Cuesti¨®n de imagen
'Los Incre¨ªbles 2' podr¨ªa ser la producci¨®n Pixar m¨¢s cercana a la agenda neoliberal y feminista de una formaci¨®n pol¨ªtica como Ciudadanos
Como bien sabe Winston Deavor, el magnate que en Los Incre¨ªbles 2 quiere devolver el favor de la ciudadan¨ªa a unos superh¨¦roes cuestionados por el Gobierno, en la sociedad del espect¨¢culo todo es cuesti¨®n de imagen. Pero no es menos cierto que, en ocasiones, una imagen pude funcionar como cortina de humo para ocultar un gesto hip¨®crita, un claroscuro ideol¨®gico y, tambi¨¦n, un cierto d¨¦ficit de nuevas ideas.
LOS INCRE?BLES 2
Direcci¨®n: Brad Bird.
Animaci¨®n
G¨¦nero: ciencia-ficci¨®n.
Estados Unidos, 2018
Duraci¨®n: 118 minutos.
Catorce a?os despu¨¦s del estreno de Los Incre¨ªbles (2004), Brad Bird rescata a su familia superheroica y vuelve a desplegar, con los hipn¨®ticos tonos de una l¨¢mpara de lava, su gusto por el dise?o moderno de la Am¨¦rica de los 60, con esas angulosidades que miraban a un futuro de esplendor tecnol¨®gico, y ejercita de nuevo su preciso sentido del gag visual, pero basta rascar un poco en el esplendor formal y la milim¨¦trica r¨ªtmica de Los Incre¨ªbles 2 para encontrar algo escasamente amable bajo tanto brillo. Los Incre¨ªbles 2 podr¨ªa ser la producci¨®n Pixar m¨¢s cercana a la agenda (neoliberal y feminista) de una formaci¨®n pol¨ªtica como Ciudadanos, lo que no significa necesariamente que sea una mala pel¨ªcula, pero si demuestra que la inercia de detectar conservadurismo en un producto Disney y no hacerlo en un producto Pixar lleva tiempo siendo insostenible.
Da la impresi¨®n de que la pel¨ªcula ha querido espectacularizar su gesto feminista, sin cre¨¦rselo demasiado o sin entender, en el fondo, de qu¨¦ va el asunto: aqu¨ª es Elastigirl quien asume el rol activo en la misi¨®n, mientras Mr. Incre¨ªble se encarga, en clave slapstick, de las ¨ªmprobas tareas del hogar. La versatilidad mutante del beb¨¦ de la familia sostiene los golpes c¨®micos m¨¢s afortunados, as¨ª como las m¨¢s sorprendentes ideas visuales. Llegado el cl¨ªmax, el gesto de la hija adolescente de cederle el tim¨®n de la acci¨®n a su padre tiene el poder de activar a la Gloria Steinem interior que todo el mundo deber¨ªa llevar dentro para se?alar la hipocres¨ªa en juego. Bastante m¨¢s obscena, no obstante, es la expl¨ªcita defensa del mercado libre y de la necesidad de privilegiar venta sobre creaci¨®n que un personaje verbaliza sin que la trama le reserve ning¨²n inminente outing como villano.
Los Incre¨ªbles 2 es, s¨ª, una pel¨ªcula solvente, pero libre de sorpresas y de esos retos de lenguaje que s¨ª asume el cortometraje que la precede: Bao de Domee Shi, una miniatura oriental tan delicada como suavemente perturbadora.
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