino: ¡°En una rica multiculturalidad y diferencia de visiones. Hoy existe una potencia creativa nueva muy variada y con muchas inquietudes en muchos campos¡±.
Pero gran parte de los aspectos del cambio radical que ellos persiguieron quedan a¨²n pendientes: ¡°Ideas no cumplidas, transformaciones ¨¦ticas y est¨¦ticas. Mucho no pas¨®. Llegamos a aceptar un capitalismo auspiciado por la democracia que en multitud de casos fall¨®. Lo que temo es que vayamos hace una debacle de la civilizaci¨®n por culpa de la tecnolog¨ªa, la inteligencia artificial, que todo eso produzca un vac¨ªo general¡±.
Por ello siente quiz¨¢s ahora m¨¢s que nunca la necesidad de cantar, de llevar su m¨²sica por las esquinas. ¡°Tenemos enfrente enormes desaf¨ªos. La adaptaci¨®n al medio ambiente, un crecimiento desbordante de la poblaci¨®n mundial, demandas vertiginosas de recursos naturales. Ante esto, la m¨²sica es un b¨¢lsamo, un ung¨¹ento contra esa debacle. Tenemos m¨¢s responsabilidad que nunca, contagiar esa alegr¨ªa y esa conciencia en la gente, esa ilusi¨®n por los asuntos importantes, no por lo superficial¡±.
Volver a un esp¨ªritu reivindicativo. ¡°Lograr que penetre en el sistema pol¨ªtico, econ¨®mico, que sea una respuesta a lo que nos rodea¡±. Se siente responsable, quiz¨¢s por haber bajado en alg¨²n momento la guardia: ¡°En cierto punto, los m¨²sicos vendimos nuestro esp¨ªritu a lo material, al capital, al negocio que nos rodeaba y contribuimos a esa paradoja de la posmodernidad¡±.
Todo eso le empuja a salir, escoltado por las siguientes generaciones: ¡°Hacer esta gira ha sido idea de mi hijo Bem y amigos suyos y m¨ªos. Ellos han comprendido esa funci¨®n de desarrollo natural que tiene nuestro legado, c¨®mo puede contribuir al equilibrio del sistema si ayudamos a la gente a comprender qu¨¦ est¨¢ pasando¡±.
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