Andr¨¦s Bello, el padre de todos los latinoamericanos: de crear un ¡®espa?ol americano¡¯ a dise?ar las naciones de la regi¨®n
Asale y la Biblioteca Nacional de Chile recuperan la obra completa del autor de textos fundacionales para el continente como la ¡®Gram¨¢tica de la lengua castellana¡¯ y el C¨®digo Civil de Chile


Es dif¨ªcil encontrar alguna ciudad sudamericana que no tenga una avenida, parque o estatua que lleve el nombre de Andr¨¦s Bello (1781-1865). Es el pago de la deuda hist¨®rica de una regi¨®n que todav¨ªa convive con unas normas c¨ªvicas y un sistema pol¨ªtico ideados por este diplom¨¢tico, educador, jurista, escritor y fil¨®sofo venezolano nacionalizado chileno. Profesor de Sim¨®n Bol¨ªvar y reconocido por Pablo Neruda, Miguel ?ngel Asturias o Jos¨¦ Mart¨ª como ¡°maestro de rep¨²blicas¡±, tambi¨¦n luch¨® por una identidad y cohesi¨®n hispanoamericana a trav¨¦s de la creaci¨®n de una gram¨¢tica del espa?ol dirigida a los americanos que recog¨ªa las singularidades de cada pa¨ªs. Su oce¨¢nica obra, esparcida en textos jur¨ªdicos, columnas de peri¨®dico, poemarios y art¨ªculos cient¨ªficos, est¨¢ siendo reunida en la tit¨¢nica colecci¨®n de al menos 26 tomos Obras completas de Andr¨¦s Bello, cuya pr¨®xima entrega se proyecta para abril.
¡°Con la redacci¨®n del C¨®digo Civil de la Rep¨²blica de Chile (1857) [el siguiente volumen que se lanzar¨¢], Bello proporciona un orden a nivel subregional, otorg¨¢ndoles a las personas seguridad jur¨ªdica, reconociendo sus derechos y deberes en cuanto a propiedad, testamentos, sucesi¨®n de contratos, las cosas que hacen que la gente no viva bajo la ley de la selva. Esto tiene un impacto inmediato y llega r¨¢pidamente a Colombia, Ecuador o Centroam¨¦rica¡±, dice Iv¨¢n Jaksic, el bellista vivo m¨¢s importante y editor del proyecto. La colecci¨®n lleva seis tomos publicados y su primer lanzamiento fue Epistolario, en 2022, con misivas in¨¦ditas hasta ese momento. Una elecci¨®n dirigida a que el lector conozca primero la tr¨¢gica persona detr¨¢s de la mitificada figura del primer humanista latinoamericano: ¡°Es una autobiograf¨ªa donde se exponen sus pensamientos m¨¢s bellos e ¨ªntimos¡±, refiere.
Bello lleg¨® a pensar que era v¨ªctima de una maldici¨®n: enterr¨® a nueve de sus 15 hijos, a su primera esposa y borde¨® la indigencia cuando vivi¨® en Inglaterra. Se hab¨ªa dirigido al Viejo Continente en 1810, mismo a?o de la proclamaci¨®n de la independencia de Venezuela, junto a dos de sus art¨ªfices: Bol¨ªvar y Luis L¨®pez M¨¦ndez, en busca de auspicio brit¨¢nico para su causa soberana. Sin embargo, a ra¨ªz del contraataque y la posterior reconquista por parte del imperio espa?ol, sus compa?eros volvieron a Caracas y lo dejaron solo en su misi¨®n diplom¨¢tica. Durante los 11 a?os que dur¨® la encarnizada separaci¨®n de Venezuela de Espa?a (hasta 1821) ¡ª esta vez como departamento de la Gran Colombia (terminada de formar por Ecuador y Panam¨¢) ¡ª, el intelectual latinoamericano m¨¢s importante del siglo XIX vivi¨® en Londres sin patria, sin empleo y en unas precarias condiciones econ¨®micas que expresaba en sus misivas.
Casi mendigo
¡°Bello sufri¨® penurias toda su vida, pero el periodo de Londres fue particularmente duro. Intent¨® infructuosamente volver a Am¨¦rica Latina, enviando varias solicitudes de trabajo a Buenos Aires y Bogot¨¢. Es un periodo de suma pobreza, pero tambi¨¦n de mucha riqueza intelectual por las fuentes a las que ten¨ªa acceso y por c¨®mo logr¨® canalizar su desesperaci¨®n en su poes¨ªa y proyecto pol¨ªtico¡±, apunta Jaksic. El educador pensaba que su amigo y tutelado Sim¨®n Bol¨ªvar lo hab¨ªa abandonado por su largo silencio en las correspondencias, a pesar de que lleg¨® una respuesta tard¨ªa. En 1826 le escrib¨ªa Bello al libertador: ¡°Mi destino presente no me proporciona, sino lo muy preciso para mi subsistencia y la de mi familia, que es algo ya crecida. Carezco de los medios necesarios, aun para dar educaci¨®n decente a mis hijos (¡) y veo delante de m¨ª, no digo la pobreza, que ni a m¨ª ni a mi familia espantar¨ªa, pues ya estamos hechos a tolerarla, sino la mendicidad¡±.

