Garbo, el esp¨ªa que enga?¨® a Hitler dos veces
Stephan Talty relata en 'Garbo, el esp¨ªa' la vida y peripecias de Juan Pujol, el agente doble espa?ol que jug¨® un papel fundamental en el enga?o estrat¨¦gico para confundir al ej¨¦rcito de Hitler ante el desembarco de Normand¨ªa
Un d¨ªa de invierno de 1944, a menos de seis meses de que llegara el D¨ªa D, el general Dwight D. Eisenhower, comandante en jefe aliado a cargo de la inminente invasi¨®n que liberar¨ªa Europa Occidental del r¨¦gimen nazi, se reun¨ªa con Noel Wild, al mando de un sector poco conocido encargado del enga?o estrat¨¦gico, y le hac¨ªa esta petici¨®n: ¡°Solo te pido que me quites de encima el XV ej¨¦rcito [alem¨¢n] los dos primeros d¨ªas. Nada m¨¢s¡±. Dos d¨ªas necesarios para consolidar las cabezas de playa que deb¨ªan tomar las primeras divisiones aliadas que desembarcasen en la costa de Normand¨ªa. Enfrente se encontraban las fuerzas alemanas, englobadas en los ej¨¦rcitos 15 y 70, que dispon¨ªan de 56 divisiones, 10 de ellas Panzer acorazadas y cuatro divisiones SS, cubriendo la costa atl¨¢ntica francesa y belga, principalmente en el sector de Calais.
Las fuerzas anglo-americanas reci¨¦n desembarcadas ser¨ªan aniquiladas y la guerra se alargar¨ªa, con un coste mucho mayor en vidas humanas, si los ej¨¦rcitos alemanes acud¨ªan de manera masiva a defender Normand¨ªa. Para mantener a esas tropas alejadas del lugar elegido se dise?¨® un plan de desinformaci¨®n militar estrat¨¦gica de dimensiones hasta ese momento desconocidas que recibi¨® el nombre de Operaci¨®n Fortitude (Fortaleza). Este plan contaba con el despliegue de un ej¨¦rcito fantasma que desembarcar¨ªa en Calais y un minucioso trabajo de esp¨ªas y agentes dobles y, de todos ellos, el que jug¨® un papel m¨¢s decisivo fue un espa?ol llamado Juan Pujol, conocido en clave como Garbo, que fue capaz de ganarse la confianza total de los servicios de inteligencia alemanes para, llegado el momento, influir en la toma de decisiones de Hitler y su Alto Estado Mayor de manera determinante.
La vida de Juan Pujol y sus incre¨ªbles peripecias como agente doble durante la II Guerra Mundial son objeto de an¨¢lisis ahora con Garbo, el esp¨ªa, obra de Stephan Talty publicada por Destino el pasado mes de septiembre. Talty, periodista y escritor norteamericano de origen irland¨¦s que ha colaborado con The New York Times, Miami Herald o Irish Times, ha publicado varios libros de no ficci¨®n. Siempre ha demostrado inter¨¦s por abordar el an¨¢lisis de personajes y hechos hist¨®ricos algo olvidados hasta el momento como la vida del pirata Henry Morgan en Empire of Blue Water o la epidemia de tifus que se ceb¨® sobre la Grande Arm¨¦e de Napole¨®n en su campa?a rusa en The Illustrious Dead.
La biograf¨ªa sobre el esp¨ªa espa?ol cuenta con el trabajo de a?os de investigaci¨®n y las reflexiones personales de Pujol, sus familiares y sus compa?eros en el MI5 brit¨¢nico. En estos tiempos en que las revelaciones del analista de la NSA Edward Snowden han destapado el entramado de espionaje masivo de las comunicaciones internacionales de Estados Unidos para conseguir informaci¨®n hasta de pa¨ªses aliados y 35 l¨ªderes internacionales, este libro llega en un momento muy oportuno para adentrarnos en el mundo del espionaje.
Rechazo a los totalitarismos
Un padre que "aborrec¨ªa la violencia (¡) humanista comprometido que cre¨ªa en la ciencia, el progreso y, por encima de todo en la tolerancia¡±, en palabras del autor, va a ser la principal influencia en la vida del futuro esp¨ªa. La ni?ez y juventud de Pujol se desarrollan en la Barcelona pr¨®spera aunque convulsa de principios del siglo XX y con 24 a?os le sorprende el inicio de la guerra civil. No son estos primeros cap¨ªtulos lo mejor del libro pues la descripci¨®n que Talty hace de Catalu?a, los a?os de la Segunda Rep¨²blica y la guerra espa?ola se muestra algo endeble y no logra sumergirnos en la atm¨®sfera del momento. Al menos contamos con las declaraciones del biografiado para entender al personaje en su ¨¦poca.
Pujol vivi¨® el ambiente de terror revolucionario de los primeros meses de la guerra en Barcelona y eso le convenci¨® para rechazar los m¨¦todos del anarquismo y el comunismo y pasarse al bando franquista. Pero no tard¨® en detestar al r¨¦gimen fascista espa?ol y su colaboraci¨®n con la Alemania nazi que hab¨ªa invadido Polonia y desencadenado la Segunda Guerra Mundial. ¡°Mis convicciones humanistas no me permit¨ªan cerrar los ojos ante el enorme sufrimiento que estaba desencadenando ese psic¨®pata¡±, declara Pujol que empieza a buscar la manera de ser ¨²til a Gran Breta?a, la ¨²nica potencia que se mantiene firme ante Hitler.
