Fantasmas de sal¨®n
Los cuentos tard¨ªos de Arthur Machen (1863-1947), apasionado del espiritismo, son un fest¨ªn para los amantes de la narrativa terror¨ªficamente fant¨¢stica
Baste con decir que H. P. Lovecraft fue su alumno m¨¢s aventajado, el que m¨¢s lejos llev¨® su pasi¨®n por transformar la tragicomedia de su admirado Charles Dickens en callej¨®n oscuro y sobrenatural, para tener una ligera idea de a qu¨¦ nos enfrentamos. Menos conocido que sus ilustres predecesores ¡ªhasta J. R. R. Tolkien tom¨® prestada una idea de uno de sus relatos m¨¢s famosos, el titulado ¡®Los arqueros¡¯, para nutrir con ella su celeb¨¦rrimo El Se?or de los Anillos: el regreso al mundo de los vivos de los arqueros dirigidos por san Jorge en la batalla de Agincourt para echar una mano a los soldados brit¨¢nicos durante la batalla de Mons, en la Primera Guerra Mundial¡ª, Arthur Machen (1863-1947) fue, ante todo, un amante de lo oculto. Tambi¨¦n fue un apasionado lector (y fan) de los relatos oscuros de Robert Louis Stevenson, un experto en el rey Arturo ¡ªhab¨ªa nacido en la antigua fortaleza Legio II Augusta, sede de la corte art¨²rica¡ª y un estudioso del cristianismo celta y el Santo Grial.
Machen fue contempor¨¢neo de Oscar Wilde, Jerome K. Jerome y Arthur Conan Doyle, con quien comparti¨® pasi¨®n por el espiritismo ¡ª?motivada la de aquel por la muerte de su hijo; la de Machen, por la de su primera mujer¡ª, que, por otro lado, era una moda de la ¨¦poca. Las sesiones de espiritismo a finales del siglo XIX eran casi un entretenimiento de sal¨®n: la gente de bien se reun¨ªa en casa de alguien y contrataba a una m¨¦dium, de m¨¢s o menos dudosa reputaci¨®n, y le ped¨ªa que contactara con el Otro Mundo. Las reuniones sol¨ªan tener lugar a la hora del t¨¦. Y lo que ocurr¨ªa en ellas era m¨¢s fruto de un deseo, a veces l¨²dico, a veces desesperado, que de otra cosa. Aunque qui¨¦n sabe. Y lo mismo podr¨ªa decirse de los relatos del propio Machen aqu¨ª reunidos. Qui¨¦n sabe.
Porque el fin de la narrativa terror¨ªficamente fant¨¢stica, aquella que parte del ¨¢ngulo ciego de la realidad, el que se interna en lo paranormal desde la an¨¦cdota, el que escala al horror del M¨¢s All¨¢ partiendo de un aparentemente inofensivo juego callejero de cr¨ªos (como el que se narra en Ritual), es emborronar los l¨ªmites de la realidad y coquetear con la idea de una ficci¨®n posible, apostar por la fe en lo inexplicable. Machen quiere creer, y sus cuentos tambi¨¦n, y de ah¨ª el final abierto ¡ªque explica emp¨ªricamente lo sucedido y, a la vez, no lo hace¡ª y el mareo de la historia dentro de la historia ¡ªen sus cuentos se re¨²nen eruditos cazafantasmas que cuentan algo que han o¨ªdo contar; se detallan misteriosos asesinatos mediocres que, como obras de arte igualmente mediocres, aplastan a los brillantes por su rid¨ªcula fama¡ª, de ah¨ª la magia y el milagro de lo oscuro volvi¨¦ndose ardorosamente esperanzador.
Escritos entre 1925 y 1937 ¡ªmucho despu¨¦s de haber abandonado su fugaz y rara carrera como actor, habiendo vuelto al periodismo¡ª, de prosa aparentemente ingenua y deslumbrante, deliciosamente morbosa, estos cuentos tard¨ªos ¡ªcon sus casas encantadas y sus jardines que quiz¨¢ existieron¡ª constituyen un aut¨¦ntico fest¨ªn para aquellos que, como dej¨® dicho Borges del propio Machen, se saben habitantes de un mundo extra?o.
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Autor:?Arthur Machen (traducci¨®n de Antonio Iriarte).
Editorial:?Reino de Redonda (2018).
Formato: tapa dura (230 p¨¢ginas).
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