Fervor por Bad Bunny, el nuevo ¨ªdolo latino ¡®millennial¡¯
Hace tres a?os trabajaba en un s¨²per. Hoy tiene 12 millones de seguidores en Instagram y llena estadios. Este viernes arranca un tour por Espa?a con su repertorio de letras consagradas al dinero y al sexo
Memphis, 16 de agosto de 2017. En el d¨ªa del 40? aniversario de la muerte de Elvis Presley un matrimonio de Murcia com¨ªa en The Arcade, el viejo restaurante donde al rey del rock le gustaba pedirse un s¨¢ndwich de crema de cacahuete con pl¨¢tano frito. Con ellos estaba su hija de 12 a?os. ¡°?Tambi¨¦n te gusta Elvis?¡±. ¡°No¡±, respondi¨® tajante. ¡°?Y a ti qui¨¦n te gusta?¡±. ¡°Bad Bunny¡±, dijo. Sus padres y el periodista intercambiaron miradas.
?Bad qu¨¦?
Miami, s¨¢bado 28 de abril de 2018. American Airlines Arena, a 7.500 kil¨®metros de Murcia. En medio de un gran despliegue de imagen, sonido y llamaradas de fuego apareci¨® con gafas amarillas, cazadora de cuero, camiseta Gucci, pantal¨®n de cuadros escoceses y zapatillas de baloncesto de color naranja Benito Antonio Mart¨ªnez Ocasio (San Juan, 1994). El coliseo de los Heat se hab¨ªa llenado y 21.000 personas lo aclamaban. Al d¨ªa siguiente tambi¨¦n se agotar¨ªan las 20.000 localidades del Amway Center de Orlando, ¨²ltima sede de la primera gira por Estados Unidos del vertiginoso fen¨®meno latino Bad Bunny: La Nueva Religi¨®n Tour.
¨C?Qu¨¦ es La Nueva Religi¨®n? ¨Cpregunt¨¦ a las puertas del recinto a Rachel, una adolescente de 13 a?os entusiasmada por poder ver al Conejo Malo en Miami.
¨CEs el nuevo tipo de m¨²sica para la nueva generaci¨®n.
¨C?Y c¨®mo es ese nuevo tipo de m¨²sica?
Ri¨®, mir¨® a sus amigas y dijo:
¨CTiene letras muy groseras.
Todas a carcajadas; porque Bad Bunny canta trap, un subg¨¦nero del rap soez e hipersexualizado que est¨¢ dejando anticuado el reguet¨®n.
¨CMuy expl¨ªcitas ¨Cterci¨® con formalidad su madre, Joana, que dec¨ªa que en su tiempo su madre no le hubiera permitido escuchar esta m¨²sica.
¨C?Pero si ya estaba Daddy Yankee! ¨Cdijo la peque?a, refiri¨¦ndose al jerarca del reguet¨®n de 41 a?os como si aludiese a un fen¨®meno de la era prec¨¢mbrica.
¨CNo eran estas letras hija.
Atardec¨ªa en Biscayne Bay y un ruidoso grupo de chavales sub¨ªa a zancadas la escalinata del American Arena. El m¨¢s enfervorecido vociferaba: ¡°?La Nueva Religi¨®n! ?La Nueva Religi¨®n!¡±, y agitaba espasm¨®dico una bandera de Venezuela.
El meteorito Bad Bunny ¨Cpropulsado desde Puerto Rico y Miami, capital de la m¨²sica urbana latina¨C inicia esta semana un largo tour por Espa?a. Empezar¨¢ con dos conciertos el 13 de julio ¨CBadajoz a las siete de la tarde y Sevilla a medianoche; el fren¨¦tico Conejo tendr¨¢ que saltar 200 kil¨®metros entre uno y otro¨C y terminar¨¢ el 5 de agosto en Burriana (Castell¨®n) como cabeza de cartel del Arena Sound, el festival m¨¢s multitudinario de Espa?a.