Los Pujol se fueron a Lisboa y desde all¨ª transmitieron informaci¨®n a la Abwehr en Madrid haci¨¦ndoles creer que estaban en Gran Breta?a
?Qu¨¦ pod¨ªa hacer un espa?ol corriente que se hab¨ªa dedicado al negocio de la cr¨ªa de pollos o la gerencia de un hotel en Madrid, y que no hablaba idiomas, para ayudar a Inglaterra a vencer a los nazis? Aparte de convicciones, a Juan Pujol le sobraban otras virtudes: talento, arrojo, imaginaci¨®n desbordante y encanto en la relaci¨®n con las personas. Por si esto no fuera suficiente, en abril de 1940 se cas¨® con Araceli Gonz¨¢lez, una hermosa mujer de fuerte car¨¢cter que fue su principal apoyo cuando Pujol tom¨® la decisi¨®n m¨¢s importante de su vida: espiar como agente doble para ayudar a derribar el nazismo. Suena descabellado y, desde luego, lo era. Talty, ahora s¨ª, pone a nuestra disposici¨®n una cantidad ingente de informaci¨®n sobre las andanzas del esp¨ªa m¨¢s famoso de la guerra mundial y los servicios secretos, lo que unido a un cautivador estilo de thriller, consigue que creamos estar leyendo una novela de espionaje que no queremos quitarnos de las manos.
Arabel, para los nazis
No fue f¨¢cil trabajar para los servicios secretos ingleses. Pujol era rechazado, no encontraban ning¨²n inter¨¦s en su oferta y mientras tanto, decidi¨® ofrecerse a la Abwehr, los servicios de inteligencia alemanes, que en Espa?a dispon¨ªan de una red de espionaje al m¨¢s alto nivel. Su plan con los alemanes tuvo ¨¦xito y logr¨® ser reclutado como esp¨ªa. Su nombre en clave para los nazis ser¨¢ Arabel (seg¨²n un documental sobre Araceli, Pujol homenaje¨® a su mujer con el nombre en clave, Araceli bella, en contra de lo que opina Talty que alude al t¨¦rmino ¡®suplicante¡¯ en lat¨ªn como su origen).
El matrimonio Pujol se fue a Lisboa y desde all¨ª empezaron a transmitir informaci¨®n a la oficina madrile?a de la Abwehr haci¨¦ndoles creer que estaban en Inglaterra. Solamente a la sexta vez, en abril de 1942, y con la ayuda inestimable de Araceli, consigui¨® Juan Pujol que los ingleses le captasen como agente doble y se lo llevaran a Inglaterra para participar en el enga?o estrat¨¦gico.
Acabada la guerra, Araceli se pas¨® por la embajada alemana en Madrid para recoger el dinero que deb¨ªan a su marido como esp¨ªa alem¨¢n?
La situaci¨®n del espionaje militar brit¨¢nico al comenzar la guerra permite que, por unas p¨¢ginas, el relato de Talty adquiera un tono de comicidad realmente hilarante cuando nos describe los planes para prender fuego al Canal de la Mancha o la idea de crear un nuevo l¨ªder alternativo ¡°porque los alemanes hab¨ªan perdido la fe en Hitler¡±. Afortunadamente, cuando Pujol llega a Londres las filas del MI5 y el MI6 contaban con esp¨ªas mucho m¨¢s eficientes como Desmond Bristow o Tommy Harris, el colaborador perfecto con que pod¨ªa contar Garbo a la hora de tejer la tela de ara?a en la que caer¨ªan los alemanes. Bajo la supervisi¨®n del coronel David Strangeways se cre¨® el FUSAG, un ej¨¦rcito fantasma de un mill¨®n de hombres imaginarios al mando del general Patton, que ten¨ªa que convencer a Hitler de que el desembarco aliado llegar¨ªa por Calais. Se trataba de un sinf¨ªn de estratagemas y efectos especiales que ten¨ªan el fin de dar verosimilitud a los 1.200 mensajes que envi¨® Garbo a la Abwehr contando con una red falsa de 27 subagentes inexistentes repartidos por la isla.
La informaci¨®n que se transmit¨ªa inclu¨ªa un porcentaje de datos verdaderos y pretend¨ªa trazar los contornos de ese ej¨¦rcito fantasma que se preparaba para desembarcar a la vez que ten¨ªa que hacer desaparecer el ej¨¦rcito aliado real. El trabajo de Garbo se cierra con un broche de oro cuando, una vez efectuado el desembarco real en Normand¨ªa, consigui¨® con sus mensajes convencer a Hitler para mantener en sus bases de Calais a las divisiones acorazadas alemanas el tiempo suficiente para hacer la reacci¨®n in¨²til. El D¨ªa D y la invasi¨®n aliada hab¨ªan logrado su objetivo.
A modo de gran iron¨ªa hist¨®rica, apenas dos meses despu¨¦s, Garbo era condecorado por el ej¨¦rcito nazi con la Cruz de Hierro con hojas de roble por ser considerado ¡°el esp¨ªa m¨¢s brillante del servicio alem¨¢n¡± (tambi¨¦n fue nombrado miembro de la Real Orden del Imperio Brit¨¢nico). Incluso Araceli, una vez acabada la guerra, se pas¨® por la embajada alemana en Madrid para recoger el resto del dinero que deb¨ªan a su marido como esp¨ªa al servicio de la Abwehr. Stephan Talty relata en un escueto final las indagaciones de Nigel West, el historiador que consigue dar con la pista de Garbo, desaparecido desde 1949 en que le dieron falsamente por muerto en Angola, poco antes de la celebraci¨®n del 40? aniversario del desembarco de Normand¨ªa. Fue la reaparici¨®n estelar de un hombre normal y corriente que tuvo el coraje y la determinaci¨®n de luchar contra un enemigo feroz con la ¨²nica arma de su persona.
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