Ayacucho recuerda a sus v¨ªctimas
Familiares de desaparecidos durante los 20 a?os de violencia en Per¨² rinden homenaje a sus seres queridos en la Plaza de Armas en el D¨ªa de Muertos
En mayo de 1980, en la sierra sur del pa¨ªs, la organizaci¨®n marxista-leninista Sendero Luminoso inici¨® una guerra contra el Estado peruano quemando material electoral en la v¨ªspera de los comicios del retorno a la democracia. Aquellas llamas prendieron y marcaron el inicio de 20 a?os de violencia que dejaron m¨¢s de 69.000 v¨ªctimas mortales y casi 16.000 desaparecidos. Producto de las exhumaciones, el Ministerio P¨²blico de Per¨² ha identificado los restos de 1.689 personas y ha devuelto 1.485 para que sean enterrados. Sin embargo, miles no tienen todav¨ªa d¨®nde cumplir los rituales del D¨ªa de Muertos, de modo que tres instituciones organizaron, por primera vez, un acto masivo en su honor en la Plaza de Armas de Ayacucho (en la provincia de Huamanga), el departamento m¨¢s afectado por el conflicto.
La ceremonia se inici¨® con un recorrido desde el cementerio de Huamanga, abarrotado de familias, hasta la Plaza de Armas. Bajo la lluvia, una banda de m¨²sicos acompa?aba el paso de los representantes de la Asociaci¨®n Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Per¨² (ANFASEP) ¡ªla organizaci¨®n de v¨ªctimas de la violencia m¨¢s antigua en Per¨²¡ª, y personal y directivos del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) que portaban arreglos florales. En la Plaza de Armas, el artista Lalo Quiroz hab¨ªa dise?ado alfombras de piedras pintadas y un camino que el grupo recorrer¨ªa al llegar ¡ªen referencia a la dif¨ªcil b¨²squeda de los cuerpos de los desaparecidos¡ª, pero la lluvia oblig¨® al grupo a protegerse.
Seg¨²n la Comisi¨®n de la Verdad y Reconciliaci¨®n (CVR), que indag¨® en 2002 y 2003 los cr¨ªmenes cometidos de 1980 a 2000, Sendero Luminoso fue responsable del 54% de las v¨ªctimas mortales y los agentes estatales del 37%. El porcentaje restante se debi¨® a los comit¨¦s de autodefensa. ¡°No son 1.000, no son 2.000, son muchos m¨¢s. Seguimos buscando a nuestros familiares, ?qu¨¦ ha pasado con ellos? Los sacaron de nuestras casas cuando estaban durmiendo. ?Por qu¨¦ no nos los pueden entregar para dar cristiana sepultura?¡±, exigi¨® Adelina Garc¨ªa, presidenta de ANFASEP, en el escenario levantado para la ceremonia. El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Salvador Pi?eiro, y el obispo de la Iglesia Metodista, Samuel Aguilar, destacaron la necesidad de apoyar los esfuerzos de b¨²squeda de los desaparecidos.
Medio centenar de ata¨²des vac¨ªos, de color blanco, flores y mesas con ofrendas de ma¨ªz tostado, frutas y wawas (los panes del D¨ªa de Muertos), presid¨ªan el escenario. Cuando oscureci¨®, las socias de ANFASEP se acercaron a las mesas para encender unas velas de colores. Elena Gonzales Chinquillo prendi¨® tres, y sujetaba hacia el pecho tres portarretratos con las fotos de quienes perdi¨® en el tiempo de la violencia. ¡°Mart¨ªn Arcadio Gonzales, pap¨¢; Julia Chinquillo Miranda, mam¨¢; Santiago Gonzales, mi hermano. Se los llevaron el 27 de octubre de 1983 a la base militar de Totos. No los encuentro, sigo buscando¡±, relat¨®. Totos fue uno de los centros de detenci¨®n ilegal y tortura, en la provincia de Cangallo. Otra de las personas que lloraba a sus seres queridos, Adelina Garc¨ªa, recordaba que sus familiares y ella iban juntos al cementerio a realizar ofrendas como la que en esos momentos hac¨ªa. ¡°Quiz¨¢ con esta actividad de difusi¨®n podamos encontrar a nuestros seres queridos, hoy estamos recordando a todos los desaparecidos¡±, dec¨ªa. La ceremonia se llam¨® Yuyariwayku (Recu¨¦rdanos, en quechua).
El presidente de la Coordinadora Regional de Afectados por la Violencia de Ayacucho, Felim¨®n Salvatierra, reiter¨® la petici¨®n al Ministerio de Justicia para que presente al Congreso el proyecto de ley de b¨²squeda de desaparecidos. Su padre, ganadero y comerciante, est¨¢ desaparecido desde febrero de 1983. ¡°Dicen que los polic¨ªas de investigaci¨®n, que entraron encapuchados al pueblo, se lo llevaron junto con otras tres o cuatro personas. Nunca fui a poner flores o a prender una vela hasta hoy, porque mi hermana ha muerto hace pocos d¨ªas. Y no solo el D¨ªa de Muertos es un d¨ªa triste, sino tambi¨¦n el cumplea?os de mi padre y el d¨ªa que se lo llevaron¡±, expresaba emocionado.
¡°Con esta ceremonia, queremos ofrecer una alternativa a quienes hoy no pudieron poner flores en el cementerio. Una oportunidad para que le lleven a su padre o madre la comida preferida. Ojal¨¢ en un futuro cercano no sean necesarias estas alternativas¡±, expres¨® Carole Pittet, delegada de Protecci¨®n de la Cruz Roja en Per¨². En Ayacucho s¨ª hab¨ªa lugar para las flores.
El conflicto a trav¨¦s de la pantalla
Hasta 2010, la cinematograf¨ªa peruana dedic¨® 15 largometrajes a los a?os de la violencia, pero en los dos ¨²ltimos la cantidad de cortometrajes y documentales sobre el tema se ha incrementado notablemente, y algunos directores son v¨ªctimas directas, como Heeder Soto, hijo de desaparecido y autor del documental Caminantes de la Memoria.
¡°En Per¨² se han producido m¨¢s de 100 obras audiovisuales referidas al conflicto armado interno y su impacto en los derechos humanos¡±, indica Rodrigo Portales, investigador y cr¨ªtico cinematogr¨¢fico. Con la asociaci¨®n ImaginAcci¨®n, organiza muestras para difundir estas producciones.
¡°Damos a entender que la violencia ha dejado huella. Queremos que los m¨¢s j¨®venes sepan c¨®mo ha sido¡±, a?ade Vanesa L¨®pez, del colectivo de arte Resurgimiento Ayacucho. La semana pasada, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ¡ªla m¨¢s antigua del pa¨ªs¡ª se celebraron dos conferencias sobre el conflicto armado interno. Una de las moderadoras, la polit¨®loga Carmen Ilizarbe, coment¨® que los m¨¢s j¨®venes sienten ¡°la responsabilidad de afirmar la idea del nunca m¨¢s, y de impulsar la justicia y la democracia¡±.
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