Sororidad
Alice McDermott pone el dedo en las llagas de la moral cat¨®lica en una novela literariamente impecable sustentada en historias de mujeres que ayudan a mujeres
Por mi naturaleza escorpi¨®nica y por los prejuicios que manifiesto ¡ªcomo es natural¡ª cada vez que escribo una rese?a, me habr¨ªa gustado llevarle la contraria a The New York Times, The Washington Post, Time, The Wall Street Journal, NPR y Kirkus, para afirmar con rotundidad que La novena hora, de Alice McDermott, no es una de las mejores novelas de 2017. Soy incapaz. Porque si su novela anterior (Alguien) ya me conmovi¨® mucho, en La novena hora McDermott, escribiendo una novela de monjas y mujeres criadas entre monjas, apela precisamente a nuestras ideas preconcebidas y resignifica palabras. Es decir, hace lo mejor que puede hacer un texto literario. Pese a que la acci¨®n se sit¨²e en Brooklyn a principios del siglo XX, la escritura adquiere sentido en una contemporaneidad que se mueve entre el funesto poder de Trump, representante del gran hombre blanco, individualista, machista, liberal y protestante, y el no menos infausto recuerdo de un catolicismo, intr¨ªnsecamente patol¨®gico desde una perspectiva sexual, que oculta violaciones de ni?os tal como se cuenta en Spotlight.
Desde la conciencia de moverse en un campo literario que oscila entre los extremos radicales de esa horquilla, McDermott presenta una novela delicada sobre mujeres que cuidan, asisten y templan las precariedades en una sociedad enferma, hu¨¦rfana, desigual. Son monjas que, como la hermana Lucy¡ªpersonaje riqu¨ªsimo, complejo, contradictorio¡ª, act¨²an sobre el dolor de las mujeres y reflexionan sobre la debilidad como excusa para no parir, a la vez que se preocupan por esas otras mujeres que tienen m¨¢s hijos de la cuenta y, sin quejarse, son reproductivamente explotadas por sus maridos. Mientras tanto, guapos adolescentes atan a sus hermanas a la pata de la cama porque no se portan bien. Son maravillosas las p¨¢ginas en las que Anne, madre de Sally, lleva a cabo las tareas dom¨¦sticas: quienes leemos podemos ver que estas actividades son trabajo. Hay una faceta ¨¦pica en la mal entendida intrascendencia de lo dom¨¦stico que deber¨ªa ser puesta de relieve en estos libros que ahora intentamos escribir desde un punto de vista femenino para repensar nociones como costumbrismo, peque?o, dentro, gran ballena blanca, relato¡
No se trata de estar de acuerdo con la hermana Lucy¡ªni siquiera con la autora¡ª, se trata de pensarnos: desde el ejercicio de una ayuda que no tiene por qu¨¦ ser dulce¡ªa veces es agria, aunque eficaz, como la literatura misma¡ª, McDermott abre una puerta reflexiva hacia la teor¨ªa de los cuidados, la sororidad o la maternidad desde un punto de vista sanitario, familiar y educativo. La lectura de La novena hora reajusta el l¨ªmite entre compasi¨®n y derecho a la queja, y nos invita a decidir si esas palabras llevan una marca de g¨¦nero: la hermana Lucy intenta solucionar el ¡°sacrificio sangriento¡± de las mujeres busc¨¢ndoles un trabajo que les permita sobrevivir sin casarse. Sin parir. ¡°Nunca despilfarres tu compasi¨®n¡±, le aconseja la monja a Sally, aut¨¦ntica protagonista del relato en su subida al cielo y su bajada a los infiernos. Con esa advertencia reparamos en la posibilidad de que la piedad sea peligrosa y la clemencia se malverse: las depresiones end¨®genas o ex¨®genas de Sally o de la se?ora Costello nos ponen en la tesitura de juzgar qui¨¦n se merece m¨¢s la compasi¨®n; o de si son amor o generosidad aquellos que se sustentan en ¡°malas obras¡± que deber¨ªan ser agradecidas por quienes se benefician de ellas: hay hijas que matar¨ªan por la felicidad de sus madres y hombres que, por dinero, van a la guerra en lugar de otros. McDermott pone el dedo en las llagas de una moral cat¨®lica que forma parte de ese ADN del que tanto nos cuesta desprendernos, y que a veces nos hace concebir la pol¨ªtica como beneficencia.
La novela es literariamente impecable por la espl¨¦ndida construcci¨®n de personajes, la credibilidad de una voz narrativa comunitaria, el naturalismo de los episodios sanitarios y, sobre todo, porque la sombra y la luz de los valores sobre los que McDermott se y nos interroga se hacen estilo: un estilo limpio, ambivalente, arriesgado, moral, respetuoso. El estilo, con una fuerte connotaci¨®n colectiva, sustenta una historia de mujeres que ayudan a mujeres y est¨¢ hablando de este tiempo que nos toca vivir.
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Autor:?Alice McDermott (traducci¨®n de Carlos Manzano).
Editorial:?Libros del asteroide (2018).
Formato: tapa blanda y ebook (296 p¨¢ginas).
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