Jornadas de c¨®mic de Avil¨¦s. Dentro, fuera y entre las vi?etas
Las Jornadas de C¨®mic de Avil¨¦s arrancan con un brillante retrato de tres d¨¦cadas del c¨®mic espa?ol a cargo de Kiko da Silva y Federico del Barrio
Sabidur¨ªa. Iron¨ªa. Templanza. Es una trinidad de voces que tienen mucho que ver entre s¨ª y mucho que ver tambi¨¦n con el tebeo. Porque el arte de las vi?etas es una disciplina que exige de las tres para llevar a buen puerto tareas tit¨¢nicas que, al menos en este pa¨ªs, hay que compatibilizar con la mera supervivencia.
Ayer, dos autores de fuste y de generaciones sucesivas, el dibujante Federico del Barrio y el dibujante/editor/profesor/guionista y qui¨¦n sabe cu¨¢ntos sombreros m¨¢s Kiko da Silva, sacaron a relucir esta trinidad en el pistoletazo de salida de la vig¨¦simo tercera edici¨®n de las Jornadas de C¨®mic de Avil¨¦s. Fueron dos conferencias extraordinarias, ambas tuteladas con maestr¨ªa por el ilustrador y coorganizador del evento ?ngel de la Calle, porque permitieron levantarle el cap¨® al mundo de las vi?etas y descubrir en una gran panor¨¢mica, a trav¨¦s de la mirada de dos testigos privilegiados, las miserias y glorias de tres d¨¦cadas de noveno arte en Espa?a.
Los ponentes hablaron de manera sucesiva durante m¨¢s de una hora y de forma totalmente natural los temas de sus conferencias se entreveraron porque del Barrio, que fue el segundo, se mostr¨® extraordinariamente sorprendido por la brillantez, humor e ideas claras de Da Silva. ¡°Si hubi¨¦ramos tenido a un Kiko en nuestra ¨¦poca, qu¨¦ bien nos hubiera venido¡±, se le oy¨® decir. En esa construcci¨®n a dos voces quedaron claras algunas cosas sobre la historia del tebeo en nuestro pa¨ªs. M¨¢s que ninguna, que como en cualquier otro hecho humano, la historia tiende a repetirse.
Da Silva y Del Barrio coinciden en que el ¨²ltimo medio siglo de historietas en Espa?a queda marcado por un tiovivo que tiene en la d¨¦cada de los noventa su punto m¨¢s bajo. Ambos coincidieron en la misma definici¨®n de tal periodo: ¡°Fue un erial¡±. Y ambos describieron c¨®mo vivieron dos ¨¦pocas de florecer muy diferentes y de sentidos contrapuestos, Del Barrio de arriba abajo y Da Silva de abajo a arriba.
A Del Barrio le toc¨® experimentar la primera l¨ªnea de las vanguardias del tebeo que, en paralelo a la Movida, se gestaron en torno a revistas como T¨®tem, Bumerang, Rambla y Cimoc. Experimentaci¨®n, que en el caso de Del Barrio, estuvo muy marcada por arrumbar la funci¨®n meramente narrativa del tebeo y exportar la l¨ªrica a sus im¨¢genes y textos. Da Silva, por su parte, es representante de la generaci¨®n novela gr¨¢fica, esa que despu¨¦s de sufrir la traves¨ªa por el desierto de los noventa, capeada a resguardo de fancines y revistas, vivi¨® el segundo renacer gracias a una obra, Arrugas, y a un autor, Paco Roca. Aunque Da Silva se permiti¨® tambi¨¦n disparar su ¨¢cida y divertida iron¨ªa gallega ¡ªretranca, es la voz por esos lares para el sarcasmo y el t¨ªtulo de una de las exitosas revistas que este autor ha editado¡ª contra la se?orial definici¨®n de tebeo como novela gr¨¢fica. M¨¢s adelante dedicaremos un p¨¢rrafo propio a esa divertida reflexi¨®n.