La velocidad de su ¨¦xito ha sido desconcertante. En 2016 era empaquetador en un supermercado de Puerto Rico. Hoy, con 24 a?os, es una celebridad con 12,3 millones de seguidores en Instagram. Sus temas acumulan miles de millones de visualizaciones en YouTube. Se codea con los astros que cantan en ingl¨¦s. La semana pasada I Like It, un hit biling¨¹e de la rapera dom¨ªnico-americana Cardi B en el que colaboran Bad Bunny y el colombiano J Balvin, estuvo de primera en los Hot 100 de Billboard, la principal lista de EE UU. Benito Antonio sac¨® un comunicado: ¡°Ya entiendo por qu¨¦ Trump quiere construir un muro: ?porque sabe que los latinos vamos a conquistar el mundo y tiene miedo!¡±.
¡°Ya es una estrella¡±, afirma Leila Cobo, directora de contenido latino de Billboard. ¡°Me impresion¨® verlo en Miami y la cantidad de gente que hab¨ªa all¨ª. Se cuentan con los dedos de las manos los artistas latinos que pueden vender tantos tickets¡±. La periodista considera que la clave de su impacto ha sido su conexi¨®n con un masivo sector de p¨²blico milenial latino, ¡°sobre todo teenager, que no ten¨ªa una figura as¨ª con la que identificarse¡±.
¡°Lo m¨¢s increible es que vengo de la nada¡±, dijo una vez a Rolling Stone, e imit¨® el sonido de una explosi¨®n. EL PA?S le ha pedido una entrevista pero no ha sido concedida.
Bad Bunny creci¨® en una familia de clase media. Empez¨® haciendo experimentos musicales con la computadora cuando era adolescente. Al acabar la secundaria estudi¨® un par de a?os Comunicaci¨®n Tele Radial en la Universidad de Puerto Rico. Lo dej¨® y mientras ganaba unos d¨®lares en el supermercado sigui¨® desarrollando su producto en pandilla con otros chavales atra¨ªdos por el trap y se puso a subir sus canciones a SoundCloud y YouTube, hasta que el productor Xavier Semper escuch¨® una por casualidad y le llam¨® la atenci¨®n. ¡°Fui a su Instagram y vi varios chous y el flow de su vestimenta, que era bien extra?o, bien diferente¡±, cont¨® en una entrevista. ¡°Y dije: ¡®Este chamaquito tiene material pa trabajarlo¡¯¡±. Con DJ Lui¨¢n lo lanzaron desde Puerto Rico bajo el sello independiente Hear This Music y con ellos sigue, subido a la cima sin haber sacado siquiera su primer ¨¢lbum ni haber fichado por un grande. ¡°Todo el mundo lo quiere firmar¡±, dice Cobo, ¡°pero no s¨¦ si quiera firmar con nadie¡±.
Al salir al escenario en Miami, miles de tel¨¦fonos se levantaron en comuni¨®n hacia el Conejo Malo como ante un sacerdote. El muchacho agradeci¨® el llenazo. ¡°Me hace sentir orgullo. ?Gracias a los que apoyan el trap latino, la nueva religi¨®n, la nueva religi¨®n mundial!¡±.
En vivo la peculiar voz remolona y chulesca de Bad Bunny resulta mediocre comparada con las grabaciones, hu¨¦rfana del programa de autotune del que tanto se abusa hoy en la m¨²sica para corregir defectos de afinaci¨®n. Empez¨® con el tema T¨² no metes cabra.
Yeh, estoy subiendo como espuma
Prendi¨¦ndole en la cara al que no fuma
Ando con Adidas veloces como puma
El Undertaker saliendo de la bruma¡
Sus seguidores vibraban. Roly, Jason y Andr¨¦s, tres muchachos de 16 a?os, hablaban antes de empezar el concierto sobre su pasi¨®n por el artista.
¨CMe gusta su flow ¨Cdijo Roly.
¨CEs diferente ¨Copin¨® Jason.
¨C?Te da energ¨ªa! ¨Ca?adi¨® Andr¨¦s¨C. ?Es tan grande como Drake!
¨C?M¨¢s grande que Drake! ¨Csalt¨® Roly.
¨CYou are crazy men! ¨Cse escandaliz¨® Jason.
Luego, los tres coreaban.
¡La nueva religi¨®n, yo soy la nueva era
El responsable de que ustedes se cayeran
Apartamento frente al mar lo tengo de pecera
Y el sour diesel directo de la nevera
Se bebe y se chinga como en prom
Yo soy un hijueputa puntocom.
¡°Sour diesel¡± es un tipo de marihuana y el ¡°prom¡± es la fiesta de graduaci¨®n preuniversitaria. ¡°Un hijueputa puntocom¡± es ¡°un hijueputa puntocom¡±.
