Israel Galv¨¢n: ¡°La noche anterior voy a pensar que me va a matar un toro¡±
El bailaor y core¨®grafo sevillano abre la Bienal de Flamenco en la plaza de toros de la Maestranza con una revisi¨®n en 360? de su espect¨¢culo 'Arena', de 2004
La entrevista tiene lugar al fondo de un bar situado en la calle Adriano de Sevilla. Justo enfrente, en los muros exteriores de la plaza de toros de la Maestranza, se anuncia el espect¨¢culo de Israel Galv¨¢n?(Sevilla, 1973) Arena, que este a?o inaugura la XX Edici¨®n de la Bienal de Flamenco de Sevilla este viernes, 7 de septiembre (20.30).
Pregunta. Los toreros dicen que hasta que no se ven anunciados en los carteles no se acaban de creer que se van a enfrentar de verdad al toro. ?C¨®mo se ha sentido al verse anunciado en los carteles de Arena?
Respuesta. He tenido la suerte de experimentar eso. Ayer mismo cuando ven¨ªa para la plaza, veo un cartel de toros que pon¨ªa Israel Galv¨¢n. Cuando entr¨¦, las piernas se me pusieron un poco blandas, como que se te abre el cuerpo de otra manera al saber que tienes que bailar ah¨ª. Claro, est¨¢ todo lo que se ha vivido ah¨ª dentro, la tradici¨®n, que es donde vivo yo. No se me va a olvidar nunca ese momento. Iba yo pensando en otras cosas de la vida y, de pronto, como si hubiera aparecido un toro que te dice: ¡°Quieto ah¨ª¡±. La verdad es que sent¨ª ese miedo.
P. 14 a?os despu¨¦s, ?c¨®mo surge el hecho de retomar Arena,?que fue estrenado justo aqu¨ª al lado, en el Teatro de la Maestranza? ?Se trata de un encargo espec¨ªfico por parte de la organizaci¨®n de la Bienal?
El p¨²blico est¨¢ sentado, y se va a hacer una corrida con los tiempos de la corrida. Hay varios suelos, es verdad, pero en el albero solo los artistas, el p¨²blico no
R. En principio, la idea de la Bienal era retomar obras que ya se hab¨ªan presentado anteriormente. A m¨ª me llam¨® la atenci¨®n; si me dicen de hacerlo en el teatro, la verdad es que yo no tengo el cuerpo como para retomar una cosa¡, pero en la plaza pienso que me va a venir bien. Yo cre¨ª que si aceptaba el encargo me iba a poder concentrar en m¨ª mismo, que iba a poder buscar m¨¢s en m¨ª mismo una honestidad con el baile. Luego lo pens¨¦ mejor. Al principio dije que s¨ª, pero no me di cuenta muy bien de lo que estaba aceptando. Fue un encargo de la Bienal, y Pedro G. Romero [director art¨ªstico de Arena] y yo aceptamos. A Pedro le encantan todas estas movidas, pero yo acept¨¦ con la intuici¨®n de que este encargo me iba a venir bien, como si la plaza fuese una maestra. Bailar aqu¨ª a m¨ª me va a cambiar el cuerpo y la mente. Aqu¨ª me tengo que renovar yo mismo para bailar, y, adem¨¢s, la obra se renueva tambi¨¦n porque lo queremos hacer en 360¡ã.
P. ?No hay un escenario?
R. No. El p¨²blico est¨¢ sentado, y se va a hacer una corrida con los tiempos de la corrida. Hay varios suelos, es verdad, pero en el albero solo los artistas, el p¨²blico no.
P. ?D¨®nde encuentra la motivaci¨®n a la hora de retomar un espect¨¢culo que quiz¨¢s para usted ya estaba abandonado o, de alguna manera, olvidado?
