Dorantes presenta en Pamplona su ¡°banquete¡± musical
El talento del pianista y la voz conmovedora de Lole Montoya protagonizan Flamenco on Fire
La tercera jornada de la V edici¨®n de Flamenco on Fire arranc¨® a medio d¨ªa con una voz flamenca m¨ªtica, y acab¨®, ya de madrugada, con otra igualmente grabada con letras de oro en la historia del cante de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Si la intensa jornada comenzaba con Ram¨®n el Portugu¨¦s, acababa con Lole Montoya. Y en mitad, en el auditorio Baluarte, Dorante, junto a otros ilustres m¨²sicos, dejaba nueva huella de su talento.
A medio d¨ªa, dentro de uno de los ciclos gratuitos del festival, el balc¨®n del ayuntamiento de Pamplona, donde hace menos de dos meses tronaba el chupinazo que abr¨ªa una de las fiestas m¨¢s populares del mundo, ayer jueves resonaba, ronca y fatigada, la voz de Ram¨®n el Portugu¨¦s, junto a la guitarra de su hijo, Paquete. Ram¨®n, en un alarde de voluntad, ¡®¡¯habl¨®¡¯ , m¨¢s que cant¨®, una ton¨¢.
Pero su historia y su figura est¨¢n para siempre en el coraz¨®n de los buenos aficionados. Fue camaronero avant la lettre. M¨¢s bien cabe decir que Camar¨®n fue ¡°ramonista¡±. Ambos coincidieron, a principios de los a?os setenta del pasado siglo en el tablao madrile?o Torres bermejas, y all¨ª, el genio de la Isla, aprendi¨® de El Portugu¨¦s unos estilos y unas maneras de abordar el cante que en su voz mejorar¨ªan al mismo maestro, y cambiaron para siempre la historia del flamenco.
Talento y emoci¨®n
Ya en el auditorio Baluarte, dentro del ciclo de grandes conciertos, el pianista David Pe?a Dorantes, presentaba su ¨²ltima propuesta, Flamenco meets jazz, junto al saxofonista norteamericano Tim R¨ªes (frecuente acompa?ante de Rolling Stone) y el contrabajista israel¨ª Adam Ben Ezra. Y como artista invitada para esta ocasi¨®n, la bailaora sevillana Pastora Galv¨¢n.
La propuesta (estrenada en Nueva York en marzo) no es una fusi¨®n al uso entre flamenco y jazz, sino m¨¢s bien, como explica el propio pianista, de ¡°un gran banquete de m¨²sicas diferentes¡±. Pues la mesa estaba bien servida en el escenario. Nadie como el m¨²sico sevillano, con su enormemente bien amueblada cabeza, para preparar la francachela musical.
M¨¢s all¨¢ de su talento creativo y de su virtuosismo interpretativo, Dorantes es un gran hacedor de espect¨¢culos, los estructura con perfecci¨®n y delicadeza. Y, efectivamente, all¨ª hab¨ªa espacio para el lucimiento de cada uno de los m¨²sicos de manera individual y para la amalgama de todos los ricos y diferentes sonidos. Mientras, Pastora Galv¨¢n pon¨ªa el espejo pl¨¢stico de la expresi¨®n corporal, de la danza.
Pero la intensidad emocional lleg¨® con el ciclo nocturno que se celebra cada noche en el hotel Tres Reyes de la capital navarra. Ayer estaba anunciada nada menos que Lole Montoya (Lole y Manuel), acompa?ada a la guitarra en algunos temas nada menos que por Juan Carmona (Ketama), otro de los renovadores de la m¨²sica flamenca.
Pero el protagonismo total fue para Lole. El propio Carmona quiso d¨¢rselo toda la noche, acompa?¨¢ndola con un toque que se prestaba a las posibilidades actuales de la voz de la cantaora sevillana, haciendo de gustoso ¡®secundario¡¯. Pero all¨ª estaban dos apellidos de larga resonancia: los Carmona y los Montoya, Granada y Sevilla, Sevilla y Granada.
Lole se olvid¨® de Sinatra (su ¨²ltimo trabajo est¨¢ dedicado a ¨¦l) para centrarse esta noche en el repertorio cl¨¢sico, aquellos bonitos poemas escritos por el bohemio poeta Juan Manuel Flores, el ¡®poeta de la luz¡¯, que el genio de Manuel Molina pon¨ªa en suerte musical para la voz prodigiosa de una Lole entonces joven, pero que hoy conserva todav¨ªa unos registros notables.
Comenz¨® la sevillana con uno de esos viejos temas que fueron verdaderos himnos generacionales: Dime, que ya trajo el delirio al p¨²blico que abarrotaba la sala. Vinieron despu¨¦s, entre otros, Romero verde, Nuevo d¨ªa y, por supuesto, Todo es de color, que el p¨²blico core¨® con afinaci¨®n. La gente necesita a veces mensajes optimistas, y nada como estas canciones que cantaban al amor, a la naturaleza, a los p¨¢jaros, a la vida en libertad, a La Paz: ¡°Se?or de los espacios infinitos/, t¨² que tienes la paz entre las manos/, derr¨¢mala Se?or, te lo suplico/ y ens¨¦?ales a amar a mis hermanos.
Y aunque la realidad desmienta tozudamente cualquier buenismo, el p¨²blico, conmovido y emocionado, aplaudi¨® largamente a la cantaora, que tuvo que regresar al escenario. En la Pamplona taurina y ahora tambi¨¦n flamenca, siempre amable y acogedora, sin manadas, todo es posible. Y si Lole Montoya asegura cantando que ¡°todo es de color¡±, ?por qu¨¦ no creerla?
Babelia
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