Los males del tebeo espa?ol son profundos y muy dif¨ªciles de solucionar, porque est¨¢n asociados a esa precariedad end¨¦mica en la que viven los artistas en nuestro pa¨ªs. All¨¢ por febrero de 2017, se desvel¨® un estudio brutal y exhaustivo ¡ªLa actividad econ¨®mica de los/las artistas en Espa?a, de los profesores Isidro L¨®pez-Aparicio (Universidad de Granada) y Marta P¨¦rez (Universidad Antonio de Nebrija)¡ª cuyo resumen, rebotado una y otra vez en los medios en una concisa cita, fue el siguiente: ¡°M¨¢s del 45% de los artistas afirma que sus ingresos totales anuales, ya sea por actividades art¨ªsticas o de otra ¨ªndole, se sit¨²a por debajo de los 8.000 euros, es decir, por debajo del salario m¨ªnimo interprofesional en Espa?a. De esos ingresos, los que proceden del arte llegan al 20%¡±. Es decir, que anualmente la mitad de los artistas ganan menos de 1.600 euros al a?o de ejercer su condici¨®n. Dos meses y pico (con poco pico) de salario m¨ªnimo interprofesional. Dos meses y pico para sobrevivir 12.
Da Silva y Del Barrio no son, a pesar del reconocimiento de sus respectivas carreras, excepciones a la norma. A Del Barrio lo salv¨® su trabajo conjunto con su gran amigo, el guionista Felipe Hern¨¢ndez Cava, en el diario La Raz¨®n, las tiras c¨®micas que llevan 20 a?os produciendo a d¨²o bajo el seud¨®nimo de Ca¨ªn. Da Silva, como coment¨¢bamos, es funambulista de m¨²ltiples alambres: la edici¨®n de revistas como Retranca o de exitosos vol¨²menes como ganador del premio nacional de c¨®mic Las serpientes ciegas en su sello BD Banda, las clases que imparte en su escuela O garaxe herm¨¦tico, su trabajo para revistas como El jueves, escarceos ¡°poco agradecidos, pero muy bien pagados¡± en el mundillo de la publicidad y el marketing y su propia obra.
?Pero es posible seguir siendo artista con este panorama? Lo es. Da Silva lleg¨® a desvelar al detalle c¨®mo lo hace ¨¦l: ¡°Yo tuve claro durante toda mi carrera que ten¨ªa que robarle tiempo a lo que realmente quer¨ªa hacer. As¨ª que uso un m¨¦todo, que le transmito a los alumnos, para robar ese tiempo. Durante la mitad del a?o pillo muchos curros de supervivencia, bien pagados, en publicidad, ayuntamientos, etc. Estos curros me pagan la segunda mitad del a?o en la que me dedico a lo que realmente quiero hacer. Cuando veo que se me acaba la gasolina, pues vuelvo a buscar esos curros¡±.
Destac¨® ayer, en ambos autores, algo que por desgracia suele verse m¨¢s bien poco en las ponencias cuando toca hablar de lo mal que est¨¢ la cosa a nivel profesional: se suele estilar m¨¢s el echar balones fuera que el asumir una profunda autocr¨ªtica. No fue as¨ª ayer. Da Silva y Del Barrio volvieron a sintonizar en que el t¨®pico del artista embriagado de musas tiene como primer culpable al artista. ¡°Son asignaturas que me tengo que comer yo, porque nadie quiere darlas porque son un co?azo, pero en mi escuela ense?amos todo lo que tiene que ver con legalidad, marketing y contratos para que los futuros autores de tebeo est¨¦n alertas de qu¨¦ firmar y qu¨¦ no firmar¡±. Da Silva critic¨® a su propio gremio por descuidar constantemente los aspectos pr¨¢cticos que hacen viable y profesional la vida art¨ªstica, el ¡°echar los n¨²meros¡±. Del Barrio enton¨® el mea culpa: ¡°Yo era de los que pensaba que el dinero perturbaba la creaci¨®n art¨ªstica. Pero¡ Se me ha pasado¡±, confes¨®, y recibi¨® las carcajadas c¨®mplices del p¨²blico en respuesta.
Otra cosa que se quiso dejar patente es el esfuerzo que lleva detr¨¢s el tebeo, sobre todo en sus vertientes m¨¢s artesanales. Kiko da Silva, que se encuentra inmerso en el gran proyecto de su vida ¡ªuna novela gr¨¢fica por encima de las 100 p¨¢ginas que entreteje un fant¨¢stico pr¨®ximo al realismo m¨¢gico con una investigaci¨®n sobre las piedras naturales m¨¢s curiosas del mundo¡ª explic¨® con humor que su intenci¨®n al abrir un blog para desentra?ar, literalmente, c¨®mo elabora su trabajo, se ha visto frustrada: ¡°No me hab¨¦is entendido, porque segu¨ªs pregunt¨¢ndome cu¨¢ndo va a salir. Me lo pregunt¨¢is m¨¢s que mi editor¡±. Da Silva explic¨® que cada p¨¢gina ¡ªelaboradas con una t¨¦cnica mixta que mezcla el l¨¢piz, acuarelas, gouache y acr¨ªlico, m¨¢s diversas t¨¦cnicas digitales¡ª le lleva al menos dos semanas de trabajo, y eso si puede dedicarle tres horas al d¨ªa mientras las restantes vuelan en lo de siempre, la supervivencia.
