Muere el core¨®grafo y mimo brit¨¢nico Lindsay Kemp
Su obra y trayectoria est¨¢n ligadas a sus largas etapas en Espa?a e Italia
El bailar¨ªn, actor, core¨®grafo y director esc¨¦nico brit¨¢nico Lindsay Kemp muri¨® en la noche del pasado d¨ªa 24 en su casa de Livorno a los 80 a?os. El m¨ªtico artista hab¨ªa nacido en South Shields (un sitio tan honorable como an¨®nimo y que est¨¢ en la historia porque por all¨ª cerca pasaban las tropas del emperador Adriano en el siglo II) el 3 de mayo de 1938 y siempre le gustaba presumir de su procedencia de una antigua saga de c¨®micos que se remontaba a los esplendores del teatro isabelino y donde hab¨ªa desde copistas de dramaturgo a saltimbanquis.
Lindsay no necesitaba adornar su biograf¨ªa para entrar con laureles en el terreno de lo fant¨¢stico: su padre, un rudo marino, se perdi¨® en las agitadas aguas del Mar del Norte; su madre, con aquel d¨ªscolo ni?o a cuestas (que ya de peque?o era la diversi¨®n del pueblo bailando travestido, maquillado de blanco y en las puntas de sus piececillos sobre las mesas de las tabernas en las riberas del r¨ªo Tyne) tras su paso por Wokingham (donde Lindsay fue internado en una r¨ªgida escuela para hijos de marinos mercantes y de la que fue expulsado) recal¨® en Bradford (Yorkshire). Entremedias, otra expulsi¨®n de la Academia Naval, donde el inspirado v¨¢stago fue descubierto representando ¡°Salom¨¦¡± con un traje de siete velos que se hab¨ªa hecho con papel higi¨¦nico; el documento de expulsi¨®n dice claramente que la raz¨®n punible es ¡°el dispendio de papel de ba?o propiedad del Imperio Brit¨¢nico¡±. Por fin en Bradford estudi¨® arte en el College oficial de la ciudad, donde coincidi¨® con el pintor David Hockney, tambi¨¦n nacido en Bradford y solamente un a?o mayor que Lindsay.
Antes, cuando Lindsay cumpli¨® 10 a?os, su madre lo llev¨® al cine como regalo de cumplea?os a ver Las zapatillas rojas, de Michael Powell y Emeric Pressburger. El ni?o siempre quiso hacer el papel del zapatero que encarnaba el bailar¨ªn ruso Leonidas Massine. La madre de Lindsay siempre se lament¨® y arrepinti¨® de haber llevado a su hijo a ver aquella pel¨ªcula: as¨ª se sembr¨® la semilla del ballet en su alma y su instinto.
Su primera maestra de danza fue la bailarina austr¨ªaca Hilde Holger (Viena, 1905 ¨C Camden, 2001), pionera de modernidad ligada al expresionismo, que una vez huy¨® del nazismo en Viena por sus or¨ªgenes jud¨ªos y tras su paso por India recal¨® en Londres. Kemp siempre reconoci¨® la importancia de esta primera maestra y su influencia, la manera de aportarle el significado del uso de las manos y la ritualidad esc¨¦nica. Despu¨¦s, estudi¨® los secretos de la pantomima y el control del mimo con Marcel Marceau, el otro pilar est¨¦tico de su formaci¨®n. Uno de sus primeros grandes roles fue el de la Reina Gertrudis en la producci¨®n de Hamlet realizada por la BBC en 1963 con ocasi¨®n de los 400 a?os del nacimiento de William Shakespeare, y que se film¨® ¨ªntegramente en el castillo de Elsinore. Las fotograf¨ªas de la caracterizaci¨®n de Lindsay como la Reina Gertrudis son hoy como cartas de adivinaci¨®n de su futuro dentro y fuera de las bambalinas: ¡°No debemos huir de nuestros componentes tr¨¢gicos, sino sublimarlos hasta hacerlos parte del arte¡±.
RIP Lindsay Kemp pic.twitter.com/fNGovhUCNb
— Brian Eno (@dark_shark) August 25, 2018
Entre 1966 y 1968 Lindsay Kemp arma su propia compa?¨ªa con un grupo de amigos donde hab¨ªa fundamentalmente bailarines, pero tambi¨¦n alg¨²n actor, acr¨®batas y hasta un mago amateur. Eran entre 9 y 11 miembros, que as¨ª se presentan en el festival de Edimburgo de 1968 causando un notorio revuelo y siendo ya mencionados por la cr¨ªtica, con una pl¨¢stica que se imbricaba de lleno en el esp¨ªritu de mayo del 68, y en reflejo del Living Theater de Julian Beck y Judith Malina y la singularidad m¨¢gica de la compa?¨ªa The Bread and Puppet Theater de Peter Schumann, ambas compa?¨ªas estadounidenses que ya hab¨ªan comenzado a darse a conocer en Europa, principalmente en Par¨ªs y Londres.
