El ¡®big data¡¯ prueba el conservadurismo en la m¨²sica cl¨¢sica en vivo
El estudio de un music¨®logo espa?ol demuestra a partir del estudio de casi 5.000 conciertos que un pu?ado de grandes nombres domina las programaciones. Seis compositores copan el 20% de los programas
M¨¢s auditorios, m¨¢s orquestas, m¨¢s int¨¦rpretes, m¨¢s ciclos¡ Y, aun as¨ª, ¡°los conciertos de m¨²sica cl¨¢sica sufren una crisis galopante y necesitan desesperadamente una revisi¨®n¡±. Es lo que apunta la introducci¨®n de un estudio firmado por el music¨®logo espa?ol Miguel ?ngel Mar¨ªn y titulado Reto al oyente: como cambiar tendencias en la programaci¨®n de la m¨²sica cl¨¢sica. El diagn¨®stico es claro tras estudiar con t¨¦cnicas de big data cerca de 5.000 conciertos celebrados entre 2010 y 2015 en 785 instituciones de 283 ciudades de todo el mundo: mientras el p¨²blico decrece ¨Cen Espa?a un 22,4% la ¨²ltima d¨¦cada- y la renovaci¨®n de aficionados no cuaja, el conservadurismo de las propuestas lo empobrece todo.
Mar¨ªn, experto de la Universidad de La Rioja, sabe de lo que habla. Como programador, se encarga de la secci¨®n musical en la Fundaci¨®n Juan March. Y sus conclusiones, lejos de la endogamia, desmienten la idea de que el sector atraviese un gran momento, empezando por su pa¨ªs de origen: ¡°Comparado con hace 30 a?os, la vida musical espa?ola ha dado un paso de gigante incuestionable. Gozamos de un panorama riqu¨ªsimo. Tanto en asistencia como en equipamientos y actividad regular, estamos mejor que nunca. Ahora bien, en t¨¦rminos espec¨ªficos de programaci¨®n, creo que no tanto¡±, afirma el autor del estudio.
Mar¨ªn ha extra¨ªdo los datos del portal Bachtrack.com, entre otras fuentes. La plataforma ofrece la m¨¢s completa agenda planetaria de conciertos y de ah¨ª saltan las redundancias que demuestran la escasa inclinaci¨®n a la audacia de la mayor¨ªa de programadores. En la m¨²sica sinf¨®nica, el ranking lo encabezan Beethoven, Mozart, Bach, Brahms, Schubert y Debussy. Los seis copan el 20% de los ciclos. Ning¨²n compositor vivo figura entre los 33 primeros puestos. En ¨®pera var¨ªan los nombres, obviamente, pero la tendencia a repetir lo ya conocido es la misma. El 75% de los carteles entre los m¨¢s importantes teatros del mundo los dominan t¨ªtulos de Mozart, Verdi, Puccini, Wagner, Rossini, Donizetti, Richard Strauss, Bizet, Janacek y Haendel. Y de todos ellos, los cuatro primeros copan el 50% de las representaciones. Ellos mandan en un conservador c¨ªrculo vicioso.
El incre¨ªble p¨²blico menguante
En la ¨²ltima d¨¦cada, se apunta en el estudio, el p¨²blico ha deca¨ªdo su asistencia en Espa?a a las salas en un 22,4%, (seg¨²n datos de la SGAE), una bajada m¨¢s acorde con Australia (22,1% entre 2012 y 2015), que con Estados Unidos, donde, si un 13% de la poblaci¨®n acud¨ªa al menos a un concierto por a?o en 1982, en 2008 solo lo hac¨ªa un 9,3%.
Todo esto pone de manifiesto la amplitud global del estudio. Pero a Mar¨ªn le interesa especialmente el entorno m¨¢s cercano y a¨²n virgen en materia de an¨¢lisis: "Sobre la programaci¨®n en Espa?a hay todav¨ªa muy pocos trabajos, pero los que existen apuntan en la misma direcci¨®n detectada en mi investigaci¨®n. En el art¨ªculo cito los que publicaron la Fundaci¨®n Autor y Pablo S¨¢nchez Quinteiro, basados en la programaci¨®n de varias temporadas de las orquestas espa?olas. Revelan una coincidencia asombrosa con los top 10 del estudio en todo el mundo".
?Qui¨¦n debe romper este cerco? ¡°La llave la tiene el programador¡±, asegura Mar¨ªn. ¡°El p¨²blico se alimenta siempre con los mismos compositores, no ha desarrollado el h¨¢bito y el gusto por otros repertorios. Los encargados de perfilar los ciclos perciben que no hay demanda para otras opciones, se instalan en el miedo y no salen de los caminos trillados¡±.