Y respecto a la novela gr¨¢fica, lo prometido es deuda. La an¨¦cdota, que desat¨® una de las mayores carcajadas de la noche, la protagoniz¨® Da Silva: "Vaya invento os sacasteis con la novela gr¨¢fica. No solo se nos pide hacer libros m¨¢s gordos si no que a¨²n por encima solo cobramos un adelanto", brome¨® ¨¢cidamente el autor, refiri¨¦ndose a su propia experiencia con su novela gr¨¢fica inacabada, que por ¨¦l hubieran sido tres libros que, por exigencias editoriales impuestas por este mercado de la novela gr¨¢fica, se qued¨® en un gran volumen en el que lleva enfrascado ya seis a?os.
Hay que explicar al lector que las Jornadas de Avil¨¦s son una rara avis entre los m¨²ltiples eventos en torno al c¨®mic que pueblan la geograf¨ªa nacional. Para los que llevamos muchos kil¨®metros y carpas en las mochilas, la diferencia es abismal. Si una Heroes Comic Con en Madrid o en un Sal¨®n del C¨®mic de Barcelona se estilan las prisas, el espect¨¢culo, la sensaci¨®n de estarse perdiendo siempre algo y de que todo es fugaz y multitudinario, las Jornadas son la ant¨ªtesis de este esp¨ªritu. No hay evento que pueda compar¨¢rsele en la calidad, densidad y profundidad de las charlas que se ofrecen, gratuitamente adem¨¢s, a los espectadores.
La sensaci¨®n que uno tiene es de ser el invitado invisible a la mesa de dos amigos que charlan sobre el arte que dominan. Que Kiko da Silva se atreva a abominar, sin tapujos y en p¨²blico, de la formaci¨®n que imparte la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra: ¡°una mierda que de arte no ten¨ªa nada¡± o que Del Barrio confiese que uno de sus editores ¡°no era un profesional, sino un empresario que gast¨® el dinero ah¨ª como lo podr¨ªa haber gastado en otra cosa¡± se explica porque en estas charlas de una hora se genera una atm¨®sfera de camarader¨ªa que diluye toda la parafernalia asociada a una charla en s¨ª. Los autores pierden las m¨¢scaras o directamente se suben sin ellas al Auditorio de Cultura y cuentan los entresijos de su arte con una transparencia inaudita. Es una oportunidad de oro para el verdadero apasionado del c¨®mic, el que ans¨ªa entender los flujos y reflujos de su historia, las divertidas an¨¦cdotas entre bambalinas y la b¨²squeda de la identidad art¨ªstica genuina al tebeo.
Sobre esto ¨²ltimo, Del Barrio se destap¨® con una cita brillante, que tal vez exprese como nada lo extraordinario de lo vivido ayer desde el patio de butacas del Auditorio Casa de Cultura de Avil¨¦s: ¡°En el segundo libro de Silvestre ¡ªsu seud¨®nimo de su proyecto m¨¢s experimental, que arranc¨® en 1990 en el n¨²mero 7 de la revista Medios revueltos y que ahora recibe un nuevo ¨¢lbum: Impert¨¦rrito (Reino de Cordelia, 2018)¡ª me encontr¨¦ con lo que creo que es la esencia de la historieta: que los dibujos hablan, que los dibujos dicen cosas, porque si a una historieta le quitas los bocadillos, si tomas esa opci¨®n, las historietas se caen. ?Qu¨¦ ocurre si un personaje dibujado no tiene un parlamento asociado? Pues sucede que te quedas sin posibilidad de avanzar. Pero yo me rebel¨¦ contra esto, contra que los dibujos tengan que ser los t¨ªteres de los autores, pero me di cuenta de que soy incapaz de contar nada sin asociar un parlamento. Mi ¨²ltimo libro va de eso, qu¨¦ pasa cuando personaje no hace nada, cuando no habla, ni se mueve. Absolutamente nada.¡±
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