La reforma legal de los derechos de autor enfrenta a Europa
El Parlamento de Estrasburgo vota hoy unas pol¨¦micas propuestas para proteger a los creadores frente a los colosos de la Red. Los contrarios dicen que alterar¨¢n Internet
Por una reforma del derecho de autor se puede recibir una amenaza de muerte. Tal vez m¨¢s de uno se extra?e, pero dif¨ªcilmente lo hagan los diputados del Parlamento Europeo: a varios en los ¨²ltimos meses les han deseado tambi¨¦n que les encarcelen y torturen, por sus ideas sobre el copyright. Cuesta entender c¨®mo el debate sobre los art¨ªculos que se votan hoy en Estrasburgo haya alcanzado tal crudeza. Para el bando del s¨ª, el proyecto protege a los creadores y arregla fallos y desigualdades de la Red. En la otra trinchera, se dice que el texto destruir¨¢ Internet como lo conocemos. La discusi¨®n divide dentro de los partidos ¡ªel grupo socialdem¨®crata, entre otros, dejar¨¢ libertad de voto¡ª y los sectores afectados y ha sumado a creadores, gigantes como Google y Facebook, acad¨¦micos expertos de propiedad intelectual, pol¨ªticos o activistas. En dos a?os, desde que la Comisi¨®n Europea puso en marcha la propuesta, el fuego cruzado no ha callado, al igual que la propaganda. M¨¢s bien, se recrudece al acercarse cada etapa importante. Y la de hoy, desde luego, lo es.
El texto, salido de la Comisi¨®n de Asuntos Legales, se votar¨¢ en bloque: de un golpe, el Europarlamento aprueba o rechaza seguir avanzando hacia una directiva en cuestiones como la creaci¨®n de un nuevo derecho conexo para los editores de prensa, de cinco a?os de duraci¨®n, que les permita autorizar o prohibir a los agregadores de noticias online (como Google News) que reproduzcan las publicaciones de sus medios, y cobrar por ello ¡ªart¨ªculo 11¡ª; responsabilizar a portales como YouTube por el contenido que suben sus usuarios, obligando a la plataforma a obtener licencias de los due?os de las obras y a detener previamente cualquier material que viole el copyright ¡ªart¨ªculo 13¡ª; reforzar a los creadores en su relaci¨®n con los intermediarios como productoras, discogr¨¢ficas o editoriales ¡ªart¨ªculos 14, 15 y 16¡ª.
Las pol¨¦micas m¨¢s incendiarias rodean los art¨ªculos 11 y 13. El primero ¡°solo afectar¨¢ a las plataformas que agreguen art¨ªculos y a quien los use comercialmente¡±, aclara a EL PA?S Axel Voss, eurodiputado popular y ponente de la iniciativa. Los editores ver¨¢n reconocido un derecho sobre el peri¨®dico en su conjunto, para negociar una retribuci¨®n con los portales que generan tr¨¢fico recopilando fragmentos de sus noticias. Hay excepciones previstas para fines como los educativos o de investigaci¨®n. Un simple enlace tampoco valdr¨ªa. ?Y los snippets (peque?os textos que acompa?an un link)? Voss reconoce que se negociar¨¢, pero que actualmente estar¨ªan incluidos. Julia Reda, del Partido Pirata, va m¨¢s all¨¢: ¡°No se podr¨¢ ni compartir el titular de una noticia¡±. De ah¨ª que la campa?a #SaveTheLink alarmara a millones de usuarios. A lo que Voss responde que ning¨²n internauta ser¨¢ afectado directamente por la medida. La eurodiputada alemana, en todo caso, cree que bastar¨ªa con una simple ¡°presunci¨®n de titularidad¡±, en lugar de un nuevo derecho, para que los editores negocien licencias.
Las dudas abarcan incluso el modelo econ¨®mico: para un frente, los diarios ya se benefician con el tr¨¢fico que los agregadores dirigen hacia sus p¨¢ginas. La radio tambi¨¦n difunde a los m¨²sicos pero no deja de pagarlos por ello, responde el otro bando. Y muchos recuerdan que Google News, ante una reforma de la ley que le obligaba a pagar en Espa?a, se march¨® para no volver.
Quiz¨¢s todav¨ªa m¨¢s pol¨¦mico sea el art¨ªculo 13. Voss vuelve a matizar: solo tendr¨¢n que conseguir licencias y bloquear previamente la pirater¨ªa los portales que, con fines comerciales, almacenen contenidos subidos por los usuarios, protegidos por el copyright, den acceso a ellos y los optimicen. Y cita el ejemplo m¨¢s obvio: YouTube. "No tiene nada que ver con p¨¢ginas como Dropbox, Tinder o Ebay", insiste. Los contrarios, como Reda, detectan sin embargo muchos peligros: un filtro a priori necesita un software caro, que pocos se pueden permitir; fiar el bloqueo a un algoritmo puede generar miles de ¡°censuras¡± injustificadas; y el sistema podr¨ªa facilitar parones de contenidos por otras razones, pol¨ªticas o ideol¨®gicas. La Red, adem¨¢s, se aterra ante el temor de que muchos memes (peque?os v¨ªdeos) tambi¨¦n sean detenidos por infringir la ley. Aunque Voss promete que est¨¢n a salvo.