Pero existen alternativas: ¡°Cada uno, en funci¨®n de la trayectoria de su instituci¨®n, los perfiles de su p¨²blico y su creatividad, tiene que encontrar f¨®rmulas eficaces para salir poco a poco de esa din¨¢mica¡±. Tambi¨¦n resulta fundamental, adem¨¢s de aumentar la variedad, incrementar la frecuencia. El estudio, publicado en la revista Resonancia, de la Pontificia Universidad Cat¨®lica de Chile, demuestra que de 1.914 autores, solo 33 (el 1,72%) superan las 100 interpretaciones y que 1.438 (un 75,13%) cuentan con tres o menos en los cinco a?os que aborda el an¨¢lisis.
Christina Scheppelmann, directora art¨ªstica del Liceu barcelon¨¦s, cree que el equilibrio es la soluci¨®n: ¡°Yo no hablar¨ªa de culpables. Buscar un balance entre los repertorios de m¨¢s preferencia para el p¨²blico y los nuevos es una tarea que, en mayor o menor medida, hacen ya todos los teatros. Esta vocaci¨®n permite mantener un equilibrio presupuestario y tambi¨¦n disfrutar al tiempo que descubres¡±.
Alfonso Aij¨®n, casi 50 a?os al frente del ciclo Iberm¨²sica, apunta tambi¨¦n otras razones. Est¨¢ muy de acuerdo con el diagn¨®stico de Mar¨ªn. Pero cree que hay que empezar a atajar el problema por la ra¨ªz: ¡°Toda la imaginaci¨®n y esfuerzos de los programadores y sus protagonistas no obtendr¨¢ el ¨¦xito que ansiamos mientras la m¨²sica no se imparta desde la escuela primaria como asignatura b¨¢sica. Cuanto m¨¢s tiempo se retrase esta medida de formaci¨®n, las salas de concierto ir¨¢n quedando proporcionalmente m¨¢s vac¨ªas¡±. Scheppelmann insiste en este punto: ¡°Lo esencial queda en las escuelas: la inversi¨®n y subvenci¨®n de la cultura y la educaci¨®n. Es as¨ª como se demuestra que la m¨²sica y el arte son dos pilares esenciales de la sociedad. Esto fomentar¨¢ la curiosidad y el inter¨¦s por parte de la sociedad adem¨¢s de atraer obras nuevas¡±.
La formaci¨®n especializada en los conservatorios y centros de ense?anza superiores de m¨²sica es uno de los aspectos que el informe toca. La preponderancia de repertorios reducidos incide directamente a la hora de que sean estos los que se programen. Fabi¨¢n Panisello, director de la Escuela Reina Sof¨ªa y fundador del Plural Ensemble, dedicado a la m¨²sica contempor¨¢nea, lo explica: ¡°Si bien el repertorio de cuerda es amplio, incide en un abanico de compositores cl¨¢sicos y del XIX¡±. El de viento var¨ªa m¨¢s e incluye m¨¢s piezas del XX, seg¨²n ¨¦l, ¡°aunque no siempre son las mejores del repertorio¡±. No s¨®lo la elecci¨®n de compositores debe replantearse. Tambi¨¦n los conjuntos: ?Uno de los aspectos que debemos desarrollar a fondo dentro de la educaci¨®n es ampliar la ense?anza a la m¨²sica de c¨¢mara y de orquesta m¨¢s que centrarnos en el terreno del solista¡±.
La receta de Mortier
Entre las recetas, el estudio tambi¨¦n prueba los hermanamientos y conexiones que existen entre compositores por su proximidad. Pone de manifiesto la audacia de muchas culturas de referencia para influir en los c¨¢nones del pasado y el presente. A gran escala, el caso de los rusos, los franceses, los austriacos y alemanes, anglosajones e italianos y, a otros niveles, los checos, con su tri¨¢ngulo invencible de Dvor¨¢k, Janacek y ¨²ltimamente Martinu.
Todos ellos conforman una red de variaciones y relatos musicales que, tal como recoge el estudio, representaba la filosof¨ªa de uno de los grandes gestores musicales de esta era: Gerard Mortier, muerto en 2014. ¡°El programador tiene dos funciones. Por un lado proporcionar al oyente, y quiz¨¢s tambi¨¦n al int¨¦rprete, oportunidades de descubrir obras y autores desconocidos. Por otro, construir nuevos itinerarios de escucha remodelando estructuras program¨¢ticas por medio de puestas en escena anticonvencionales que reten sus expectativas¡±.
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