La antigua ciudad que yace bajo los trigales de Jerez
Investigadores de la Universidad de C¨¢diz descubren los secretos del yacimiento de Hasta Regia, de 2.700 a?os de antig¨¹edad
Por la zona apenas viven ahora unos 600 vecinos, pero hace 2.700 a?os fue una ciudad de m¨¢s de 25 hect¨¢reas por la que pasaron tartesos, fenicios, turdetanos, romanos e isl¨¢micos. Los vestigios de aquel esplendor llevan siglos sepultado bajo un trigal en una barriada de Jerez de la Frontera (C¨¢diz), donde la presencia de L¨¢zaro Lag¨®stena, profesor de Historia Antigua de la Universidad de C¨¢diz, y de su equipo genera entusiasmo este mes. Con un georradar capaz de sondear el subsuelo sin clavar una pica, escanean la antigua Hasta Regia para descubrir los detalles del yacimiento romano.
Bajo el sol del verano, la Unidad de Geodetecci¨®n de la universidad gaditana ha pasado una semana sondeando unas 2,5 hect¨¢reas de la finca, declarada Bien de Inter¨¦s Cultural. A falta de interpretar la ingente cantidad de datos recogidos, los resultados son halag¨¹e?os. Los ocho investigadores identifican trazas del urbanismo romano de la ciudad, de las murallas que la cercaban y de una gran mansi¨®n de 600 metros de planta, cerca de una posible puerta de acceso al antiguo n¨²cleo urbano. ¡°El nivel de informaci¨®n conseguida es apabullante¡±, resume Lag¨®stena.
Gracias a la colaboraci¨®n del propietario privado de las tierras, en el oto?o de 2016 el trigal se sonde¨® por primera vez. Entre aquella campa?a y la actual, el georradar ya ha barrido 7,5 hect¨¢reas, aproximadamente el 33% del n¨²cleo urbano de la ciudad. El yacimiento completo consta de unas 60 hect¨¢reas. Para hacerse una idea, la conocida Baelo Claudia, en Tarifa, ocupa 13.
En esta ocasi¨®n, con pasadas del georradar de sur a norte, el trabajo peina una ladera entre dos c¨¢rcavas. En cada movimiento, la m¨¢quina es capaz de dibujar toda estructura a dos metros de profundidad.
Esa profundidad se corresponde con el periodo romano de la ciudad, pero Hasta Regia fue mucho m¨¢s que eso. ¡°Desconocemos cu¨¢ndo comenz¨® el asentamiento en la zona, pero creemos que desde el Bronce Final (desde el 1250 a. C. hasta el 850 a. C.). La ciudad se mantuvo ocupada hasta el siglo X de nuestra era¡±, explica el profesor Jos¨¦ Antonio Ruiz Gil, del ¨¢rea de Prehistoria de la Universidad. Se cree que fue un importante n¨²cleo tarteso, fundadores de la poblaci¨®n. Posteriormente fue ¡°coet¨¢nea de la Gadir fenicia (la actual C¨¢diz). Era como un espejo de ella en importancia¡±, a?ade Ruiz. La estrat¨¦gica localizaci¨®n fue clave para su poder. A los romanos no se les escap¨® ese potencial y durante la etapa republicana (hacia el 189 a. C) qued¨® bajo su control.
Suspendida en el remolque de un Land Rover, con cada pasada de la m¨¢quina aparece una nueva traza en el ordenador conectado al georradar. Las primeras im¨¢genes apuntan a que la disposici¨®n urban¨ªstica era la cl¨¢sica de un enclave romano. En los sondeos aparece una amplia calle orientada en sentido noreste-suroeste que se corresponder¨ªa con el Cardus Maximus, rodeada de ¨ªnsulas o manzanas de edificios. El Cardo se cruzar¨ªa perpendicularmente con el Decumano. Y rodeando, la muralla.
Los investigadores prefieren ser cautos y esperar a analizar todo el material recogido, antes de hablar de hallazgos concretos. A simple vista, el escaneo ha mostrado ¡°un edificio muy potente de 600 metros cuadrados junto a una posible puerta de la ciudad¡±, avanza el profesor, aunque prefiere no apuntar a¨²n el uso que podr¨ªa tener. La construcci¨®n ha aparecido en una de las elevaciones del terreno ya que los arque¨®logos trabajan tambi¨¦n con la hip¨®tesis de que la ciudad se adapt¨® a la ladera de la colina aterrazando sus edificaciones y calles.
Todas las im¨¢genes recogidas por el georradar se cruzar¨¢n posteriormente con las tomadas por un dron que capta la fotogrametr¨ªa del territorio sondeado. Eso aporta la relaci¨®n exacta entre la zona sondeada y la ubicaci¨®n de lo encontrado bajo tierra. ¡°As¨ª es la investigaci¨®n no invasiva, sin excavar y en poco tiempo podemos averiguar mucho de lo que est¨¢ oculto¡±, explica el coordinador del equipo.
El alcalde ped¨¢neo, Jos¨¦ Antonio Fern¨¢ndez, ha visitado los trabajos en varias ocasiones y en el bar de la barriada no se habla de otra cosa. Aunque se antoje lejano, sue?an con un yacimiento visitable o, al menos, un centro de interpretaci¨®n que informe al visitante y sirva como reclamo tur¨ªstico. De momento, se conformar¨¢n con la charla que, en septiembre, el profesor universitario tiene previsto impartir en Mesas de Asta para explicar sus trabajos en la zona. Para entonces, el trigal hoy segado bajo el que Hasta Regia duerme el sue?o de los justos, estar¨¢ listo para una nueva cosecha.
El sue?o de un yacimiento
La llegada del equipo de L¨¢zaro Lag¨®stena y su georradar ha supuesto un despertar para el yacimiento de Hasta Regia, condenado durante a?os al ostracismo y al olvido. Fue el investigador Manuel Esteve el que, a mediados del siglo XX, se empe?¨® en demostrar que lo que algunos textos hablaban sobre la posible ciudad de Hasta Regia era real. Despu¨¦s de seis campa?as (entre 1941 y 1969) consigui¨® confirmar su existencia. Encontr¨® restos urbanos como una cisterna, esculturas y otras piezas menores que hoy est¨¢n expuestas en el Museo Arqueol¨®gico de Jerez. Sin embargo, la muerte de Esteve en 1976 paraliz¨® el sue?o de Hasta Regia. Desde entonces, el yacimiento de 60 hect¨¢reas -declarado Bien de Inter¨¦s Cultural en 2000- tan solo tuvo una excavaci¨®n en los a?os 90 para documentar una necr¨®polis. Los actuales propietarios de las tierras donde est¨¢ Hasta Regia, la familia Espinosa, se muestran dispuestos a negociar cualquier permuta, de hecho, han facilitado la entrada en dos ocasiones del equipo de Lag¨®stena. Sin embargo, hasta ahora ni la Junta de Andaluc¨ªa ni el Ministerio de Cultura parecen haber mostrado inter¨¦s por dar un paso al frente, m¨¢s all¨¢ de autorizar -en el caso de la Delegaci¨®n Provincial de Cultura- el empleo del georradar en diversos yacimientos de la provincia.
Babelia
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