En Miami, Bad Bunny actu¨® acompa?ado por ocho bailarinas y dos DJ y con una pantalla gigante de fondo donde se proyectaban sus v¨ªdeos. Estuvo en¨¦rgico y se entreg¨®, aunque su trap y sus poses funcionan mejor prefabricados en YouTube y transmite m¨¢s personalidad en Instagram, donde exprime a trav¨¦s del selfie su genuino talento estil¨ªstico. Qui¨¦n sabe si en unos a?os el Conejo se dedicar¨¢ a la m¨²sica o a la moda. Luce con tanta soltura unos calcetines deportivos a media canilla estilo jubilado gringo como unas u?as pintadas de amarillo como una combinaci¨®n ex¨®tica de ch¨¢ndal y sombrero italiano tipo Fedora. En abril llev¨® demasiado lejos su atrevimiento al presentarse en los premios Billboard con un traje morado con pantal¨®n de campana que fue pasto de los memes. Tal vez el meme m¨¢s atinado fue uno que lo comparaba con un tetrabrik de Welchito, una bebida de jugo de uva.
Su repertorio se caracteriza por una sexualidad y un machismo hiperb¨®licos. Esa es b¨¢sicamente la raz¨®n de que apenas suene en las radiof¨®rmulas, seg¨²n los ejecutivos de la industria de la m¨²sica consultados en Miami por este diario. Su feudo son las redes. Con todo, sus letras parecen haber ido rebajando la frecuencia de exabruptos extremos, como si quisiera buscar un tono ordinario pero algo m¨¢s aceptable para proseguir con su expansi¨®n comercial. Y no por que se lo pida su p¨²blico. En Miami, la audiencia, de mayor¨ªa femenina, se vino arriba cuando arranc¨® con su voz nasal y remolona Diles, el primer tema de su carrera.
Prende otro philli [porro] beb¨¦
Que ya mismo este se apaga
Vamos para el cuarto polvo
Y esto es una saga...
Mientras esperaban sentadas a que comenzase el concierto, Katy y Dana, dos chicas de 16 a?os de atuendo mucho m¨¢s sobrio de lo que predominaba en el estadio, resaltaban el ¡°estilo propio¡± de Bad Bunny y asum¨ªan divertidas los niveles de testosterona de sus versos.
¨CIt¡¯s so fucking hard¡ ¨Cri¨® Katy.
¨CS¨ª, las letras son una falta de respeto ¨Csopes¨® Dana¨C, pero no nos hacer sentirnos inc¨®modas. Lo que nos interesa es la m¨²sica.
Otras dos amigas de 23 a?os, Stefane y Amanda, melenas extralisas y ropa sexy, dijeron que sus canciones favoritas eran Te bot¨¦ ¨CT¨² me rompiste el coraz¨®n / Sin sentido y sin raz¨®n / Pero tengo un culo nuevo que me da mucho cari?o y me chinga bien cabr¨®n¨C y Solita ¨CDice que conmigo hasta dentro del avi¨®n. / Se viene y grita como C¨¦line Dion¨C.
¨C?Qu¨¦ opin¨¢is del machismo de sus letras?
¨C?Me encanta! ¨Cexclamaron las dos a la vez.
¨CLos amargados lo critican porque es vulgar, pero a nosotras nos gusta porque tambi¨¦n somos vulgares ¨Ca?adi¨® Stefane.
¨CC¨®mo que vulgares.
¨CS¨ª, vulgares, que hablamos de sexo abiertamente ¨Cprecis¨®.
Chalo, un fan de 32 a?os, dijo: ¡°Esto es perreo. No tiene nada de malo. Put it like that¡±.
El cantante se ha defendido de las cr¨ªticas a la crudeza de sus letras. ¡°Mi meta es que el trap se establezca y le den el espacio que se merece en los medios. Sin tener que ser tan censurado¡±, dijo en una entrevista. ¡°Los norteamericanos hablan expl¨ªcito en sus temas. Vamos a tener que cambiar nosotros como sociedad. Hay que cambiar el chip¡±. En otra ocasi¨®n, el Conejo Malo sostuvo que sus letras no son el problema, sino ¨Catenci¨®n¨C la falta de formaci¨®n en las escuelas con perspectiva de g¨¦nero: ¡°No hay educaci¨®n suficiente sobre el tema¡±.