R. Con el tiempo, el mundo de los toros se ha vuelto m¨¢s pol¨¦mico. En este sentido viene a cuento la reflexi¨®n que hace Pedro G. Romero: hoy en d¨ªa el discurso no es qui¨¦n torea mejor, Jos¨¦ Tom¨¢s o Morante, o antes Joselito o Belmonte; sino que el discurso es taurinos o antitaurinos. El hecho de que en el nuevo Arena participe tambi¨¦n El Ni?o de Elche, que es antitaurino total, declarado, hace que haya algo de v¨¦rtigo en todo esto. Y a m¨ª me gusta el v¨¦rtigo. La gente que est¨¢ a favor de los toros frente a la gente que est¨¢ en contra. En cierto modo, la obra que hicimos originalmente ya era bastante neutra porque no sac¨¢bamos capotes, ni muletas ni nada de eso. En alg¨²n momento aficionados no muy filos¨®ficos dir¨ªan ¡°?pero esto qu¨¦ es?¡±, porque no era la t¨ªpica cosa kitsch. Yo ve¨ªa ah¨ª una cosa corrosiva en el hecho de volver a esta pol¨¦mica que hay hoy en relaci¨®n con el tema de los toros, entre lo que es bello y lo que es bestia. ?C¨®mo puede ser una cosa a la vez tan bella y tan brutal? A fin de cuentas eso es el arte, ?no? Por el momento que se vive hoy en relaci¨®n al tema taurino, y por hacerlo en c¨ªrculo, todo esto me lleva a una zona centro; tienes que ser muy verdadero bailando porque si no es rid¨ªculo. Un bailaor toreando lo veo rid¨ªculo. Yo no quiero torear, lo que yo quiero es que se me meta a m¨ª ese temple en el cuerpo, en los movimientos, en la r¨ªtmica, en la energ¨ªa. Despu¨¦s de hacer tantas otras cosas, Arena es como un punto cero.?
P. En sus entrevistas hace muchas menciones al cuerpo y a la transformaci¨®n del cuerpo. Suele repetir que en cada nuevo espect¨¢culo que monta, las nuevas coreograf¨ªas le modifican el cuerpo. ?C¨®mo es hoy su cuerpo en relaci¨®n a hace 14 a?os?
R. Cuando Didi-Huberman escribi¨® El Bailaor de Soledades despu¨¦s de ver Arena dec¨ªa refiri¨¦ndose a m¨ª: ¡°A este bailaor gordo no le hace falta ser delgadito, como otros bailaores con buena figura¡±. Pero bueno, ahora estoy m¨¢s delgado (risas), de momento cambia eso. A m¨ª me gusta que me cambie el cuerpo porque todo esto de buscar pasos nuevos lo veo como un laberinto que puede estar muy bien, pero llega un momento en que siento que me repito. Entonces lo que busco son formas nuevas de bailar e incluso aparecen nuevos pasos porque los pasos que tengo se vuelven de otra manera. Eso me interesa porque no se trata de sacar un paso nuevo, sino de ponerle un cuerpo nuevo al paso de siempre. A lo mejor no mantengo mi propia escuela. Yo me profano a m¨ª mismo con cada nuevo cuerpo. Y en cuanto al f¨ªsico, pienso que ahora estoy m¨¢s ¨¢gil que antes porque antes no med¨ªa la fuerza bien. Era quiz¨¢s una fuerza m¨¢s bruta, y ahora digamos que la controlo m¨¢s porque no me queda otra. Antes era una fuerza bruta que tambi¨¦n ten¨ªa su cosa, pero claro, me cansaba mucho m¨¢s.
P. ?Ahora se dosifica m¨¢s?
R. Claro, y eso hace que no me canse bailando. Ahora disfruto m¨¢s del baile porque me concentro m¨¢s en lo que es la fuerza, en el momento exacto. Me da la impresi¨®n de que voy a disfrutar m¨¢s bailando cuando tenga m¨¢s a?os de lo que disfruto ahora porque se te quita la presi¨®n y ya no tienes que demostrar nada.
P. En cuanto al espacio y el tiempo, ?c¨®mo se plantea este nuevo Arena? Obviamente, el espacio es el de la corrida, pero ?el tiempo tambi¨¦n?
La plaza de toros en s¨ª misma es un elemento percusivo: hay cerrojos, la madera, la piedra, el albero.
R. S¨ª. Cada baile es un toro. No se muestra como en el teatro, donde hay una r¨ªtmica propia del teatro. La diferencia que hay aqu¨ª es r¨ªtmica. No se trata de plantear una corrida de toros, pero s¨ª el ritmo de que est¨¢ pasando el tiempo y no tenemos la presi¨®n de ser una obra teatral. Yo lo veo as¨ª, ya sea cante, baile o m¨²sica en la plaza de toros. Esto no es teatral, pero al mismo tiempo tampoco es una corrida, claro.
P. Hay dos cuestiones presentes en su baile que tienen una estrecha relaci¨®n con la tauromaquia: por un lado el silencio (es en la plaza, donde el silencio se lleva por bandera), y por otro la quietud (la del torero frente al toro). ?Siguen estando presentes estos dos motivos en su danza a d¨ªa de hoy?
