La imaginaci¨®n derrota a la ciencia en las pel¨ªculas sobre la prehistoria
'Alpha', el filme sobre la domesticaci¨®n del lobo, se convierte en el ¨¦xito de taquilla sorpresa del verano
La prehistoria anda muy agitada en el terreno cient¨ªfico, pero tambi¨¦n en el cultural. D¨ªas despu¨¦s de que se anunciase en Nature el descubrimiento del primer humano h¨ªbrido, la hija de dos especies diferentes del g¨¦nero homo, se estren¨® Alpha, una pel¨ªcula que relata la aventura de un adolescente y un lobo al final de la Edad de Hielo. El filme de Albert Hughes se ha convertido en el ¨¦xito de taquilla inesperado del verano ¨Calcanz¨® los 900.000 euros en su primer fin de semana y se mantiene tres semanas despu¨¦s entre los diez m¨¢s vistos¨C y demuestra una vez m¨¢s la fascinaci¨®n que despiertan las recreaciones imaginarias del pasado remoto de la especie humana.
El cine cavern¨ªcola es escaso y, en general, muy poco atinado
Para llevar la prehistoria al cine con cierta verosimilitud es tan importante la imaginaci¨®n como la ciencia porque los investigadores disponen de datos fragmentarios y casi siempre dif¨ªciles de interpretar: sabemos mucho, pero nos falta mucho. De hecho, la historia que relata el filme, la domesticaci¨®n del perro, sigue siendo uno de los temas m¨¢s debatidos entre los especialistas. Todos los investigadores tienen claro que, como ocurre en la pel¨ªcula, los perros nos ayudaron a sobrevivir como especie, pero las hip¨®tesis sobre la horquilla temporal en la que se produjo la domesticaci¨®n var¨ªan mucho: desde los 10.000 a los 38.000 a?os. La prehistoriadora francesa Maryl¨¨ne Patou-Mathis, que fue asesora del filme AO. El ¨²ltimo neandertal, confiesa no haber visto todav¨ªa la pel¨ªcula, pero se?ala: "La estrecha relaci¨®n entre un hombre y un lobo hace 20.000 a?os me parece un gran tema".
Aunque la posibilidad de secuenciar ADN f¨®sil ha permitido avances espectaculares, las lagunas siguen siendo enormes. Y, como insiste Patou-Mathis, "la ausencia de pruebas no es una prueba de la ausencia". En otras palabras, que no se haya descubierto algo no significa que no exista. Pero los humanos prehist¨®ricos dejaron abierta una ventana enorme hacia su universo en forma de im¨¢genes. El arte parietal, un fen¨®meno universal que aparece en diferentes partes del mundo m¨¢s o menos de forma simult¨¢nea, nos muestra c¨®mo ve¨ªan su entorno aquellos humanos que vivieron hace miles a?os, por ejemplo su profundo conocimiento de los animales que les rodeaban como demuestran las cuevas de Altamira, Chauvet o Lascaux.
Ante la ausencia de contexto, los misterios que rodean al arte parietal nunca podr¨¢n aclararse
Los cient¨ªficos han renunciado hace mucho a su interpretaci¨®n y se limitan a su clasificaci¨®n porque, ante la ausencia de contexto, los misterios que rodean este arte nunca podr¨¢n aclararse: ?Qu¨¦ significaban las manos que pintaban en las paredes? ?Y los signos como puntos o rayas que se repiten en muchas grutas? ?Por qu¨¦ pintaban animales y no paisajes? ?Por qu¨¦ algunos animales, como los bisontes o los renos, se repiten en muchas cuevas y otros, como los felinos, son mucho m¨¢s raros? ?Por qu¨¦ en la gruta de Rouffignac hay dibujados 100 mamuts, un animal que seguramente sus autores no hab¨ªan visto nunca ¨Cno hab¨ªa en esa zona¨C y que es muy escaso en el arte parietal?