Por encima de la letra peque?a, en todo caso, resuenan palabras mayores. ¡°Libertad¡± es la m¨¢s usada, por ambos bandos. Voss cree que solo si los creadores reciben m¨¢s tutelas y retribuciones frente a las grandes empresas ser¨¢n libres de realizar su trabajo, con mayor calidad. Cuenta con el respaldo de miles de artistas, de Ennio Morricone a Alberto Iglesias, firmas culturales y gestoras de derechos como la SGAE. ¡°Son art¨ªculos que van en contra de las empresas m¨¢s poderosas jam¨¢s creadas por la humanidad¡±, sentencia Mark Kitcatt, presidente de Impala, asociaci¨®n de compa?¨ªas de m¨²sica independiente. Tanto que, en este bando, denuncian una campa?a masiva de movilizaci¨®n online y de acoso por mail a los eurodiputados, orquestada por los colosos de Internet. ¡°He recibido 60.000 correos en dos semanas¡±, denuncia Voss.
Reda, en cambio, considera que detr¨¢s de nuevos derechos y filtros ¨²nicamente se hallan censura y retrocesos. Para ella, se romper¨¢ el esp¨ªritu que ha caracterizado la Red desde su creaci¨®n. El inventor del World Wide Web, Tim Berners-Lee, es uno de los muchos gur¨²s que se decantan por el no, en un frente que, por las razones m¨¢s dispares, re¨²ne a Google y activistas de Internet, a manifiestos de acad¨¦micos y a la Wikipedia, que ayer cerr¨® por protesta ¡ªaunque Voss repite que no se ver¨¢ afectada por la reforma¡ª.
Entre tanta discusi¨®n, s¨ª hay acuerdo en unas pocas cuestiones: ante todo, la necesidad de proteger m¨¢s a los creadores y la urgencia de una reforma, ya que la directiva en vigor procede de 2001, el Paleol¨ªtico del mundo digital. El consenso tambi¨¦n reina sobre los art¨ªculos 14, 15 y 16: piden m¨¢s transparencia y una retribuci¨®n m¨¢s justa de los intermediarios culturales hacia los artistas, a la vez que facilita a estos acudir a un arbitraje o retirar la cesi¨®n de sus derechos si consideran que no se est¨¢n gestionando bien. Finalmente, Voss y Reda muestran otra certeza compartida: hac¨ªa a?os que el Parlamento Europeo no viv¨ªa un clima tan envenenado. La ¨²ltima vez ocurri¨® en 2012. La cuesti¨®n a estas alturas ya no sorprende: fue, c¨®mo no, el derecho de autor.
Estrasburgo teme las primarias del PP
Varios parlamentarios prev¨¦n un voto muy ajustado. De ah¨ª que cada diputado cuente. A¨²n m¨¢s, 12. Tantos son los miembros del PP que no estar¨¢n en el pleno de Estrasburgo, en el que iban a respaldar la reforma, seg¨²n confirm¨® a EL PA?S uno de ellos, Esteban Gonz¨¢lez Pons. ¡°Los que votamos tambi¨¦n en las primarias del partido y no vivimos en Madrid afrontamos un dilema insalvable: ten¨ªamos que escoger y no pod¨ªamos hacer otra cosa. Lo siento¡±, relat¨®. Los populares espa?oles que residan en la capital s¨ª asistir¨¢n al voto. Coger¨¢n justo despu¨¦s un avi¨®n, para llegar a Espa?a a tiempo para apoyar a su candidato favorito para el liderazgo del PP.
Sergio Guti¨¦rrez, secretario general de los socialistas espa?oles en el Parlamento Europeo, adelanta en cambio que los 14 diputados de su formaci¨®n estar¨¢n y votar¨¢n s¨ª: ¡°La reforma logra un equilibrio no perfecto pero positivo entre la libertad en la Red y la protecci¨®n de los creadores frente a las grandes plataformas. Actualmente, la relaci¨®n es desequilibrada¡±. De opini¨®n contraria, Florent Marcellesi, de EQUO: ¡°Decimos no a negociar con este texto. Hay que parar y volver a reflexionar¡±.
Porque el voto de hoy en Estrasburgo ¨Cal que este diario fue invitado por el Parlamento Europeo- abre dos posibles caminos. Un s¨ª del pleno otorga el mandato al Parlamento Europeo para iniciar el llamado tri¨¢logo con el Consejo y la Comisi¨®n en busca de un texto definitivo. Este volver¨ªa a los eurodiputados para el consenso final, y luego a los Estados miembros. Un no de los eurodiputados aplaza el recorrido: en septiembre se volver¨ªa a debatir la reforma en el Parlamento junto con, presumiblemente, numerosas enmiendas.
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