R. A m¨ª me gusta el silencio porque antes hay ruido. Despu¨¦s del ruido, el silencio tiene m¨¢s efecto. Cada vez m¨¢s pienso que yo bailo, es verdad, soy bailaor, muy bien, pero que tambi¨¦n soy m¨²sico y doy mi ritmo para que otros canten y toquen. Estoy pasando a una etapa en la que puedo bailar pero tambi¨¦n tomo conciencia de que como percusionista tampoco estoy mal. Doy yo el ritmo y no hace falta llevar una bater¨ªa; mi cuerpo da el ritmo, y eso no lo veo mal, estar como en un segundo plano. Y, por otro lado, tambi¨¦n tengo cada vez m¨¢s presente la b¨²squeda del sonido; no tanto bailar y ense?ar los pasos, sino ver c¨®mo suenan. En cuanto al sonido se refiere, en la plaza de toros intento tener cuidado y tener presentes todas las texturas. No se trata de dar todos los pasos en el mismo sitio; de la madera paso al hierro y de ah¨ª a la arena. La plaza de toros en s¨ª misma es un elemento percusivo: hay cerrojos, la madera, la piedra, el albero. Nosotros ponemos m¨¢s cosas porque queremos, pero la plaza en s¨ª ya es una caja percusiva. Y otra cosa de la que me he dado cuenta?es que la plaza, a¨²n sin el toro, es inc¨®moda. No hay ni una sola cosa blanda. Cuando vas a los teatros hay un confort: el suelo, las butacas¡, en general los teatros son muy c¨®modos y confortables. En la plaza de toros es como si te dijeran: ¡°Esto es lo que hay¡±. Y eso se te mete en el cuerpo y no hay m¨¢s remedio que rebuscarse. En fin, que en la plaza est¨¢ todo duro, todo lo que tocas es duro. Si hay un hierro ah¨ª puesto, en un teatro estar¨ªa protegido, pero aqu¨ª en la plaza supone un elemento amenazante. Y todo eso te hace ser duro. Y esa dureza me gusta.
En la plaza todo lo que tocas es duro. Si hay un hierro, en un teatro estar¨ªa protegido, pero aqu¨ª supone un elemento amenazante. Y esa dureza me gusta
P. Y en cuanto a la quietud, ?sigue experimentando en sus coreograf¨ªas con los momentos est¨¢ticos? ?Sigue recurriendo a la inmovilidad como motivo para bailar?
R. S¨ª, me doy cuenta de que cada vez se puede decir m¨¢s con menos cosas. Estoy cada vez m¨¢s pendiente del cuerpo para no hacer ning¨²n movimiento gratuito. Eso quiere decir que conoces bien tu propio cuerpo. Me gusta la idea de moverme r¨¢pido pero dando la sensaci¨®n de estar quieto. Est¨¢ muy bien eso de decir: ¡°Estate quieto como los toreros¡±, esa frase que se usa mucho. Pero a m¨ª me gusta moverme r¨¢pido y, al mismo tiempo, la sensaci¨®n de estar quieto. Es un v¨¦rtigo, como decir, ¡°no para de moverse, pero est¨¢ cogido, est¨¢ clavado¡±. Y por decirte algo m¨¢s, aqu¨ª en la plaza se ven mucho los movimientos chicos, y tienen un efecto muy especial. Es curioso que movimientos chicos adquieren en la plaza dimensiones grandes.
P. ?Mantiene la coreograf¨ªa final de¡?
R. ¡ de Paquito el Chocolatero.
P. S¨ª, aquella sevillana que bailaba parado.
R. S¨ª. Las cosas buenas est¨¢n, las malas las hemos quitado (risas).
P.?Se encierra con seis coreograf¨ªas, como un torero con seis toros. Como en el caso de los toreros, tambi¨¦n le acompa?an sus ¡°subalternos¡±. Respecto al Arena del 2004, ?tiene nuevos acompa?antes?
R. Siguen nada m¨¢s Alfredo Lagos a la guitarra y la banda Los Sones.
P. Y ahora le da la alternativa a Kiki Morente despu¨¦s de que su padre, Enrique, colaborara en 2004. ?Se mantienen las proyecciones de Enrique Morente cantando a palo seco los poemas taurinos de Jos¨¦ Bergam¨ªn?