En ese estado de abandono y desesperaci¨®n, el diplom¨¢tico escribir¨ªa textos fundacionales para las nacientes naciones del nuevo continente. Aquellos que llevar¨ªan a uno de sus bi¨®grafos y expresidente de Venezuela, Rafael Caldera, a llamarlo en 1935 ¡°cerebro y coraz¨®n de Am¨¦rica¡±. El primero fue Resumen de la historia de Venezuela (1810), publicado en las v¨ªsperas de la independencia y que el historiador Pedro Grases calific¨® como ¡°el primer intento de historia patria en Venezuela¡±. Convirti¨® a Bello en el ¡°primer int¨¦rprete de una nacionalidad hispanoamericana¡±. Sin embargo, la verdadera configuraci¨®n de un sentido de pertenencia regional lo hizo a trav¨¦s de sus versos. Mientras Bol¨ªvar y las tropas patri¨®ticas gestaban la libertad por las armas, el pensador venezolano-chileno tomaba la v¨ªa de los versos, principalmente en dos poemas: Alocuci¨®n a la poes¨ªa (1823) y La agricultura de la zona t¨®rrida (1826).
Un castellano para americanos
De este ¨²ltimo, Neruda dir¨ªa que es la antesala de su Canto general. ¡°La poes¨ªa de Bello tiene ese car¨¢cter de ¡®tenemos una identidad, somos hispanoamericanos¡¯. Se fragmenta Am¨¦rica Latina, pero queda ese anhelo de uni¨®n que despu¨¦s Bello explotar¨¢ por la unidad del lenguaje¡±, defiende Jaksic. As¨ª, en 1847, cuando ya llevaba 18 a?os viviendo en Chile, pa¨ªs que lo valor¨® y permiti¨® su ansiado regreso a casa, escribi¨® Gram¨¢tica de la lengua castellana destinada al uso de los americanos. Un postulado en el que conceb¨ªa el espa?ol sin hacerlo depender de la estructura gramatical del lat¨ªn. Explica el bellista: ¡°Bello cre¨ªa que ten¨ªamos conjugaciones verbales, giros de lenguaje, lo que se conoce como genio de la lengua, que no se adaptaban f¨¢cilmente al modelo latino. Deslatiniza la gram¨¢tica. As¨ª como en Espa?a existen diferencias entre Catalu?a y Castilla, nosotros tambi¨¦n tenemos nuestra peculiar forma de expresarnos¡±.
La defensa para adaptar el castellano a los nuevos pa¨ªses no significaba un intento de ruptura con el pasado colonial. Es m¨¢s, Bello se form¨® en leyes bajo el sistema colonial espa?ol, al que inicialmente le fue fiel y fue cr¨ªtico con lo que llamaba ¡°politizar el pasado¡±. ¡°Para ¨¦l, la independencia no significaba un quiebre total con el pasado o la posibilidad de un nuevo orden revolucionario, sino una transici¨®n hacia el restablecimiento del orden leg¨ªtimo¡±, aclara Jaksic. En su dise?o de los flamantes estados, se alej¨® del monarquismo y concluy¨® que el republicanismo era el modelo pol¨ªtico m¨¢s viable.
Desde Chile se irradi¨® al resto de Hispanoam¨¦rica un modelo de organizaci¨®n p¨²blica basado en la separaci¨®n de los poderes del Estado, pero que otorgaba instrumentos francamente autoritarios al Ejecutivo, lo que era com¨²n en el mundo occidental. Este proceso deb¨ªa legitimarse a trav¨¦s de elecciones censitarias, en donde participaba una ciudadan¨ªa activa reducida, aunque en proceso de expansi¨®n. ?C¨®mo un pa¨ªs relegado a la costa pac¨ªfica e irrelevante en la colonia se convert¨ªa en el par¨¢metro de administraci¨®n pol¨ªtica? Jaksic tiene la respuesta: ¡°Al contrario de muchas naciones hermanas, Chile carec¨ªa comparativamente de las fuertes divisiones regionales, ¨¦tnicas y socioecon¨®micas que hac¨ªan tan dif¨ªcil la integraci¨®n territorial y pol¨ªtica: era un pa¨ªs peque?o en lo geogr¨¢fico y poblacional¡±.
Fue en su etapa chilena, que dur¨® hasta su muerte, cuando Bello lleg¨® a la c¨²spide de su trabajo. El territorio dispuesto a lo largo de una franja rescat¨® al pensador de Londres, a trav¨¦s del ministro Mariano Ega?a, ofreci¨¦ndole un cargo p¨²blico como legislador y la confianza de construir las nuevas instituciones. Respondi¨® el gram¨¢tico no solo a su tarea, sino que fund¨® la educaci¨®n superior p¨²blica en el pa¨ªs con la creaci¨®n de la Universidad de Chile en 1842, de la que fue su rector hasta su fallecimiento. Ahora hay al menos 10 universidades esparcidas por Latinoam¨¦rica que llevan su nombre.
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