Activismo cinematogr¨¢fico

E?aut Castagnet y Ximun Fuchs, directores franceses, est¨¢n convencidos de que ha llegado la hora de decir no. Y, al menos desde la ficci¨®n cinematogr¨¢fica, pasar a la acci¨®n, incluso con violencia. Non, su primer largometraje conjunto, centrado en la lucha sindical convertida en revoluci¨®n violenta ante, siempre en la pel¨ªcula, los desmanes del poder empresarial, gubernamental y policial, es un golpe de rabia, pero con poco cine dentro. Un d¨ªa de furia a destiempo y sin demasiada trascendencia, en el que resulta dif¨ªcil dilucidar si el protagonista es un rebelde o un idiota.

En un inclasificable tono que va desde las im¨¢genes documentales del inicio hasta el thriller social, pasando por el drama familiar y personal y la comedia negra de violenta representaci¨®n, Non, con una parte de coproducci¨®n espa?ola, llega a describir a su personaje principal como ¡°un h¨¦roe de los tiempos modernos que ha golpeado al sistema¡±. Sin embargo, en el relato en s¨ª, nunca acaban de verse las injusticias, que seguro que las hay, y s¨ª un vehemente manique¨ªsmo que alcanza incluso al vestuario: si quieres subrayar la maldad intr¨ªnseca de un burgu¨¦s, con el que no se ha llegado ni a apuntar una descripci¨®n, solo tienes que colocar a un actor con cara de memo y vestirlo con una pajarita para que creas que el espectador va a estar en su contra. Detr¨¢s puede haber un discurso justo, pero si se enfrenta a un fantoche resulta simplemente elemental.

Sin carga aleg¨®rica, el radical activismo cinematogr¨¢fico de Castagnet y Fuchs, procedentes del documental y del teatro, respectivamente, es seguramente necesario. Pero m¨¢s all¨¢ del precio de la revoluci¨®n, el personal, el afectivo, quiz¨¢ lo mejor de una pel¨ªcula rabiosa y discreta, nunca acaba de ser eficaz, ni en lo social ni en lo art¨ªstico.