R. No, ahora Kiki se va a sentar en los tendidos y va a cantar esas mismas letras desde el p¨²blico. Ya lo hicimos una vez con ¨¦l; la verdad es que son cosas muy significativas y en la plaza de toros se va a dimensionar a¨²n m¨¢s. En cuanto a los ¡°subalternos¡±, quiero que todas las personas que participan en este espect¨¢culo tengan su momento de plaza, no que sufran la plaza.
P. Ha mencionado antes el libro que Didi-Huberman dedic¨® a indagar en Arena (El bailaor de soledades, Pre-textos). ?Le ayud¨® este ensayo del fil¨®sofo franc¨¦s a conocerse a s¨ª mismo como bailaor y como artista?
R. Lo le¨ª despu¨¦s de mucho tiempo porque me daba miedo. La verdad es que no s¨¦ muy bien lo que comprend¨ª de aquella lectura, pero lo que s¨ª supe al leerlo es que Didi hab¨ªa acertado m¨¢s que los cr¨ªticos de aqu¨ª, independientemente de que me pusieran bien o mal. No s¨¦ muy bien c¨®mo, pero ¨¦l me conoc¨ªa m¨¢s, dici¨¦ndome de alguna manera ¡°t¨² eres este¡±. Como si fuera una especie de psic¨®logo art¨ªstico.
P. Y eso que Arena fue el primer espect¨¢culo en el que la cr¨ªtica especializada le empez¨® a reconocer m¨¢s, a respetar un poco m¨¢s y a considerarle como una figura emergente y destacada.
¡®Arena¡¯ fue una buena mezcla: experimentaci¨®n y neutralidad conceptual, por un lado, y la tradici¨®n, la cosa nuestra por otro
R. S¨ª, la verdad es que mi carrera entonces no iba bien. De hecho yo en aquella ¨¦poca daba clases y as¨ª ganaba mi dinero. Fue Pedro G. Romero el que me sugiri¨® hacer un espect¨¢culo de toros. ?l tuvo la luz de decir: ¡°No hay un espect¨¢culo de inspiraci¨®n en el mundo del toro que se haya tratado de manera normal¡±. Hasta entonces, siempre que en el flamenco se trataba el tema de los toros aparec¨ªan los capotes y dem¨¢s. Y no se trataba de eso. Adem¨¢s, como Pedro G. es aficionado que sabe mucho, pues claro, se nos abri¨® un mundo de referencias del que yo no me hab¨ªa dado cuenta hasta entonces. El libro de Chaves Nogales sobre Belmonte, la obra taurina de Bergam¨ªn¡, todo esto casi te ense?a a bailar de nuevo. Recuerdo que fue meterme en esta obra y empezar a leer a toda esta gente, y me hac¨ªan bailar de otra manera. Adem¨¢s, al p¨²blico le result¨® una buena mezcla: vale, es moderno, s¨ª, pero tambi¨¦n es flamenco. Porque si hago una cosa que no tiene nada que ver con el flamenco, pues claro, resulta muy raro: Los zapatos rojos, La metamorfosis de Kafka¡, pero aqu¨ª, en Arena, se un¨ªa el baile a mi manera con el mundo del toro, que es lo m¨¢s parecido, lo m¨¢s familiar al flamenco. Entonces s¨ª, fue una buena mezcla: experimentaci¨®n y neutralidad conceptual, por un lado, y la tradici¨®n, la cosa nuestra por otro.?Ahora que quiero presentar el espect¨¢culo de nuevo, en 360¡ã, tengo un poco la sensaci¨®n de decir: ¡°Mira qu¨¦ bonitos son los toros¡± (risas). Porque ahora, claro, la gente, que ya me conoce un poco m¨¢s, va a decir de antemano: 'bueno, esto seguro que no es para los guiris, que es m¨¢s para festivales radicales¡±. Lo que me gusta es que no hay nada ajeno, no hay nada forzado, ni de pol¨ªtica, ni de taurinos contra antitaurinos¡ Es verdad que hay un texto de Eugenio Noel¡
P. ?El que recita El Ni?o de Elche en su ¨²ltimo disco?
R. S¨ª. Pedro G. Romero ha decidido meterlo ah¨ª pensando en Noel como escritor antitaurino que era y que conviv¨ªa con los taurinos de su ¨¦poca. Hab¨ªa ah¨ª toda una historia¡
P. Adem¨¢s, Eugenio Noel coincidi¨® en plena edad de oro del toreo con Joselito y Belmonte, y algunos de sus textos, siendo radicalmente antitaurinos, forman parte de la mejor literatura taurina.
