Clase valiente
Lo personal es pol¨ªtico, toda ideolog¨ªa no vale m¨¢s que su puesta en pr¨¢ctica en los ¨¢mbitos de lo p¨²blico y lo privado, defiende el director
LA REVOLUCI?N SILENCIOSA
Direcci¨®n: Lars Kraume.
Int¨¦rpretes: Sina Ebell, Michael del Coco, Jonas Dassler, Judith Engel
G¨¦nero: drama. Alemania, 2018.
Duraci¨®n: 111 minutos.
¡°Creo que los alemanes no podemos estar orgullosos de los bosques, ni de las monta?as, porque no los hemos creado nosotros. [¡] Solo podemos estar orgullosos de la bondad que hemos creado. [¡] As¨ª se determina el ambiente en la Rep¨²blica Federal, con lo que cada uno de nosotros hace como padre, madre, hijo. Pueden escribir p¨¢rrafos y art¨ªculos y tener la mejor Constituci¨®n. Lo que se necesita es que la gente viva estas cosas democr¨¢ticas¡±, afirmaba el actor Burghart Klau?ner, en la piel del fiscal Fritz Bauer, figura clave en la detenci¨®n de Adolf Eichmann, en una resonante secuencia del sexto largometraje del alem¨¢n nacido en Italia Lars Kraume. El mon¨®logo funcionaba como declaraci¨®n de principios del propio cineasta a la hora de abordar las claves de un cine pol¨ªtico, que, por otro lado, no es el tono dominante en una larga filmograf¨ªa que tambi¨¦n ha explorado los registros de la distop¨ªa (Die kommenden Tage) y el drama de c¨¢mara (Familienfest). En El caso Fritz Bauer (2015), el personaje formulaba esa reflexi¨®n despu¨¦s de que se le preguntara, en una entrevista televisiva, si estaba orgulloso de la Constituci¨®n democr¨¢tica con la que el pa¨ªs cerraba (relativamente) un pasado traum¨¢tico. La posici¨®n de Bauer podr¨ªa ser la de Kraume: una Constituci¨®n nunca es suficiente. Lo personal es pol¨ªtico, toda ideolog¨ªa no vale m¨¢s que su puesta en pr¨¢ctica en los ¨¢mbitos de lo p¨²blico y lo privado.
En La revoluci¨®n silenciosa, el cineasta centra su mirada en algo que, justo un a?o antes de que Bauer librara su batalla contra los obst¨¢culos del sistema, estaba teniendo lugar en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana: el acto simb¨®lico ¨Cmodesto, civilizado, pero inequ¨ªvocamente ideol¨®gico- de un grupo de estudiantes frente al discurso oficial de Alemania del Este en torno a la revoluci¨®n h¨²ngara de 1956. A partir del libro escrito por Dietrich Garstka, uno de los implicados en los hechos, el director propone un relato que intenta comprender las razones de todos sus personajes, y que se esfuerza en colocar un buen n¨²mero de matices sobre la mesa. El recurso a una cierta situaci¨®n clim¨¢tica clich¨¦ ¨Cel patr¨®n ¡°Yo soy Espartaco¡±, para entendernos- y la progresiva p¨¦rdida de agilidad narrativa en el tramo final ¨Cel camino hacia el desenlace no parece conocer las virtudes de la elipsis- condicionan un valioso conjunto con mucho que decir sobre la necesidad de posicionarse, sin subterfugios, ni disfraces.
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