La literatura que imagina la prehistoria es enorme y empez¨® a producirse desde el nacimiento mismo de la paleontolog¨ªa, a finales del siglo XIX y principios del XX. En cambio, el cine cavern¨ªcola es escaso y, en general, muy poco atinado. Con perd¨®n de la familia Picapiedra y de la saga Ice Age y de lo que nos depare un filme titulado The last neanderthal que, seg¨²n Variety, preparan los hermanos Joe y Anthony Russo (directores de Avengers: Infinity War), la referencia sigue siendo la versi¨®n cinematogr¨¢fica dirigida en 1981 por Jean-Jacques Annaud de En busca del fuego. Preguntado sobre su pel¨ªcula sobre la prehistoria favorita, el periodista Gregory Curtis, autor del ensayo Los pintores de las cavernas (Turner), elige La cueva de los sue?os olvidados, un magn¨ªfico documental de Werner Herzog sobre la gruta de Chauvet.
En busca del fuego es, en cambio, pura ficci¨®n: se trata de una adaptaci¨®n bastante libre de la famos¨ªsima novela que los hermanos belgas que firmaban como J.H. Rosny A?n¨¦ publicaron en 1909 y que no se ha dejado de leer ni de editar desde entonces. Annaud fue capaz de rodar sin efectos digitales hasta mamuts con una ambici¨®n cient¨ªfica de la que en gran medida se inspir¨® Hughes para el suyo.
Desmond Morris y Anthony Burgess
Annaud contrat¨® al et¨®logo Desmond Morris para dise?ar los movimientos de sus personajes y al escritor Anthony Burgess, el autor de La naranja mec¨¢nica, para que se inventase los dos lenguajes que aparecen en la pel¨ªcula, el de la tribu neandertal protagonista y el de los sapiens con los que se cruzan. Albert Hughes ha seguido un camino parecido ya que encarg¨® a la antrop¨®loga canadiense Christine Schreyer, experta en la revitalizaci¨®n de lenguas, que se inventase un idioma para la pel¨ªcula. Es imposible saber qu¨¦ se hablaba hace 20.000 a?os en Europa, as¨ª que, seg¨²n ha relatado a la prensa canadiense, Schreyer decidi¨® trabajar con tres protolenguas, idiomas reconstruidos por los ling¨¹¨ªsticas que podr¨ªan estar en el origen de los hablamos ahora.
"Investigu¨¦ varias protolenguas que podr¨ªan haberse utilizado m¨¢s o menos en la ¨¦poca en la que transcurre la pel¨ªcula, el proto-nostr¨¢tico, el proto-euroasi¨¢tico y el protoden¨¦-cauc¨¢sico. Y me tom¨¦ unas cuantas licencias creativas", ha explicado Schreyer. Cuando le puso a trabajar en el guion de Tierra de faraones, William Faulkner llam¨® desesperado al director Howard Hawks para preguntarle: "?C¨®mo diablos hablaban los faraones?". No lleg¨® a escribir una sola l¨ªnea, aunque aparece como guionista porque no era cuesti¨®n quitar a un premio Nobel de literatura de los cr¨¦ditos. Es imposible saber c¨®mo demonios hablaban los prehist¨®ricos, en qu¨¦ pensaban o c¨®mo era su vida cotidiana ¨Cno muy c¨®moda, seguramente, al menos seg¨²n la esperanza de vida¨C. No podremos saber nunca si fue c¨®mo nos lo cuentan, pero lo importante es salir del cine con la sensaci¨®n de que s¨ª pudo haber sido as¨ª.
Annaud, Burguess, Morris y sus mamuts sin efectos digitales fueron los primeros en conseguirlo. El filme de Annaud fue criticado en su momento porque, al final (si se puede hacer un spoiler de una pel¨ªcula que transcurre hace 80.000 a?os y estrenada hace casi cuatro d¨¦cadas) la pareja que forman un neandertal y un sapiens tiene descendencia, algo que entonces parec¨ªa imposible porque se trata de dos especies diferentes. Hoy la gen¨¦tica ha demostrado que fue as¨ª.
Babelia
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