R. Claro, lo antitaurino tambi¨¦n es taurino, es lo m¨¢s taurino.
P. Porque Eugenio Noel sab¨ªa de toros y escrib¨ªa con conocimiento de causa. Como apunta Pedro G. Romero en el libreto del disco de El Ni?o de Elche: ¡°Sus textos contra toros y flamencos son claves hoy en d¨ªa para entender esos cultos¡±.
R. Es verdad que se mueven cosas buenas ah¨ª¡ No hay nada de cubos de sangre, ni de ¡°?vivan los toros!¡±. Esto es baile, cante y m¨²sica. Y que la energ¨ªa que hay se nos mete dentro, eso s¨ª.
P. ¡°El p¨²bico es la muerte¡± era uno de los leitmotiv?principales del Arena original. ?Se sigue manteniendo en el nuevo montaje el entrecomillado citando las palabras de Luis Miguel Domingu¨ªn?
R. No, porque esta vez no ponemos audiovisuales y vemos forzado que un actor o yo mismo las digamos.
P. En cuanto a su relaci¨®n con el p¨²blico, ?ha cambiado algo desde entonces hasta ahora?
R. S¨ª, ahora miro directamente a los ojos al p¨²blico mientras bailo. De tener una guerra a esto ha cambiado mucho, ha dado un giro total. Ya no mantengo una guerra con el p¨²blico.
P. Dec¨ªa Jos¨¦ Bergam¨ªn que ¡°el torero muerto de miedo es el que mejor torea¡¡±.
R. Eso lo canta Kiki Morente en una de las letras.
P. ?Sigue necesitando del miedo para bailar?
R. S¨ª, claro, yo voy a tener miedo. Tengo que reconocer que tengo que aceptar el miedo. Y a m¨ª me gusta tener miedo porque en el momento en que lo aceptas se te pone el cuerpo bien, y te paras m¨¢s. Pero claro, cuando no lo reconoces ya va todo mucho m¨¢s r¨¢pido.
P. Pierde el temple.
R. Reconozco que tengo miedo y, de momento, hace el cuerpo as¨ª [Israel Galv¨¢n, a¨²n sentado, se tensa y endereza el tronco] y te paras.
P. En cierta forma, lo mismo que les pasa a los toreros.
R. S¨ª, pero yo lo que tengo que buscar en el baile es c¨®mo parar el tiempo. Y para eso te tienes que parar y no te pueden temblar las piernas. Es en ese momento cuando te viene todo aquello de que si est¨¢s cansado, de que si no te encuentras bien, de que si no s¨¦ qu¨¦¡ Bueno, de hecho me han ofrecido dormir en el Hotel Col¨®n [donde habitualmente se visten los toreros cuando torean en Sevilla] pero les he dicho que no, que luego a lo mejor.
P. El d¨ªa del espect¨¢culo, ?va a dormir en su casa?
R. S¨ª, s¨ª. A m¨ª en el Hotel Col¨®n me da algo. Yo me levanto y me voy para el hotel y me quedo all¨ª lo que haga falta, pero dormir la noche anterior no. Todo eso de estar en el hotel est¨¢ bien porque vas cogiendo la energ¨ªa, pero la noche antes yo voy a sentir el miedo de los toreros, yo voy a pensar que me va a matar un toro.
P. ?Se siguen conservando en Arena las seis coreograf¨ªas con los nombres de toros que mataron a toreros c¨¦lebres, como Bailaor, Grana¨ªno o Pocapena?
R. S¨ª. Yo creo que esta nueva versi¨®n de Arena est¨¢ mejor, est¨¢ m¨¢s focalizada. Antes tambi¨¦n lo estaba, pero hab¨ªa cosas que se perd¨ªan porque yo quer¨ªa bailar¡ bailar bien. Y ahora ya no; ahora nos centramos en lo que es, y est¨¢ todo m¨¢s acentuado. Vamos a lo que vamos. Est¨¢ ese nervio que hace que se te cambie el cuerpo, la m¨²sica¡, todo tiene una tensi¨®n. Est¨¢ todo, pero de forma m¨¢s consciente, antes era todo m¨¢s inconsciente.
Arena abre la Bienal de Flamenco de Sevilla este viernes, 7 de septiembre, a las 20.30 en la plaza de toros de la Maestranza.
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