Las olvidadas rumbas de los emigrantes espa?oles en B¨¦lgica
Miguel Men¨¦ndez re¨²ne en un triple disco las canciones creadas por los que marcharon al pa¨ªs del oeste de Europa desde los a?os sesenta
Escondido entre libros viejos y discos olvidados de un mercado de segunda mano de Bruselas, Miguel Men¨¦ndez encontr¨® el vinilo de Los Fieras, un grupo desconocido en Espa?a pero que cada espa?ol emigrado en los a?os sesenta del pasado siglo a B¨¦lgica conoc¨ªa. Men¨¦ndez, salmantino de 30 a?os que encontr¨® trabajo en una asociaci¨®n hispanobelga de Bruselas, decidi¨® indagar un poco m¨¢s sobre aquella m¨²sica olvidada. Primero fue un vinilo, luego dos y tres hasta que logr¨® recolectar 250 discos de mercadillos y p¨¢ginas de Internet, adentr¨¢ndose en la m¨²sica y la historia de los espa?oles emigrados a B¨¦lgica. Los tres discos de Rumba Hispanobelga recogen ¡ªa trav¨¦s de 72 canciones y un libro de 64 p¨¢ginas¡ª los sonidos y las experiencias musicales de la emigraci¨®n a este pa¨ªs del norte de Europa.
"Nos llaman los extranjeros por tener el pelo negro", dec¨ªa, a ritmo de sevillanas, una de las dos canciones del primer vinilo que encontr¨® en el mercado de la Place du jeu de Balle. La letra reflejaba la crisis de identidad a la que se enfrentaban los hijos de los espa?oles llegados en los sesenta, principalmente andaluces y asturianos. Otra canci¨®n, del artista Juan Lucero, describ¨ªa el dolor y la nostalgia de dejar Espa?a: "Es verdad que se llora cuando uno se encuentra lejos de la tierra que se a?ora".
"Los discos eran financiados por los restaurantes y los comercios de la comunidad, eran como tarjetas de publicidad para atraer a los clientes", explica Men¨¦ndez por v¨ªa telef¨®nica, que aparte de coleccionar los vinilos y digitalizarlos, ha hecho un trabajo de investigaci¨®n sobre esta comunidad inmigrante. Para ello, entrevist¨® no solo a los antiguos artistas sino que consult¨® los archivos del peri¨®dico El Volc¨¢n, la primera publicaci¨®n en espa?ol para los inmigrantes entre los a?os 1963 y 1968. Su creador, Leandro Perdomo, lleg¨® a B¨¦lgica en 1957 para trabajar en las minas de carb¨®n de la ciudad de Charleroi.
En 1956, el Gobierno belga firm¨® un convenio con el Gobierno franquista para atraer mano de obra espa?ola a las minas, despu¨¦s de que Italia limitara el env¨ªo de sus ciudadanos por las pocas condiciones de seguridad. B¨¦lgica viv¨ªa una ¨¦poca de bonanza por el florecimiento de grandes industrias. Los espa?oles encontraban trabajo no solo en las f¨¢bricas, sino tambi¨¦n como cerrajeros, electricistas y fontaneros. Muchos regentaban bares y restaurantes, donde actuaban los artistas. Seg¨²n los datos de Men¨¦ndez, en 1967 la comunidad espa?ola ten¨ªa 227 bares y restaurantes en Bruselas. Algunos de ellos siguen abiertos, sobre todo en el barrio de Saint Gilles, que era conocida como "la peque?a Espa?a" y donde Men¨¦ndez vivi¨® seis a?os.
Un d¨ªa, en el bar Olegario, donde daba clases a la nieta de los due?os, Men¨¦ndez pidi¨® m¨¢s informaci¨®n sobre uno de los vinilos que hab¨ªa encontrado. ¡°Oye, ?pero si este vive aqu¨ª, en la esquina!¡±, le contestaron sobre el cantante y, recuerda entre risas, ¡°empezaron a cantar una de las canciones". ?l apuntaba todo en su libreta, desde an¨¦cdotas a nombres de m¨²sicos, y luego intentaba encontrar los discos. As¨ª supo que la discoteca m¨¢s famosa de la emigraci¨®n espa?ola en Bruselas se llamaba El Disco Rojo. "Era una comunidad muy unida y solidaria, todo el mundo se conoc¨ªa".
Juanito Mart¨ªn, Los Rumberos de Bruselas, Hermanas Las Manchitas, Mino Men¨¦ndez y sus Chorvos, son algunos de los grupos que el salmantino intenta salvar del olvido. A partir de los noventa, los emigrantes espa?oles empezaron a jubilarse y muchos regresaron a Espa?a. Los hijos, nacidos en B¨¦lgica, ya no se identificaban tanto con Espa?a y no frecuentaban los mismos lugares, as¨ª que esta m¨²sica poco a poco se fue olvidando.?
Hab¨ªa de todo. Grupos de rock, como Los Cuervos hasta tonada asturiana. Pero eran las rumbas flamencas las que un¨ªan a la comunidad y ten¨ªan mucho ¨¦xito entre los belgas, que lo ve¨ªan como algo "muy ex¨®tico", explica. Las letras trataban desde las dificultades de llegar a un pa¨ªs desconocido hasta los veranos en Espa?a. Una canci¨®n mencionaba incluso la tragedia del camping de Los Alfaques [el 11 de julio de 1978 un cami¨®n cisterna explot¨® y murieron 243 personas]. Pero Men¨¦ndez recuerda que tambi¨¦n lleg¨® la canci¨®n protesta, de la mano del? asturiano Javier Lavandera. El sello de su disco No me llames extranjero eran las siglas del PACOES (Partido Comunista Espa?ol). Otra canci¨®n, Oye t¨ªo, ?que vamos a votar, de Paco Paco y censurada en Espa?a, anunciaba las primeras elecciones tras la dictadura. ¡°Me dijeron que me tomaba a chirigota la democracia¡±, recuerda que le cont¨® el cantante a Men¨¦ndez.
Discos autoproducidos
Miguel Men¨¦ndez ha repartido la mitad de las 1.000 copias producidas (es una edici¨®n limitada) de?Rumba Hispanobelga en las asociaciones de emigrantes de B¨¦lgica. "No me imaginaba que iba a tener esta repercusi¨®n", se?ala de un disco que ha financiado ¨¦l mismo.
Babelia
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