Un r¨ªo de historias de la posguerra peruana
Dos documentales estrenados en el Festival de cine se adentran en el tiempo del peligro
Los documentales La b¨²squeda, dirigido por dos espa?oles, y Volver a ver, de la peruana Judith V¨¦lez, abordan desde ¨¢ngulos nuevos los 20 a?os de la violencia en Per¨² que dejaron 20.000 desaparecidos y 70.000 muertos. Las cintas compiten en el 22? Festival de Cine de Lima que se inaugura este viernes por la noche?con un homenaje al cineasta argentino Fernando Solanas, el productor portugu¨¦s Paulo Branco y al director de fotograf¨ªa peruano Pili Flores Guerra.
Los directores Mariano Agudo, Daniel Lagares y V¨¦lez dejan ver la agenda pendiente tras el conflicto interno estallado en 1980 cuando el grupo mao¨ªsta Sendero Luminoso se alz¨® en armas para destruir la democracia. Los terroristas fueron responsables del 54% de las v¨ªctimas mortales y las fuerzas del orden por el 37%. Un porcentaje menor muri¨® a manos de los ronderos o autodefensas campesinas. Los relatos que llegan al Festival de Lima corresponden a los deudos. Una de ellas, Dolores Guzm¨¢n, cuenta en La B¨²squeda?que en sus sue?os aparecen sus cu?adas asesinadas 30 a?os atr¨¢s en las alturas de Ayacucho, la regi¨®n m¨¢s afectada por el conflicto.
El largometraje presenta a tres personas que han perdido a sus familiares a manos de militares. Guzm¨¢n, quien vive en un asentamiento humano en la periferia de Lima, retorna por primera vez a su comunidad desde su huida durante el peligro tiempo, como dicen en quechua. Al ser una de las pocas sobrevivientes, es convocada para que ayude a reconocer restos durante una exhumaci¨®n.
En paralelo, el antrop¨®logo y escritor ayacuchano Lurgio Gavil¨¢n busca los restos de su hermano,? que perteneci¨® a Sendero Luminoso. En su libro Memorias de un soldado desconocido?cuenta que al quedar hu¨¦rfano en 1983 fue a buscar a su hermano y termin¨® sum¨¢ndose al grupo terrorista: no pod¨ªa salir porque lo hubieran matado. A los 11 a?os de edad, tras un enfrentamiento con el Ej¨¦rcito, un teniente le perdon¨® la vida. Lo llev¨® al cuartel y pas¨® a ser parte de una patrulla militar que combati¨® el terrorismo en Ayacucho. En el documental, Gavil¨¢n retorna al cuartel, hoy abandonado, donde sirvi¨® y donde vio a soldados violar mujeres cada tarde.
Gavil¨¢n se atreve a ir a la Fiscal¨ªa para buscar los restos de su hermano, pero al comentar que ambos fueron parte del grupo subversivo un funcionario le repregunta y cree entender que alguien busca los restos de un terrorista, por lo que da por terminada la diligencia.
En el tercer caso, el historiador y escritor Jos¨¦ Carlos Ag¨¹ero visita las ruinas de la prisi¨®n donde su padre, miembro de Sendero Luminoso, fue torturado y asesinado por miembros de la Marina cuando debelaron un mot¨ªn en 1986. El autor de Los rendidos critica en el documental la ideolog¨ªa y la violencia en la que creyeron sus padres. Gran parte de la cinta contiene di¨¢logos en quechua, subtitulados al espa?ol al igual que el largometraje de V¨¦lez.
El conflicto visto por la prensa?
Volver a ver documenta el reencuentro de tres conocidos fot¨®grafos que cubrieron la violencia en Ayacucho a trav¨¦s de retratos hechos en la d¨¦cada de los 80 de gente que sobrevivi¨® a la guerra. Los peruanos Vera Lentz y Oscar Medrano del semanario Caretas y el argentino Alejandro Balaguer llevan reproducciones en gran formato de sus fotograf¨ªas a tres comunidades, que las aprecian por primera vez. Las personas se reconocen, lloran, recuerdan sus traumas y tambi¨¦n cuentan con orgullo c¨®mo vencieron a Sendero Luminoso.
¡°Explican c¨®mo hicieron una organizaci¨®n y estrategias que les permitieron sobrevivir, construyeron muros, torreones. Son personas muy firmes, el herrero cuenta c¨®mo fabric¨® armas para defenderse¡±, refiere V¨¦lez a EL PA?S. La cineasta, con varios documentales en su haber, realiza por primera vez un rodaje en la zona m¨¢s golpeada por la violencia. ¡°Hay tanto trabajo que hacer con las comunidades: tienen el miedo en el cuerpo, est¨¢n los fantasmas de las rivalidades, en eso el Estado no ha trabajado a¨²n¡±.
Las comunidades tienen el miedo en el cuerpo, est¨¢n los fantasmas de las rivalidades, en eso el Estado no ha trabajado
Judith Velez, cineasta
En uno de los reencuentros, Lentz busca a una joven cuya familia fue asesinada en 1983 por la polic¨ªa en la noche de su pedida de mano en Socos, en las alturas de Ayacucho. Los agentes entraron a la casa para que terminara la fiesta y los ciudadanos los recriminaron porque sol¨ªan llevarse sus animales y comida. En represalia, 32 personas fueron detenidas y luego asesinadas, excepto la novia. La fot¨®grafa no la encuentra en su comunidad sino cumpliendo una condena por tr¨¢fico de drogas. La mujer, quien ganaba poco dinero como lavandera, relata que alguien le ofreci¨® un mayor pago para los gastos de sus hijos.
Oscar Medrano ayuda a una ciudadana a encontrar el sitio de entierro de su hermano, asesinado por una ronda campesina en Huaychao, en 1983. "Estaba viajando a la selva, a trabajar la tierra de mi padre", se?ala. Pero en el camino, Sendero Luminoso lo reclut¨® a la fuerza y m¨¢s adelante los comuneros de la localidad enfrentaron a los subversivos. El fot¨®grafo hab¨ªa retratado aquella vez a los ronderos en el lugar donde combatieron a los terroristas.
Babelia
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