?Llamadme a ese tal Brackett!
'El imperio contraataca' le vali¨® el primer Hugo que ganaba una mujer, pero antes hab¨ªa escrito para Chandler con William Faulkner
La semana pasada la actriz Kelly Marie Tran tuvo que cerrar su cuenta de Instagram aburrida del acoso que lleva sufriendo desde que se estren¨®?Star Wars: Los ¨²ltimos Jedi. En la pel¨ªcula, Tran interpreta a una mec¨¢nica convertida en miembro de la Resistencia. Tran es la primera asi¨¢tica que se cuela en la franquicia de George Lucas, quien, por cierto, a¨²n no se ha pronunciado sobre nada de lo que est¨¢ ocurriendo. ?Deber¨ªa? Tal vez s¨ª. Tal vez bastar¨ªa con que les recordara a todos esos tipos que creen que Tran har¨ªa bien en dejar de existir por haber mancillado con su presencia su intocable juguetito, que la primera secuela de la saga, la aclamad¨ªsima El imperio contraataca, la escribi¨® una mujer. Nada menos que la eminente Leigh Brackett.
Leigh Brackett era la mujer a la que Howard Hawks hab¨ªa hecho llamar, creyendo que era un hombre (¡°?Llamadme a ese tal Brackett, lo quiero aqu¨ª con Will ya!¡±, cuentan que espet¨®), despu¨¦s de leer su novela?No Good from a Corpse. No Good from a Corpse ¨Calgo as¨ª como No esperes nada bueno de un cad¨¢ver¨C era un?hard-boiled a la vez decididamente cl¨¢sico y subversivo. Lo que Hawks quer¨ªa era que Brackett mejorara el guion que William Faulkner (?William Faulkner!) hab¨ªa escrito para?El sue?o eterno. Cuando descubri¨® que era una mujer estuvo a punto de no contratarla. Por suerte, lo hizo. El resultado es el cl¨¢sico que protagonizan Humphrey Bogart y Lauren Bacall. Cuando la pel¨ªcula se estren¨®, all¨¢ por 1946, Brackett ten¨ªa 31 a?os, y un pasado?pulp a la altura de cualquier nombre destacado de la Edad Dorada de la ciencia ficci¨®n.
Michael Moorcock cuenta en su casi ensayo Queen of the Martian Mysteries la poderosa influencia que la obra de Brackett ejerci¨® en todos ellos. La pregunta es ?por qu¨¦ no sab¨ªamos nada de ella? Porque nunca hemos hablado de ella. As¨ª de sencillo. Nunca hemos dicho, por ejemplo, que Brackett naci¨® en 1915. Que creci¨® en Santa M¨®nica. Que fue una chica chico a la que le gustaban las aventuras de?Tarz¨¢n. Que sus escritores favoritos eran Edgar Rice Burroughs y el victoriano H. Rider Haggard. Que tambi¨¦n le gustaba el voleibol. Casi tanto como cualquier cualquier?western. Que son suyos tambi¨¦n los guiones de R¨ªo Bravo y El largo adi¨®s. Que fue la primera mujer en ganar el Premio Hugo.
Evidentemente, Brackett no est¨¢ sola en el pante¨®n de los nombres olvidados. Como dice Kameron Hurley, la eliminaci¨®n del pasado ocurre despacio y a menudo en silencio. Si alguien dice?Metr¨®polis, pensamos en el cl¨¢sico de Fritz Lang, ?y nos planteamos qui¨¦n lo escribi¨®? No, decimos ¡°Fritz Lang¡±. Y deber¨ªamos decir: ¡°Thea von Harbou¡±. Alguien deber¨ªa record¨¢rselo a esos otros alguien que intentan eliminar todo lo que no les gusta de su querido y cada d¨ªa, afortunadamente, m¨¢s d¨¦bil?status quo, y, tambi¨¦n, de paso, decirles que pueden derribar a Tran hoy, pero quiz¨¢ no podr¨¢n hacerlo ma?ana porque, como dice Hurley, estamos hechas de un material m¨¢s duro del que jam¨¢s podr¨ªan imaginar.
Babelia
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