El soci¨®logo puertorrique?o Alfredo Nieves, buen conocedor de las letras de Bad Bunny y de su contexto, constata la obviedad del machismo de sus versos y a?ade: ¡°Su narrativa es repetitiva y responde a tendencias de mercado comunes en la m¨²sica comercial contempor¨¢nea en general. Sus letras reflejan el entramado ideol¨®gico que persiste en muchos lugares. No son un fen¨®meno aislado. Son el producto de condicionantes sociales y culturales asociados en gran medida a la l¨®gica capitalista, que convierte pr¨¢cticamente todo en mercanc¨ªa, se nutre del estereotipo, promueve el consumo excesivo y fomenta espejismos¡±. Uno de los latiguillos preferidos del joven Benito Antonio en sus canciones ¨Crepletas de coches potentes y mujeres que lo adoran¨C es decir que le ¡°sobran¡± billetes de cien d¨®lares.
Sin embargo, se podr¨ªa apuntar que el machismo de las canciones del Conejo no tiene la brutalidad del que tuvo anta?o la salsa. La escritora Ana Teresa Toro, tambi¨¦n boricua, pone como ejemplo Si te cojo, de Ismael Rivera (1977). Dice: Si te cojo coquete¨¢ndole a otro, ya veras que trompada te vo a pegar / Si te cojo gui?¨¢ndole a otro, un pi?aso en un ojo te vo a dar. ¡°En cuanto a las letras de Bad Bunny¡±, comenta, ¡°creo que reflejan un registro en particular y dentro de ese registro ¨Ccallejero, urbano, hijo del mundo pos Internet y posterior al pudor y los moralismos¨C aceptamos algunas cosas que en otro registro no. Como periodista, escritora y feminista activa creo que es saludable mirar estas letras con un balance justo. ?Por qu¨¦ una mujer dentro de una fantas¨ªa er¨®tica no puede usar el registro de la violencia para avivar sus nociones de placer? ?Cantar algo es vivirlo? ?Si mi fantas¨ªa es sucia y violenta, no tengo derecho a tenerla? ?Estas letras solo retratan una visi¨®n del mundo o logran reproducirlo? M¨¢s que respuestas, son preguntas complejas que es momento de formular¡±.
En mayo, un par de semanas despu¨¦s de arrasar en Florida, el concierto de Bad Bunny dej¨® un r¨¦cord de asistencia en el Centro de Convenciones de San Juan, Puerto Rico: 25.000 espectadores. Ese mismo recinto en octubre pasado albergaba a cientos de familias que hab¨ªan perdido sus casas despu¨¦s del hurac¨¢n Mar¨ªa y funcionaba como centro de mando para las operaciones de rescate y reconstrucci¨®n de un Puerto Rico en escombros. El periodista boricua Hermes Ayala, que estuvo all¨ª en las dos ocasiones, reflexiona: ¡°En el lugar al que hace unos meses el pueblo ven¨ªa en b¨²squeda de ayuda y pidiendo explicaciones para ser despreciado por las autoridades, ahora, all¨ª mismo, madres con sus hijos de diez a?os enaltec¨ªan a viva voz letras ind¨®mitas sobre borrar caras con armas autom¨¢ticas. Bad Bunny y los artistas del trap trotan sobre un mundo surreal, y entre tanto desastre, tanta opresi¨®n de los recortes econ¨®micos, de la austeridad y de la represi¨®n de manifestaciones, funcionan como un desahogo¡±.
En Latinoam¨¦rica, Estados Unidos, Espa?a una legi¨®n masiva de adolescentes sigue al Conejo Malo como en su d¨ªa ¨Csalvando las distancias¨C segu¨ªan a Presley y a su pelvis. Mientras tanto, la mayor¨ªa de adultos lo ignoran, y algunos lo repudian; como el diputado hondure?o Dar¨ªo Banegas, que hace unas semanas, al defender que en las escuelas se leyese la Biblia antes de comenzar las clases, opin¨®: ¡°No haremos ning¨²n da?o haciendo que los ni?os est¨¦n m¨¢s cerca de conocer del rey Salom¨®n que de la m¨²sica de Bad Bunny¡±.
Babelia
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