Vlad¨ªmir Voin¨®vich, constante disidencia de un escritor
Cr¨ªtico del r¨¦gimen sovi¨¦tico, la URSS le priv¨® de la nacionalidad y vivi¨® casi un cuarto de siglo exiliado en la Alemania federal
Vlad¨ªmir Voin¨®vich, autor de la hilarante novela sat¨ªrica Vida e ins¨®litas aventuras del soldado Iv¨¢n Chonkin , falleci¨® el 27 de julio en Mosc¨² a los 85 a?os de un ataque al coraz¨®n. Cr¨ªtico del r¨¦gimen sovi¨¦tico, este disidente tuvo que abandonar su pa¨ªs, la Uni¨®n Sovi¨¦tica, fue privado de su nacionalidad y vivi¨® casi un cuarto de siglo en la Alemania federal.
Quienes lo conocieron en su juventud dif¨ªcilmente pod¨ªan imaginar que Voin¨®vich se convertir¨ªa en un destacado novelista. Aficionado a volar en planeador, quer¨ªa ser piloto, pero tuvo que ganarse el pan primero como pastor de terneros -nada que ver con las vacas, contaba, ya que a la primera picada de un zancudo o t¨¢bano sal¨ªan disparados y era un tormento correr tras ellos-, luego como ebanista -"odiaba ese trabajo, porque hab¨ªa que ser muy meticuloso", confesaba- y finalmente como simple carpintero.
Siendo un ni?o de cuatro a?os, la m¨¢quina de la represi¨®n estaliniana lleg¨® a su hogar: su padre fue arrestado y enviado a un campo de concentraci¨®n. Con su madre encontraron refugio en casa de los abuelos, en Stalinabad (hoy Dushamb¨¦, capital de Tayikist¨¢n), la ciudad donde hab¨ªa nacido.
Cambio de vida
En 1941, cuando el padre sali¨® en libertad, se mudaron a Zaporozhie (Ucrania), pero con el comienzo de la guerra contra la Alemania nazi fue evacuado con su madre a la regi¨®n de St¨¢vropol y su padre parti¨® al frente. Voin¨®vich vivi¨® despu¨¦s con sus abuelos paternos, luego en dos lugares de la provincia de Samara, m¨¢s tarde en otros dos de la de V¨®logda hasta que en 1945 regresaron, con el padre desmovilizado, a Zaporozhie. De 1951 a 1955 sirvi¨® en el Ej¨¦rcito y comenz¨® a escribir poemas; al a?o siguiente se instala, pobre como un rata, en Mosc¨². Trata infructuosamente de ingresar en el Instituto de Literatura.
Su vida cambia en 1960. Por casualidad, es aceptado para un periodo de prueba en el departamento de s¨¢tira y humor de la Radio Sovi¨¦tica. Cuenta que su comienzo no fue auspicioso: llev¨® su primer programa al redactor jefe, y este, despu¨¦s de leerlo, le pregunt¨® si ten¨ªa sentido del humor, a lo que Voin¨®vich respondi¨® que no sab¨ªa. El redactor entonces le dijo: "Creo que no. Tira esto a la papelera". Pr¨¢cticamente resignado a quedarse sin trabajo y de nuevo pasar hambre, Voin¨®vich volvi¨® a su oficina, y fue testigo de c¨®mo una redactora llamaba a diversos poetas pidi¨¦ndoles urgente una canci¨®n espacial. Nadie aceptaba, y entonces ¨¦l se ofreci¨® a traerle una al d¨ªa siguiente. La canci¨®n - Yo creo amigos o 14 minutos antes del despegue - fue citada por Jruschov cuando recibi¨® a los cosmonautas y se convirti¨® casi en el himno de esa profesi¨®n.
"Nunca nadie me pidi¨® despu¨¦s que hiciera programas de radio", relat¨® en un encuentro con sus lectores, pero cada semana ten¨ªa que escribir una nueva canci¨®n, lo que explica que sea el autor de m¨¢s de 40 t¨ªtulos. Al a?o siguiente lleva su primer relato, Aqu¨ª vivimos , a la revista Novi Mir y, aplaudido por la cr¨ªtica, abandona la radio.
Esta racha de buena suerte no se prolong¨® demasiado. Su mejor libro de esa ¨¦poca, Vida e ins¨®litas aventuras del soldado Iv¨¢n Chonkin , es rechazado por Novi Mir y comienza a circular en copias mecanografiadas; la primera parte aparece luego en el extranjero, en Fr¨¢ncfort en 1969 y en 1975, el libro completo en Francia. Ya antes, debido a la defensa de los derechos humanos, hab¨ªan comenzado sus problemas con el r¨¦gimen comunista; ahora pasa a ser definitivamente su enemigo. El KGB lo acosa, la Uni¨®n de Escritores lo expulsa de sus filas y, finalmente, en diciembre de 1980 abandona la URSS. Al a?o siguiente, es privado de su ciudadan¨ªa y pide asilo pol¨ªtico en Alemania.
Bajo el Gobierno de Gorbachov comienza a viajar a Rusia con pasaporte alem¨¢n y a la muerte de su esposa, en 2004, regresa definitivamente. Su vuelta fue muy diferente de la del Nobel Alexandr Solzhenitsin, quien, desilusionado de Occidente, retorn¨® convertido en un patriota conservador eslav¨®filo. Voin¨®vich sigui¨® siendo cr¨ªtico con el poder e incluso se enfrent¨® a Solzhenitsin y se mantuvo hasta el final como intelectual progresista prooccidental.
Al espa?ol est¨¢n traducidas sus dos obras m¨¢s importantes: la citada Vida e ins¨®litas... vertida por Antonio Samons Garc¨ªa, y la distop¨ªa Mosc¨² 2049, en sendas versiones de Cristina Pag¨¦s y de Fernando Otero.
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