La moneda que recuerda lo nunca ocurrido
El ecu se us¨® durante a?os como referencia de la divisa que unificar¨ªa la econom¨ªa europea, pero no lleg¨® a entrar en circulaci¨®n legal
La Comunidad Econ¨®mica Europea ¡ªhoy Uni¨®n Europea¡ª lanz¨® en 1978 la propuesta de una moneda ¨²nica para sus pa¨ªses miembros. El nombre elegido para la divisa fue ecu y con este apelativo como referencia se debati¨® durante varios a?os la integraci¨®n econ¨®mica. Tras un periodo de gestiones dilatado y delicado en el que se salvaron numerosos escollos, uno acab¨® por condenar al ecu a no nacer: su propio nombre. La palabra, con reminiscencias francesas, no convenci¨® a los alemanes, que propusieron cambiarla por euro, denominaci¨®n que alcanz¨® un mayor consenso entre los pa¨ªses implicados. A pesar de que el ecu nunca lleg¨® a entrar en curso legal, desde 1989 hasta finales de los a?os 90, cuando se fij¨® el cambio de nombre, los miembros de la CE, entre ellos Espa?a, acu?aron ecus conmemorativos del hito europeo que en realidad culmin¨® el euro. Hoy circulan cientos de estas monedas en el mercado de la numism¨¢tica, muchas de ellas a precios inferiores a 10 euros, aunque algunas de oro superan los 2.000.
EL PA?S public¨® en 1991 el siguiente titular: ¡°El ecu ser¨¢ la moneda ¨²nica en 1999¡±. Esa noticia informaba de que la CE daba por fin luz verde a una moneda ¨²nica a plazo fijo y a un banco central europeo que dictar¨ªa la pol¨ªtica monetaria de los entonces 12 pa¨ªses miembros. Nac¨ªa con cierta pol¨¦mica pues, como se recoge en el mismo art¨ªculo, el primer ministro brit¨¢nico, John Major, signaba el pacto, pero con un ap¨¦ndice que recog¨ªa la posibilidad de Reino Unido de desengancharse del proceso de la uni¨®n econ¨®mica. As¨ª, las monedas de todos los Estados miembros, excepto la de Reino Unido, participaron en el mecanismo de tipos de cambio. El valor del ecu (European Currency Unit o Unidad Europea de Cuenta) se calcul¨® como media ponderada del valor de las divisas del resto de integrantes de la CE.
El acuerdo firmado culminaba las negociaciones pactadas dos a?os antes en una cumbre europea, con lo que en 1991 ya circulaban ecus conmemorativos de aquella primera reuni¨®n. Algunas de estas piezas las guarda ?lvaro Albero en su casa de Vigo. Dirige una tienda de numism¨¢tica on line en la que vende varios ecus y recuerda que incluso se lleg¨® a sacar un monedero similar al que trajo el euro a las casas de los espa?oles. ¡°Creo que tengo de casi todos los a?os que se editaron¡±, apunta. No las adquiri¨® directamente a la F¨¢brica Nacional de Moneda y Timbre, encargada de emitirlas en su d¨ªa, sino a trav¨¦s de compras posterior. Explica que para un coleccionista no tienen un gran valor, ya que adem¨¢s de existir numerosas piezas no llegaron a convertirse en monedas de curso legal; aunque puntualiza que, en cambio, s¨ª lleg¨® a ser usado como unidad monetaria interna de la CE.
Quienes las acumulan lo hacen por nostalgia, por el mero coleccionismo o por el valor intr¨ªnseco del metal, oro o plata, en el que est¨¢n acu?adas. ¡°Si la vas a vender lo normal es que si una onza de plata est¨¢ a 14 euros y el ecu pesa una onza, como mucho se venda por 15 o 16, pero en el mercado ya se sabe, hay de todo¡±, avisa Albero. Una b¨²squeda r¨¢pida en internet vierte numerosas piezas de 1, 5 o 25 ecus que tienen precios muy dispares, desde un par de euros a cientos de ellos. Las espa?olas conmemoran a Madrid como capital europea de la cultura o a Miguel de Cervantes y El Quijote. Los billetes son m¨¢s escasos, pero llegaron a emitirse en algunas ocasiones, como durante la celebraci¨®n de la Expo de Sevilla del ¡®92.
La denominaci¨®n de ecu no prosper¨® por la oposici¨®n de Alemania. El nombre hace tambi¨¦n referencia a la palabra francesa ¨¦cu, que significa escudo, moneda que circul¨® durante parte de la Edad Media y la Moderna. El gui?o al pa¨ªs galo no gust¨® a los alemanes. Fue el canciller Helmut Kohl, fallecido el a?o pasado, quien despreci¨® el apelativo y propuso el de euro. Cuando esto ocurri¨®, 1995, una encuesta de su gobierno aseguraba que el 71% de los alemanes se manifestaban en contra de la moneda ¨²nica. Finalmente, el mismo a?o en el que se hab¨ªa fijado la entrada en circulaci¨®n del ecu, 1999, se hizo efectivo su cambio de nombre por el de euro, que tardar¨ªa un par de a?os m¨¢s en llegar.
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