Tras algunos primeros a?os de experimento y trotamundos, en 1974 Kemp estrena Flowers, basado libremente en Nuestra Se?ora de las Flores de Jean Genet. El revulsivo pl¨¢stico junto a la profunda y muy seria reivindicaci¨®n ideol¨®gica, le dieron a esta obra enseguida un sitio puntero en el terreno de las vanguardias vivas, y as¨ª recorri¨® el mundo, con pol¨¦mica y sentando las bases y dec¨¢logo de su autor, director y protagonista. Flowers fue producido solamente con 500 libras esterlinas, fruto de la herencia de una t¨ªa materna. La obra fue de inmediato acusada de obscenidad y durante d¨¦cadas gener¨® esc¨¢ndalos, cierres de teatros, manifestaciones en contra y art¨ªculos virulentos, a la vez que admiraci¨®n y una legi¨®n de imitadores.
Su cat¨¢logo recoge, entre otras, obras como Duende (1980, con Celestino Coronado y hecha como homenaje a Federico Garc¨ªa Lorca), Nijinski. Sue?o de un loco (1983); Onnagata; Salom¨¦; Sue?o de una noche de verano; Kemp dances (2016) y The big parade. Cre¨® para el ballet Rambert Parades Gone By (1975) y Cruel Garden (1977, otra vez dedicada a Garc¨ªa Lorca), ambas con m¨²sica original del compositor chileno Carlos Miranda, y apareci¨®, entre otros filmes, en el Sebastiane (1976) de Derek Jarman.
Su amor por Bowie
Kemp trabaj¨® con David Bowie a quien am¨® cuando se llamaba David Jones; juntos perge?aron una primera obra: Pierrot in Turquoise, y David, que fue su disc¨ªpulo cor¨¦utico lo reconoc¨ªa como una fuente de inspiraci¨®n; Bowie toc¨® a la puerta de Kemp para despedirse cuando iba a hacerse monje budista, pero Lindsay se lo quit¨® de la cabeza. Luego aparece en un legendario v¨ªdeo de Bowie que es parte de la historia est¨¦tica de nuestro tiempo: John, I'm Only Dancing, dirigido por Mick Rock; tambi¨¦n fue el director art¨ªstico de las presentaciones de Ziggy Stardust en el Rainbow Theatre de Londres en 1972. Voluntarioso, deslenguado, reivindicador de la libertad individual y la diversidad, vivi¨® largas temporadas en Espa?a, como sus cinco a?os en la Plaza Real de Barcelona, donde quiso hacer muchas cosas que no cuajaron, antes de radicarse en Italia (donde al principio goz¨® del apoyo y protecci¨®n de Romolo Valli), primero en Roma y finalmente en Livorno, donde fue acogido en un teatro social de Como con un proyecto de laboratorio de performance. Siempre es recordado el estreno de Duende en 1980 y Flowers en 1982 en el Teatro Parioli de la Ciudad Eterna, un comienzo de admiraci¨®n que no ces¨® nunca y que le llev¨® a cultivar a Vittoria Ottolenghi, la decana de los cr¨ªticos de danza de Italia y con quien hizo varios programas de televisi¨®n. En 2005 y 2006 tuvo apariciones en el programa de Televisi¨®n Espa?ola La mandr¨¢gora.
En 1986 Lindsay Kemp, declaraba a EL PA?S: "Soy un casanova del baile moderno. No tengo l¨ªmites y mi trabajo consiste en romper fronteras entre los sexos, las razas y las clases sociales. Soy como un gran p¨¢jaro y trabajo y hago el amor donde se caen mis plumas, nunca elijo de antemano los sitios. Mi vida no es decadente, s¨®lo que me interesa llevar la decadencia al escenario y al mismo tiempo sacarla de la escena".
Lindsay Kemp recibi¨® muchos premios, pero del que estaba m¨¢s orgulloso era de el de Doctor Honoris Causa por la Academia de Bellas Artes de Brera de Mil¨¢n; para ¨¦l, era haber puesto una pica en Flandes, ser reconocido por una instituci¨®n de tal solera y prestigio. Su pensamiento era muy claro: "Yo me considero feliz porque puedo desarrollar este trabajo, pues en ¨¦l hablo de las obsesiones que tengo cada d¨ªa, de mi estado actual y de mis emociones. Me considero una persona liberada, pero sufro por el sufrimiento que veo a mi alrededor".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.